La nueva precipitación de ayer a madrugada con el ya clásico corte de energía que esta vez vino de Yacyretá, hizo volver hacia atrás todo el esfuerzo que estaban realizando los organismos provinciales y municipales del Gran Resistencia para aliviar la inundación que viene afectando a los pobladores.
Es así que si bien disminuyó el número de albergados la población sintió el nuevo impacto de la lluvia, pero continuaron las protestas de la gente que sigue responsabilizando a los funcionarios por la inacción demostrada en los últimos años para defender a la población y, fundamentalmente, por la autorización para la construcción de barrios en lugares prácticamente que son lagunas.
Anoche según el informe de la Sala de Situación el número de evacuados asciende a 3609 personas. Esto representa una disminución de 324 personas de ayer y 210 en las últimas horas. Anoche, en Resistencia había evacuadas aún 829 familias que se distribuyen en 2364 menores, 1233 mayores y 12 discapacitados. En Fontana aún quedan albergadas 276 personas, en Puerto Vilelas 100 y en Barranqueras 505.
Además debido a que mantiene la inestabilidad climática se conserva el número de albergues, mientras que en Resistencia se registró un regreso importante a sus viviendas de las personas afectadas por el avance de las aguas de lluvia, quedan 37 establecimientos en funcionamiento como centro de asistencia y contención para los damnificados.
La ministra Beatriz Bogado informó que los más 50 mm caídos durante la madrugada del lunes (en algunos lugares el milimetraje fue superior), provocaron nuevos evacuados en barrios donde antes no se habían sufrido complicaciones.
De esta forma, personas de los barrios Golf Club, Villa Río Negro, Vilelas y Barranqueras tuvieron que abandonar a sus hogares y recurrir a los centros de asistencia. “Pero los evacuados no son los únicos afectados, porque hay gente que tiene agua en su casa pero no quiere dejarla, por ejemplo, y ahí tenemos que tener una asistencia especial”, recordó la ministra.
La lluvia de ayer
En la jornada del lunes volvieron a registrarse lluvias en gran parte de la provincia.
En plena emergencia hídrica por los últimos temporales, el Área Metropolitana y alrededores nuevamente tuvo importantes milimetrajes como los 162 en Puerto Tirol, 100 en Barranqueras y 78 en Basail.
En tanto que en la capital chaqueña el registro fue de 50.
Buena fue la lluvia también para el sudoeste, sector productivo que viene sufriendo las consecuencias de la sequía. Distinta es la situación en el oeste donde la lluvia volvió a ser esquiva.
Según el servicio meteorológico de la Policía del Chaco, hasta las 17 de ayer los registros fueron los siguientes:
Resistencia 50, Charadai 30, Basail 78, Colonia Benítez 40, Colonia Baranda 60, Cote Lai 61, General Vedia 49, Isla del Cerrito 73, La Escondida 39, La Verde 28, Las Palmas 103, Makallé 28, Margarita Belén 23, Puerto Bermejo 8,
Puerto Tirol 162, Barranqueras 100, Puerto Vilelas 57, Haumonia 42, Horquilla 32, La Sabana 44, La Vicuña 50.
Zona Interior I
Sáenz Peña 32, El Tacuruzal 48, Machagai 35, Napenay 54, Quitilipi 50, Avia Terai 35, Tres Isletas 30, Presidencia de la Plaza 30.
Zona Interior II
Villa Ángela 105, La Clotilde 60, Chorotis 22, Urien 25, La Tigra 41, Samuhú 35, San Bernardo 65, Santa Sylvina 75, Coronel Du Graty 45, Villa Berthet 68.
Zona Interior III
Charata 75, Campo Largo 57, Los Frentones 22, Pampa del Infierno 40, Taco Pozo 2, Corzuela 20, Concepción del Bermejo 23, Gancedo 40, General Pinedo 75, Hermoso Campo 45, Las Breñas 61.
Zona Interior IV
San Martín 25, Capitán Solari 10, Colonia Elisa 21, Colonias Unidas 20, Ciervo Petiso 20, La Eduvigis 15, Las Garcitas 9, Presidencia Roca 2, Pampa Almirón 20.
Lamentable disputa política en medio de la emergencia
Desde el comienzo de la emergencia hídrica en el Gran Resistencia, los vecinos del área metropolitana asistieron a una incomprensible pelea de funcionarios y dirigentes, quienes pareciera que están más interesados en llevar agua para su molino político que por resolver el drama que desde hace diez días viven miles de chaqueños.
Ayer se escribió un nuevo capítulo en esa lamentable disputa, cuando la intendenta Aída Ayala salió a los medios para afirmar que muchas bombas del sistema de defensas que administra la APA no estaban funcionando y que el organismo provincial “no utiliza la experiencia de su personal”.
En declaraciones a FM Libertad, Ayala sostuvo que en la zona norte de la ciudad “no se manejó el sistema de control del río Negro como debía hacerse” y que en la zona sur “tampoco se tomaron las precauciones en los canales Quijano, 16 y la ruta 11”, por lo que planteó que cuadrillas de la municipalidad salieron a realizar las limpiezas pertinentes, aunque “la APA tendría que tenerlos en buenas condiciones”.
La réplica
No tardó en llegar la réplica de la presidenta de la APA Cristina Magnano. “Esta mañana fui a ver el canal. Trabajó a full y tuvo buen escurrimiento. El sábado tuvo ocho bombas prendidas. Hoy tenemos siete bombas prendidas, y está funcionando muy bien”, dijo a la misma emisora.
La funcionaria aclaró que con las fuertes lluvias que comenzaron el viernes 20 el canal estuvo a punto de desbordarse a causa de un taponamiento por basura y vegetación, pero se logró limpiarlo. “A veces ocurre que estas lluvias son buenas porque uno puede encontrar los cuellos de botella que tiene cada sistema de escurrimiento, a veces con la sequía eso no se puede evaluar tan bien”, explicó.
“Más que trabajar para la coyuntura, que es inevitable, hay un déficit de infraestructura feroz en esta provincia, que necesita ser revertido y en eso estamos”, agregó, y dio a entender que el municipio también tiene responsabilidad en lo ocurrido, porque no mantuvo limpios los desagües de la ciudad y porque realizó obras de pavimento sin prever las inversiones correspondientes en drenajes pluviales.
“No puede creerse que el escurrimiento se resolverá por cunetas o por alguna zanjita. Sí o sí en esta zona se requieren desagües estructurales”, dijo.
¿Las palas no eran para usar antes?
Ayer se podía ver a equipos trabajando en la ampliación de canales de desagüe ubicados junto a campos y terrenos inundados ubicados al sur de Resistencia, rumbo a Basail. ¿No son trabajos que se podrían haber hecho antes, sabiendo -en función de pronósticos meteorológicos que ya se conocían- que iba a ser necesario incrementar la capacidad de desagüe de toda la zona?
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