La laguna de agua caliente del volcán Poás alcanzó este mes su nivel más bajo en los últimos 15 años, al descender aproximadamente 20 metros.
El fenómeno se presentó pese a que en el volcán las lluvias no han cesado este año, informó el Centro de Investigaciones en Ciencias Geológicas (CICG), de la Universidad de Costa Rica (UCR).
El vulcanólogo Raúl Alberto Mora Amador dijo que en lo que va de este año el lago de agua caliente, que se observa en el centro del cráter, ha perdido 700.000 metros cúbicos de agua.
Esa caída solo es superada por la del año 1994, cuando durante el mes de abril el lago se secó por completo. Luego de ese momento comenzó a recuperarse poco a poco hasta que alcanzó nuevamente la altura normal en 1996.
Consecuencias. Raúl Mora agregó que el problema con esta situación es que debajo del lago se encuentran diversas fumarolas subacuáticas que inyectan gas constantemente al agua.
“El agua del lago impide que los gases se liberen directamente a la atmósfera. Si no existiera la laguna, estos gases provocarían mayores problemas con la lluvia ácida, afectando a los pobladores cercanos al volcán, así como los cultivos que se siembran en sus faldas, especialmente los ubicados en el sector al suroeste del volcán”, explicó el vulcanólogo.
Uno de los factores por los cuales la laguna se seca es la alta temperatura, que prácticamente todo el año ha rondado los 50 grados Celsius, lo cual provoca una evaporación constante del agua.
Según el informe del CICG, en una medición efectuada el 25 de noviembre pasado la temperatura alcanzó los 49,2 grados Celsius, mostrando un pequeño descenso pues en octubre registró los 52 grados Celsius. Para los expertos, cualquier lago volcánico ubicado en el trópico que tenga una temperatura superior a los 45 grados Celsius presenta un desequilibrio térmico, lo cual significa que existe un aporte de calor y gases desde el fondo del lago más intenso de lo normal.
Raúl Mora dijo que de continuar las altas temperaturas la laguna caliente del Poás puede llegar a secarse. Incluso, señaló que podrían darse erupciones freáticas (levantamiento de agua y sedimentos), como la ocurrida el 18 de setiembre.
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