“Existe preocupación porque la referida ley cambia el foco, la filosofía del manejo de las aguas. De pronto la normativa está convirtiendo a las aguas en un recurso del Estado, parecido a los recursos mineros”, explicó Segovia.
“Nosotros heredamos de la ley española el manejo de los recursos mineros como si fuesen de la Nación. El dueño de un terreno es solo propietario de la superficie y lo que hay debajo, en cuanto a los recursos mineros, es del Estado. Hay un conflicto siempre, en el cateo, en la búsqueda de minerales y, quizás, por ese motivo no haya habido mucho interés en el tema de las prospecciones”, añadió.
“Puede arrojar conflictos”
Añadió que esa situación hace que la actual Ley de Aguas pueda arrojar conflictos. “Por otro lado, va requerir de un registro de todos los recursos existentes. Y de ahí viene el temor de los miembros de la Asociación Rural. De que hasta el último tajamar tenga la obligatoriedad de registrarse y ser sujetos de concesión o permiso para su uso, así como de todas aguas superficiales. Creo hasta las aguas gaseosas, es decir los vapores, estarían incluidos”, señaló.
“Una ley que incluye mucho”
“Es una ley que incluye mucho y que deja al arbitrio de lo que se decida en las comisiones y grupos establecidos para el efecto. Es decir, se crearía una burocracia especial para manejar este recurso. El único que quedaría fuera es el de uso doméstico, pero sin embargo, la ley fijaría cuál sería la cantidad de agua destinada para cada persona y cosas de esas que son inquietantes”, aseveró.
El especialista señaló igualmente que otra de las preocupaciones está vinculada con qué pasará con el derecho de los indígenas, es decir lo relacionado al uso consuetudinario del recurso. “En otros países, en Estados Unidos, por ejemplo, hay diferentes filosofías, dependiendo de la cantidad de agua disponible. En el oeste, donde hay poca agua, la persona que ha usado anteriormente tiene derecho a seguir y la gente que viene después, si es que ya no queda agua para distribuir, ya no puede usufructuarla”, acotó.
“En nuestro caso, en el Paraguay, donde se da la producción de alimentos, de ganado, soja, entre otros rubros, el interés debe apuntar a mantener una fuente sustentable para el futuro. Porque hay que planear lo que podrá ocurrir dentro de 30 años, cuando tengamos 30 millones de habitantes. Se viene una crisis de agua en el mundo. Hay ya conflictos, como en el Medio Oriente y en esta zona, por suerte, aquí tenemos todavía mucha agua”, dijo el técnico. |
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