Ante el avance de la sequía, el gobierno de La Pampa insistió en que Mendoza aumente la cantidad de agua que llega a esa provincia a través del río Atuel. El reclamo fue reiterado ayer ante autoridades de la Nación, tras una recorrida que se hizo por las zonas más afectadas.
Lo que se planteó fue la problemática que están viviendo los pobladores del Oeste pampeano frente a la escasez del recurso hídrico, situación que se complicó aún más por la falta de lluvias en los últimos meses.
Una de las localidades más perjudicadas es Santa Isabel, hasta donde se trasladó una comitiva integrada por el subsecretario de Provincias del Ministerio del Interior de la Nación, José Luis Barbier; el secretario de Recursos Hídricos de la provincia, Juan Pablo Morisoli; diputados, representantes de la Fundación Chadileuvú y pobladores ribereños.
El objetivo fue medir el nivel de caudal y salinidad de los ríos Atuel y Salado para que el funcionario K comprobara in situ el padecimiento de los lugareños. Y al parecer la meta se cumplió, porque Barbier aclaró que son los legisladores nacionales los que tienen que trabajar para modificar la ley que rige respecto a la administración del Atuel.
Párrafo seguido, dijo que hoy la administración kirchnerista no puede interceder como árbitro en el histórico conflicto que existe entre La Pampa y Mendoza.
Después de la reforma de la Constitución de 1994, se le dio la autoridad del control del agua a las provincias, por lo que la Nación dejó de tener jurisprudencia en esa área. “En estos momentos, lo que estamos haciendo es consensuar. Pero queremos intervenir y que lo que se arbitre se cumpla”, manifestó a Textual, un diario digital de La Pampa.
El año pasado se firmó un convenio –por una provisión de 5m3 por segundo– “y estamos tratando de que se cumpla en el 2010 con las obras que se están haciendo. Pero ahora también tenemos el problema del río Salado, que está cortado”, recalcó.
Morisoli apuntó que se constató la pobre correntía de ambos ríos, lo que quedó plasmado en un acta que será presentada al ministro del Interior, Florencio Randazzo.
En el Salado corrían unos 3 metros cúbicos y había una salinidad de 15 gramos de sal por litro, “sabiendo que el máximo para el ser humano es de 3 gramos y para la vaca, 12 gramos. Mientras, en el puente Los Vinchuqueros, en el límite entre La Pampa y Mendoza sobre el Atuel, había una pequeña entrada de 200 litros de agua y una salinidad de 3,5 gramos, una afluencia buena pero muy escasa y próxima a cortarse, lo cual sucederá si no se abre el río o si no vuelve a llover”, alertó el referente pampeano.
Para debatir sobre este tema se decidió convocar a un nuevo encuentro entre los ministros y secretarios de Recursos Hídricos que integran la Cuenca del Desaguadero: Mendoza, San Luis, San Juan, La Pampa y La Rioja.
Varios antecedentes
Los pampeanos obtuvieron en 1987 un fallo de la Corte Suprema de Justicia que consagró “la interprovincialidad del Atuel”. El máximo tribunal dispuso que ambas provincias deben acordar los usos futuros del río.
Como ejecución de sentencia se rubricaron varios acuerdos más, entre ellos el Protocolo de Entendimiento Interprovincial (PEI), firmado en 1989 por Néstor Ahuad y José Octavio Bordón, y el Tratado del Atuel, de 1992, celebrado entre Rubén Marín y Rodolfo Gabrielli.
En esos documentos Mendoza y La Pampa se comprometieron a ejecutar las acciones destinadas a lograr en el Atuel una oferta hídrica más abundante, que permita la creación de nuevos sectores bajo riego, y a permitir el restablecimiento del sistema ecológico fluvial en el curso inferior del río.
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