LA solicitud de que se prohíba el ingreso al mar de personas en las playas de Mar del Plata ubicadas entre la zona de Camet y el Torreón del Monje, en pleno centro de la ciudad (como es el caso de las conocidas Brístol y La Perla, entre otras), fue emitida por científicos de la universidad de esa ciudad atlántica, quienes alertaron sobre la posibilidad del contagio de enfermedades, como hepatitis y meningitis, dada la contaminación de las aguas con patógenos provenientes de desechos cloacales.
EL PEDIDO fue resultado de un estudio realizado por los científicos Rodolfo Elías y Eduardo Vallarino, del laboratorio de Bioindicadores Bentónicos del departamento de Ciencias Marinas de la Universidad de Mar del Plata, el cual determinó que los niveles de contaminación superan el límite tolerable e implican un peligro para la salud.
SEGUN determinó la investigación, el auge de la exportación implicó un incremento en la producción de harinas de pescado (que es la principal industria del puerto marplatense) y, paralelamente, una contaminación más grave del sector costero, ya que las plantas de fabricación de harinas de pescado eliminan sus desechos, por lo general grasas, en la cloaca mayor, donde se mezclan con la materia orgánica de origen humano (materia fecal). Todos los efluentes, luego, son vertidos al océano.
A PESAR de que Mar del Plata posee una planta de tratamiento de residuos cloacales, ubicada en Parque Camet, la misma sólo tritura, filtra y retiene una pequeña parte de los desechos, por lo que el resto va a parar al mar, frente a las costas de la ciudad.
SEGUN los científicos, la situación es ignorada por las autoridades comunales, en vísperas de la temporada veraniega, cuando La Feliz espera recibir a más de tres millones de turistas. Precisamente, el contacto de los bañistas con los gérmenes presentes en desechos humanos puede ocasionar graves enfermedades, como meningitis y hepatitis. Por lo tanto, Elías y Vallarino sostienen que "las medidas en el corto plazo, ante este problema, tienen que ser prohibir que la gente se bañe en las zonas más afectadas. Mientras que, a largo plazo, la cuestión es avanzar en la construcción del emisario submarino, para que la descarga cloacal se realice a tres kilómetros mar adentro.
CONCRETAMENTE, el estudio evidenció niveles alarmantes de microorganismos enterococos (causantes de graves enfermedades), que exceden más de tres veces los niveles aceptados para aguas de uso recreacional, a 10 kilómetros hacia el sur del efluente y dos veces ese valor hasta 45 kilómetros al sur del efluente.
ANTE tamaña advertencia, sólo se conoció la declaración del presidente del Concejo Deliberante marplatense, Marcelo Artime, quien restó importancia al informe, indicando no conocer el rigor científico de esa investigación ni la calidad de los equipos con los que se analizaron las muestras. "Es sólo la tesis de un alumno, no un estudio científico", consideró el funcionario, quizá ignorando que tanto Elías como Vallarino son integrantes del departamento de Ciencias Marinas de la Universidad de Mar del Plata.
SORPRENDENTEMENTE, la noticia que antecede prácticamente desapareció, tras su difusión, de los cables de las agencias de noticias y las pantallas televisivas. Dada su trascendencia, y puestos a pensar mal, no sería extraño que algún lobby de intereses haya "determinado" su ausencia. Como sea, la magnitud del caso requiere que las máximas autoridades sanitarias a nivel nacional tomen inmediatamente cartas en el asunto y verifiquen su grado de certitud, en aras a los intereses de los tres millones de futuros turistas y los cientos de miles de marplatenses involucrados en el mismo.
|
|
|