En las principales provincias sojeras los productores enfrentan complicaciones para implantar sus cultivos en fecha. La humedad insuficiente para la siembra está afectando principalmente el norte y centro de Córdoba, el sur de Santa Fe, La Pampa y el sudoeste de Buenos Aires. El exceso de lluvias afecta al norte de Buenos Aires y Entre Ríos, de acuerdo con un relevamiento difundido por el movimiento Crea, que agrupa a productores avanzados en el manejo y empleo de tecnologías.
En el mapa se presenta la disponibilidad de humedad de los suelos en el mes de noviembre en el territorio nacional. Si se considera la superficie proyectada inicialmente para la siembra de soja (19 millones de hectáreas) se aprecia que aproximadamente el 40 por ciento sufre sequía actualmente. Esta situación se da en 3,5 millones de hectáreas con sequía absoluta (18 por ciento del total) y cuatro millones con sequía extrema (21 por ciento), indica el informe.
En el norte de Córdoba, prácticamente no se ha podido iniciar la siembra de soja de primera, excepto en lotes con riego (cinco por ciento de la superficie) por falta de lluvias durante otoño, invierno y primavera. “Nadie se anima a arriesgar lo que cuesta una camioneta cero kilómetro para sembrar 100 hectáreas si no se cuenta con un metro de humedad en el suelo”, señaló Sergio Conterjnic, coordinador de los Crea en la región.
“Si ocurren lluvias próximamente, habrá que sembrar muy rápido todos los grupos de soja y el maíz que faltan, y aceptar pérdidas de rendimiento por el atraso de la fecha de implantación”, agregó.
En el centro de la provincia, el avance de las siembras también es muy lento. Hay muchos productores con la semilla y los agroquímicos todavía en el galpón, y tienen tiempo hasta el 10-12 de diciembre para utilizarlos en los mejores lotes.
La situación mejora un poco hacia el sur de Córdoba, donde en algunas localidades se produjeron lluvias importantes de 80-90 milímetros durante setiembre, que recargaron el perfil en profundidad. Sin embargo, luego disminuyeron significativamente y no pudieron mantener la humedad superficial para la siembra. Ese factor atrasó la implantación hasta la ocurrencia de nuevas lluvias en noviembre, que enfrenta la dificultad adicional de realizarse con semilla de regular calidad.
Las siembras ya realizadas requieren mucha agua en las próximas semanas, debido a la gran demanda hídrica por evapotranspiración y altas temperaturas. Los productores ya calculan las pérdidas de rendimiento que sufrirán por sembrar después de la fecha óptima: 25 kilos por hectárea por día de demora.
47,5 millones de toneladas
Es el cálculo de cosecha de soja más optimista. Un segundo escenario marca 46,2 millones de toneladas, y un tercero 45 millones. |
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