A pesar de que las lluvias disminuyeron y que el río Uruguay dejó de crecer, en Concordia aún se vive una situación crítica. Hay 6.200 evacuados y autoevaluados y en la calle corre el rumor de que puede ser peor porque "van a liberar la represa" o que está "a punto de rebalsar".
En Concordia, todos hablan de la represa de Salto Grande (creada hace 30 años), casi como si fueran ingenieros. Ayer alcanzó su pico histórico (36,72 metros), pero si no existiera se hubiera alcanzado los 16 metros de altura en el puerto de Concordia (ayer estaba en 14,65), dijo a Clarín Carlos Máscimo, gerente de Salto Grande.
La represa, además de proveer de energía eléctrica a Argentina (7% del total) y Uruguay (50%), también funciona como contención ante las crecidas del Uruguay.
La crecida es, por ahora, la décima en la historia del río Uruguay. En noviembre llovieron 527 milímetros en la cuenca inmediata, cuando el promedio histórico de esa zona es 134 mm. Y en la cuenca media también llovió el doble de lo que suele llover. "Solemos operar en un nivel de 35,50 metros. Y para rebalsar debería superar los 39 metros", aclara Máscimo.
De las diez últimas crecidas, ocho ocurrieron en los últimos 30 años. Los expertos culpan al cambio climático y la deforestación. La empresa Energía de Entre Ríos recomendó "abstenerse de transitar con cualquier tipo de embarcación en las inmediaciones de líneas eléctricas. De todos modos, no hace falta más que caminar por los barrios afectados para ver cómo la gente va hasta sus casas en canoa a custodiar lo que quedó adentro.
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