Paysandú se declaró en estado de emergencia. Aparecieron tres focos de dengue. La vecina ciudad de Salto permanece con igual número de evacuados. El río no da tregua y la represa tratará de no abrir compuertas para no empeorar el cuadro.
En las primeras horas de ayer una intensa lluvia se descargó sobre el litoral, cuando salteños y sanduceros comenzaban a despertar con sus respectivas ciudades tomadas por las aguas. El caudal del río Uruguay sigue siendo alto, los responsables del complejo hidroeléctrico de Salto Grande tratan de administrar la represa de tal modo que su erogación no supere la media de 26.000 metros cúbicos por segundo. El objetivo es difícil de mantener.
Pero donde la situación se agravó más en las últimas horas fue en Paysandú. Creció el número de evacuados, la amplia mayoría de ellos afuera de los refugios asistidos por el Comité Departamental de Emergencias. Precisamente este aspecto es el que ha complicado más las labores de apoyo de las autoridades y suma preocupación por el mayor riesgo sanitario que suponen los cientos de familias alojadas en carpas o improvisados refugios.
Con casi 3.500 desplazados por las aguas y la previsión de que el río continuará creciendo en los próximos tres días, el intendente Julio Pintos declaró ayer el Estado de Emergencia Departamental para Paysandú. En la mañana de hoy el Comité de Emergencia evaluará solicitar al Sistema Nacional de Emergencia la Declaración de Zona de Desastre.
Con ello procurarán el acceso a nuevos recursos y acciones para afrontar la situación que azota el departamento.
El jefe comunal explicó a El País, que el decreto emitido ayer está sustentado en la ley que rige el funcionamiento de los municipios y las definiciones incluidas en la Ley de Emergencias 18.621, recientemente promulgada
Esta ley establece que la declaración de estado de desastre compete al Presidente y su Consejo de Ministros.
Para Pintos, los efectos de la inundación también cumplen los requisitos planteados en la Ley de Emergencias, que define como tal al "estado caracterizado por la alteración o interrupción intensa y grave de las condiciones normales de funcionamiento u operación de una comunidad, causada por una reacción inmediata y exige la atención o preocupación de las instituciones del Estado, de los medios de comunicación y de la comunidad en general".
Con el decreto de ayer, el intendente podrá disponer la utilización y derivación de recursos municipales, especialmente los humanos. En algunos casos, la declaración puede ser requisito para acceder a la ayuda de cooperación internacional, que eventualmente pueda ser solicitada u ofrecida, ilustró el jefe comunal.
La declaración fue comunicada a la Junta Departamental y a las direcciones municipales.
A estos problemas ayer Paysandú sumó el del peligro del dengue. Hasta hace unas dos semanas no había focos del mosquito transmisor del dengue y en los últimos días aparecieron tres en la zona Sur, una de las más afectadas por la crecida del río. Las grandes extensiones de agua favorecen la reproducción de mosquitos, cuyo aumento es notorio en estos días. La Dirección Departamental de Salud asegura que la mayoría son mosquitos comunes, pero exhorta a la población a extremar medidas preventivas contra el Aedes.
La intendencia está fumigando, y ya lo hizo en los lugares donde aparecieron larvas del Aedes, pero las reiteradas lluvias disminuyen su efecto ya que "lavan" el producto.
BAJO AGUA. Al cabo de unos quince días de inundaciones sostenidas los habitantes de la ciudad de Salto han debido acostumbrarse a convivir con el agua, aunque ésta ha sitiado casi la mitad de la planta urbana. "Hay más de un escenario novedoso. La crecida y la evacuación hace que haya servicios que quedan frenados. Por ejemplo, tenemos sólo para asistir a los evacuados, 25 camiones y alrededor de 100 funcionarios en la calle sólo para esas tareas, sin contar al personal que indirectamente trabaja en estas tareas", contó ayer a El País el intendente salteño Ramón Fonticiella.
Las tareas municipales que más se han resentido son las obras viales. "Se han postergado obras financiadas por el Fondo de Desarrollo para el Interior, como la reestructura del colector Sur, ubicado en la calle Orestes Lanza, un corredor que va del Oeste al Este de la ciudad y donde, por ejemplo, ya debería haber un puente ahora hay agua. De manera que tenemos una variación y el riesgo de no cumplimiento de obras que tienen un plazo", explicó el jefe comunal.
También el servicio urbano de ómnibus salteño, que es municipal, ha quedado virtualmente paralizado.
"Los buses no pueden hacer sus recorridos habituales, entre otras cosas porque esta ciudad tiene cinco puentes que conectan con el Sur de la capital y tenemos cuatro de esos cinco puentes cortados. Eso hizo que, por ejemplo, el puente que tenemos sobre la calle Treinta y Tres se convirtiera en doble vía, con lo que tuvimos que poner allí inspectores de Tránsito para ordenar. Esta tarea nos está quitando funciones de agentes de Tránsito", señaló Fonticiella.
También hubo otras ideas novedosas, como la implementada del Hospital de Salto que creó una "farmacia móvil" para los evacuados. "La gente que fue evacuada recibe diariamente la visita de médicos, pero algunas veces los médicos tienen que recetar remedios y la gente no puede desplazarse hasta una farmacia para obtenerlos, por eso el hospital creó esa farmacia móvil que recorre todos los refugios y entrega remedios cuando se necesitan", relató el intendente.
Por estos días tanto salteños como sanduceros coinciden en que estas superaron ya a las históricas inundaciones de 1959. A modo de ejemplo Fonticiella maneja los picos máximos del caudal del río que en las inundaciones de hace medio siglo llegaron al récord de 35.000 metros cúbicos por segundo, durante los días de lluvia más intensa en noviembre pasado el caudal llegó a los 36.000 metros cúbicos por segundo.
"Somos hijos de la inundación, ya tenemos experiencia en estas cosas", resume el intendente Fonticiella. (Producción: Renzo Rossello)
Las cifras
6.865 es el número actual de evacuados según el último reporte de ayer del Sistema Nacional de Emergencias.
3.445 es la cantidad de desplazados solamente en Paysandú, por la crecida del río Uruguay que ayer llegó a los 9 metros en la costa.
Autoevacuados
El número registrado ayer por el Comité de Emergencias de Paysandú es de 3.445 personas desplazadas. De ese total 1.815 son autoevacuados, lo que más preocupa es precisamente el alto número de personas que no acuden a los refugios y montan sus propios campamentos, no muy lejos de sus viviendas anegadas. De todos modos la creciente demanda obligó a abrir un nuevo refugio en los galpones de una empresa privada, donde fueron ubicadas ayer otras 80 personas. Se estima que en este momento hay unas 500 personas acampadas en 150 carpas, que no reciben asistencia directa del Comité.
El río seguirá creciendo. Frente a las costas de Paysandú el río Uruguay alcanzó ayer la marca crítica de 9 metros. Por la tarde llegó a los 9,04 metros y se estima que alcance un pico de 9,30 metros. Según evalúan las autoridades locales, aunque aún no alcanzó la marca histórica de las inundaciones de 1959, con 13 metros, los perjuicios ocasionados pueden ser tanto o más graves.
Salto Grande reduce su producción. El presidente de la delegación uruguaya ante la Comisión Técnico Mixta, Enrique Topolansky, aseguró que el complejo hidroeléctrico está produciendo un 35% menos de energía para mantener un caudal normal. "Esto ha obligado a UTE a prender centrales térmicas para poder satisfacer la demanda", aseguró Topolansky.
El día después
"Lo que ahora nos preocupa es el día después. Estamos elaborando un plan de realojos permanentes, pero también hay que tener en cuenta que hay barrios muy antiguos que se desarrollaron en esas zonas y no podemos cambiar. De todas formas lo que estamos haciendo ahora es prepararnos para el retorno a los hogares. Vamos a necesitar materiales de construcción, chapas, aberturas, cosas que sabemos que la gente común no puede hacernos llegar, pero sí el gobierno o empresas", explicó el intendente Ramón Fonticiella.
"No vamos a abrir más compuertas"
El presidente de la delegación uruguaya ante la Comisión Técnico Mixta de Salto Grande, Enrique Topolansky, desestimó críticas sobre falta de previsión al tiempo que pintó el panorama actual de la represa. "Puedo decir que durante el mes de noviembre, en lo que llamamos cuenca inmediata, llovió más de 600 milímetros. Eso es un volumen absolutamente excepcional del cual no tenemos registro desde que existe la represa, los antecedentes indican que el promedio de los noviembres son de 144 milímetros, con el agregado de que llovió mas en la última quincena que en la primera, entonces la conclusión que se saca que es tan grande que es como si se hubiera llenado el embalse partiendo desde cotas muy bajas, por lo menos siete veces en los últimos quince días", explicó.
En relación con los cuestionamientos acerca del nivel que tenía el lago de la represa antes de que comenzaran las lluvias, unos 35 metros, también Topolansky fue enfático. "Es técnicamente imposible por lo que he explicado, se llenó siete veces el lago y si cuando se inició el primer movimiento de compuertas hubiéramos tenido el lago en treinta o treinta y un metros, igual habríamos tenido a los muy pocos días que empezar con las evacuaciones y la situación al día de hoy sería exactamente la misma", argumentó.
Topolansky, que se encuentra en Salto, comentó que se sintió sorprendido al igual que el resto de los salteños por el temporal de ayer de madrugada. El evento fue analizado ayer por la comisión "y decidimos dejar las cosas como están, o sea que no vamos a abrir más, no vamos a afectar más la población de Salto ni la de Concordia ni la de Paysandú".
Hay 2.000 personas sin energía
POR FREDDY FERNÁNDEZ
Dos mil clientes siguen sin energía eléctrica en los departamentos de Rivera y Tacuarembó, fundamentalmente en el área rural, indicaron fuentes de UTE.
En los alrededores de Minas de Corrales es la zona más compleja, con 700 clientes sin luz. Trabajan allí 11 cuadrillas con grúas y cinco sin grúas, en jornadas promedio de 16 horas. Pero esta mañana las cosas se complicaron dado que volvió a llover y hubo tormenta eléctrica, indicó un funcionario del ente energético.
Fuentes de la empresa estatal informaron que Carlos Velázquez, jefe técnico de la región sobrevoló toda su jurisdicción evaluando la situación. Mediante un comunicado UTE pidió comprensión y exhortó a no tocar cables energizados.
En Tranqueras, en tanto, hay entre 50 a 60 personas, que desde el 3 de noviembre, están afuera de sus hogares.
El secretario de la Junta Local, Milton Gómez, señaló que "tenemos todo pronto para reconstruir siete a ocho viviendas, pero, las condiciones del tiempo no han permitido reconstruir".
En esta localidad también hubo actos de vandalismo, con robos de placas al cementerio local. Hay varios detenidos y 40 placas fueron recuperadas.
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