Muñecos, una silla, el esqueleto de una cama, un triciclo que alguna vez fue rojo, tarros diversos, gomas. De los casi 5 kilómetros de canal de la zona oeste alta se recogieron 30 mil metros cúbicos de basura urbana, hogareña. Restos que las familias que viven en torno del cauce de agua echan como si la traza fuera un vertedero.
Para visualizarlo mejor: la cantidad de basura recogida en el canal oeste es equivalente a una hectárea llena de un montículo de basura de tres metros de alto. Hacía treinta años que no se recogían esos residuos.
La importancia de la canalización y desagüe de la ciudad es fundamental desde de su fundación. Al estar ubicada en una zona de valles, la urbanización recibe las corrientes que se originan en las laderas montañosas del entorno ante cualquier precipitación.
La situación que en mayor o menor medida se hace sentir en toda la ciudad en épocas de lluvia obliga al municipio a realizar constantes vigilancias del estado de los canales.
Recientemente la comuna realizó el servicio de limpieza de los dos canales de la zona oeste alta, tarea que comenzó en octubre y logró dejar en su nivel original a los cauces.
Entre los dos canales involucran a siete barrios en su recorrido por una de las zonas más populosas de la ciudad y son ejemplo extensible a otros cauces semejantes.
Los canales de la zona oeste alta nacen sobre la avenida Arenales, en barrio Luján, transcurren paralelos a la avenida Juan XXIII y mueren en el río Arias, en villa Los Sauces, y son los más extensos de la capital.
Martín Morales, de la dirección de Higiene Urbana de la Secretaría de Ambiente y Servicios Públicos de la Municipalidad , aseguró que el 80% de los canales de la capital se encuentran saneados y con su cauces limpios.
Conciencia ambiental
“Con estas temperaturas y la cantidad de lluvias que comienzan a caer sobre la ciudad, tenemos malezas en gran parte de los canales. En concepto de márgenes y taludes, la Municipalidad debe operar sobre 80 ha para mantener saneados los cauces y desagües de la ciudad”, señaló Morales.
Alrededor de 47 kilómetros de desagües pluviales a cielo abierto tiene Salta; la totalidad con ingeniería humana, aunque aprovechando en su mayoría las cárcavas naturales.
“Tenemos que señalar que existe una total falta de conciencia ambiental entre quienes arrojan la basura a los canales. Si el cauce está saneado hoy, a los 15 días la situación vuelve complicarse por la cantidad de residuos que arrojan. Desde el punto de vista ambiental es un desastre. El trabajo de saneamiento es complicado porque debe hacerse a mano, ya que no en todos los lugares puede entrar maquinaria pesada. Muchos de los cursos se encuentran en medio de las casas y los operarios los limpian a pico y pala. En el Tinkunaku, por ejemplo, en algunos tramos se recoge agua servida de las cloacas. Y los operarios deben trabajar en medio de esos líquidos, con todos los riesgos que significa”, dice el funcionario municipal.
“Aunque en los barrios cuentan con servicios de recolección domiciliaria, constantemente arrojan basura al cauce, lo cual aumenta las complicaciones que tiene el saneamiento. La tarea de desmalezado en el talud se hace en forma mecánica y manual. El ritmo de crecimiento de la maleza es de 30 centímetros por semana, por lo que debemos hacer los cortes cada 15 días. A esa maleza no se le puede hacer un control químico”, explica Morales.
Un solo objetivo: evitar la epidemia del dengue
La Dirección de Higiene Urbana comunal está realizando el monitoreo del mosquito Aedes aegypti, vector del virus del dengue.
Para ello, ha reunido a un equipo especializado con el que semanalmente verifica la presencia del Aedes en los cauces.
“Han bajado los porcentaje del 15 y el 20 por ciento de las larvas y los adultos de Aedes en los canales. Esto se debe a los procesos de fumigación específicos para combatir al mosquito adulto y a su cría. Es un trabajo constante que se realiza desde la comuna aunque seguramente ahora se van a activar con las precipitaciones y el calor. Pero los estamos manteniendo en control con un porcentaje bajo a costas de canales saneados y control químico. Sin duda, si no tuviéramos el 80 por ciento de los canales en buen estado, las posibilidades de una epidemia de dengue sería más probable”, sentenció Morales.
Recordemos que tanto desde la Municipalidad como así también desde el Gobierno provincial se están llevando a cabo programas para erradicar al mosquito de los hogares.
Pero también es muy importante que la población tome conciencia de la necesidad de mantener la limpieza en los espacios públicos como canales y baldíos.
Controles químicos
Sobre la maleza que crece en los canales, Morales señaló que “no se le puede hacer un control químico porque los agroquímicos que se utilizan pueden ser tóxicos para la población y muchos de los canales cruzan por zonas de viviendas”.
Para el funcionario comunal, la situación de los canales es fundamental para la ciudad, aunque señala que “hay sectores del macro y microcentro que son inundables. Es allí donde se están encarando obras según las posibilidades presupuestarias”.
Los puntos
Aún están pendientes los trabajos sobre el canal Yrigoyen. Tiene un total de 1.700 metros y es uno de los más anchos de la ciudad.
Las últimas cárcavas antiguas que tiene la ciudad se encuentran en la zona oeste alta y aún no han sido canalizadas.
Si el Municipio no realiza el trabajo de desmalezado y saneamiento, lo hacen asociaciones barriales y cooperativa de vecinos.
El canal del barrio Santa Ana, de 3.800 metros, se encuentra saneado y libre de maleza. El curso ha sido revestido con cemento.
Para la limpieza del canal oeste alto se afectó 5 excavadoras, una pala cargadora frontal, 5 camiones bateas y una cuadrilla de 12 operarios. |
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