Según estimaciones de ganaderos, unas 115.000 vacas ya habrían muerto en la provincia debido a la sequía que reina desde hace varios meses. La zona más afectada por la mortandad es el sur provincial, ya que concentra el 70 por ciento del stock ganadero de Mendoza, por lo que la mayoría de esa mortandad se concentraría en esta zona.
Se teme que esa cifra se eleve a 140.000 de acá a fin de año. La precisión sobre el número de animales muertos se tendrá recién en marzo, época de la vacunación.
Según algunos ganaderos, el dato de la mortandad surge de relevamientos hechos en Ganadería de San Rafael. Se estima que hasta octubre el 26 por ciento de los vientres existentes murió debido a la escasez de agua y alimentos. En este departamento, salvo alguna lluvia esporádica, no precipita de forma importante desde marzo pasado.
“Mendoza y en general el país viven una situación crítica, creo que de las más profundas de los últimos 30 o 40 años por lo prolongado de la sequía. Hay una gran mortandad de vacas en campos naturales, sobre todo en madres que están por parir; se estima, según datos de Ganadería, el 26 por ciento de mortandad y puede llegar a 40”, señaló Jorge Formidábili, ganadero sanrafaelino.
“El relevamiento –agregó– es del mes pasado, la mortandad es de 115 mil y creo que puede llegar a 140 mil. De lo que sí estamos seguros es de que el porcentaje de preñez ha sido muy bajo, el estado corporal hace que las vacas no queden preñadas y que los toros también estén en mal estado”.
La preocupación radica en que esta crisis generará una disminución considerable de terneros para el año que viene, lo que podría incidir en los precios. A nivel país se estima que la baja será de entre 3 y 4 millones de terneros.
Para el ex presidente de la Específica de Ganadería de la Cámara de Comercio de San Rafael, “Mendoza tiene que aprovechar el agua y las tierras incultas para hacer pasturas, rollos y destete precoz para aliviar las vacas. Creo que se va a trabajar de esta manera, ese es el criterio de Ganadería”.
Caminos imposibles
Otro de los problemas que la sequía agravó es el tema de los caminos intransitables, incluso para los camiones de doble tracción.
“Por la sequía se ha intensificado el tránsito y se hace casi imposible transitar los caminos, hasta con camiones doble tracción, servicio que es costoso. Mendoza tiene que estar preparada con pasturas, aprovechar tierras abandonadas para pastura, acá se consume más de lo que produce”, comentaron los ganaderos de las zonas afectadas.
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