Los vecinos de Llavallol que viven en Camino de Cintura al 100, entre Gibson y Magallanes piden que se retire un montículo de tierra que una empresa de pavimentación habría dejado sobre la colectora, lo que, según ellos, "provoca que se tapen la bocas de desagüe", una situación que empeora ante las lluvias.
Quienes habitan allí aseguran que la colectora de la Ruta 4 "está hace una semana cubierta de agua y barro".
“Esto lo dejó una cuadrilla cuando se acercó a arreglar el asfalto, lo que nos provoca una serie de inconvenientes y complicaciones a la hora de entrar a nuestras casas”, indicó Leandro Quesada, que habita la cuadra.
Oscar, desde su casa de compra y venta de hierros, se sumó a la queja y en diálogo con Info Región detalló que “hace aproximadamente tres meses se padece lo mismo”: “Vinieron a arreglar Camino de Cintura, pero a la colectora no le dan importancia, la dejaron así nomás, es más, antes no teníamos problemas con el agua, pero al dejar la tierra acá obstruyen las bocas de desagüe y nosotros tenemos que padecerlo, por eso queremos que la Municipalidad haga algo”, remarcó.
La queja es porque hace algunas semanas se puso en marcha la repavimentación de la Ruta en ambos sentidos, pero aparentemente la colectora ha sufrido las consecuencias.
“Vemos cómo repavimentaron todos los sectores de Camino de Cintura, pero a nosotros nos dejan desprotegidos. En vez de mejorarnos la situación la empeoraron. Antes por lo menos teníamos la calle despareja, pero cuando llovía no teníamos que convivir cinco días con tremendo charco de agua”, sostuvo el hombre ante la consulta de este medio.
Los vecinos aseguran que desde el Municipio acusan a la empresa encargada de la pavimentación. “Llamamos a la Municipalidad, pero de ahí nos mandan a hablar con la empresa que se dedica a asfaltar y desde la empresa hacen lo mismo, se desligan responsabilidades unos con otros”, afirmaron.
El caos vehicular también es motivo de queja. “También esto provoca muchos trastornos de tránsito, porque si no existiera este problema, muchos vehículos podrían transitar por esta arteria sin necesidad de hacerlo por la rotonda de Llavallol y de esa forma aliviarían el flujo de tránsito”.
Por otra parte María Chávez, que también vive en la zona, dio a conocer su queja y en este sentido marcó: “No sólo nos perjudica a los vecinos, sino que los comerciantes del barrio también sufren las consecuencias ya que al no poder ingresar con sus vehículos los clientes optan por ir a comprar a otras sucursales”.
Y agregó: “Es un riesgo para nosotros que esto no se solucione, si uno cruza por allí, no sabe con qué se puede encontrar bajo el agua, desde algún bicho que nos infecte hasta los desperfectos del asfalto que pueden llegar a producir una accidente, por más que sea de menor gravedad”.
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