Mientras en las ciudades entrerrianas bañadas por el río Uruguay se espera que en las próximas horas las aguas empiecen a bajar, en Chaco y Corrientes las buenas condiciones climáticas permitieron el regreso a sus hogares de buena parte de los miles de evacuados que habían producido las fuertes lluvias de los últimos días.
Los pronósticos meteorológicos anuncian que "no lloverá en los próximos días en Concordia, por lo que el río no subirá más de 15,30 metros e incluso comenzaría a bajar", fue la expresión esperanzada ayer del gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri. "De no mediar ningún tipo de acontecimiento extraordinario, esperamos que en los próximos días la situación tienda a normalizarse".
Unos 10.700 evacuados y autoevacuados se encuentran afectados en la provincia por la creciente del Uruguay, y otros 500 aún permanecen fuera de sus hogares en Villaguay como consecuencia de las lluvias. El pico esperado de Paso de los Libres llegaría en horas más a Concordia, y luego el nivel del río comenzaría a bajar. En ciudades al sur de Concordia, las alturas permanecen y también el número de evacuados.
En cuanto a la creciente del río Paraná, no hay pobladores afectados. En la zona isleña, de los 800 mil vacunos que se necesitaban trasladar para evitar que sean arrasados por las aguas, unos 300 mil aún restan movilizarse. Según la Dirección de Ganadería de la Secretaría de la Producción, el punto radica en que muchos productores todavía ven con escepticismo los pronósticos e insisten en esperar a último momento.
Las buenas condiciones climáticas de ayer permitieron en el Chaco bajar la cantidad de evacuados que generó el temporal del sábado pasado, tras el cual 4.400 personas fueron alojadas en escuelas y otros centros. Hasta ayer a la tarde, 1.500 de ellas ya habían podido volver a sus hogares.
Por eso, ahora la atención está concentrada en la evolución de las condiciones meteorológicas. Los pronósticos, de momento, hablan de que hoy miércoles tampoco habrá lluvias.
Con todo, el retorno de familias a sus barrios y villas es más lento que lo esperado, algo que se atribuye a que tanto los suelos como los desagües quedaron saturados tras la seguidilla de lluvias que se inició el viernes 20 de noviembre y que en diez días descargó 510 milímetros en el Gran Resistencia, provocando dos menores muertos y miles de evacuaciones.
Mientras tanto, prosiguen los trabajos dirigidos a mejorar la capacidad de drenaje de canales y desagües, ante la perspectiva de que de aquí a marzo se mantendrá un intenso ciclo de lluvias. En la capital chaqueña, las zonas más vulnerables son también las más pobres, porque se trata de asentamientos irregulares formados en la periferia de la ciudad y en terrenos que habían sido dejados al margen de la urbanización justamente por su condición de inundables.
VERONICA TOLLER (GUALEGUAYCHU) Y SERGIO SCHNEIDER (CHACO)
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