Intensas lluvias caídas desde la madrugada de hoy sumieron al Gran Resistencia en un caos, al anegarse calles céntricas e inundarse barrios y villas de la periferia, donde una cantidad incierta de familias debieron ser evacuadas y asistidas. Por lo pronto, ya hay más de 2.000 personas alojadas en escuelas, pero la cifra podría incrementarse en las próximas horas.
En Resistencia, en poco más de tres horas de la mañana, cayeron 100 milímetros, mientras que en Puerto Tirol –a 15 kilómetros- fueron más de 200. En Colonia Benítez, a 20 kilómetros de la capital, la precipitación pasó la barrera de los 300 milímetros, generando una situación crítica para las familias anegadas a las que ni siquiera se podía llegar para brindarles ayuda.
La crisis hizo que el gobierno provincial dictara la suspensión de las clases y conformara grupos de trabajo que se repartieron por toda el área metropolitana a fin de relevar la situación y organizar las evacuaciones, con la ayuda de organizaciones civiles y del Ejército.
La peor parte fue para el cordón de asentamientos que rodea a la ciudad. Son más de 200 pequeñas villas en las que viven 100.000 personas, en condiciones de extrema pobreza. Muchos habitantes de esos sectores ya habían tenido que dejar sus casas el viernes, ante una lluvia de proporciones similares. Ahora, a poco de haber regresado, debieron retirarse nuevamente, en algunos casos perdiendo buena parte de sus escasos bienes.