Para un padecimiento de años no son suficientes algunos milímetros de lluvia. La historia de Tostado tiene a la sequía como eje, pero estos últimos tres años está más complicada la situación.
El río Salado tiene un caudal mínimo y esto se debe a que desde hace unos cuatro meses Santiago del Estero mantiene cerradas las compuertas de la estación niveladora ubicada en Colonia Dora, que habilitan el curso copioso. Sin embargo y según parece, más allá de la costosa decisión por parte de la vecina Provincia, se rumorea que el sistema de apertura está dañado y eso demoraría aún más la solución para aliviar a toda la población de la principal localidad del departamento Nueve de Julio.
Este lunes cayeron 15 milímetros que con los cinco de la semana anterior sirven únicamente para regar la superficie de la tierra, evaporándose de inmediato, ya que lo que se está precisando es una lluvia de cien milímetros, al menos, continuada por otras intensas y consecutivas que normalicen toda la actividad. En definitiva que se interrumpa el período seco, que además del éxodo habitacional, ya se cobró la vida de muchos productores agropecuarios, luego de la muerte de un altísimo porcentaje de animales y el fracaso de todo tipo de pasturas, sin tener ni siquiera en los campos agua para los rodeos.
Muchos son los reclamos que se elevaron, tanto desde Tostado a las autoridades provinciales, así como las que el Gobierno de Binner expresó a su similar de Santiago del Estero, pero la espera por una lluvia importante sigue siendo tan larga como la de la apertura de compuertas del Salado.
Mientras se mezclan también los pedidos por los demoradísimos acueductos que esta administración sigue pateando hacia adelante, Gabriel, uno de los encargados de la represa perteneciente a la Cooperativa de Agua Potable de Tostado señaló a LA OPINION que "si no largan el agua en Santiago no sé si para 20 días, pero en un mes vamos a estar muy complicados".
La represa actualmente tiene un nivel aceptable de agua que se llena con lo que se extrae de los pozos de la región, líquido que debe pasar por la planta clarificadora para luego llegar a la red. Pero el agua que se vierte desde allí representa el 15 por ciento del total necesario para el consumo habitual, con lo cual la complejidad del caso con el pasar de las horas se hace cada vez más álgido.
El operario confirmó que "actualmente no se corta el servicio", aunque de manera constante se hacen campañas para el cuidado del recurso que inevitablemente, "cuando empieza a hacer más calor se necesita más".
Si bien Santa Fe sigue asistiendo a sus habitantes con camiones cisterna de agua potable, cubriendo sobre todo las necesidades de los centros de salud y escuelas, es precisa una acción concreta que involucre a la Nación, para obligar al cumplimiento de derechos y obligaciones adquiridas desde que la obra hidráulica fue establecida.
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