Durante ocho años consecutivos, el municipio de Jesús María incluyó en su presupuesto partidas considerables para invertir en la red de agua potable. El resultado está a la vista: pese a la crisis hídrica, los vecinos no tuvieron que padecer cortes de suministro ni les faltó presión o caudal en la red.
Es que a principios de este siglo se diseñó un plan de obras pensando en el crecimiento de la ciudad y en su necesidad de incrementar la prestación del servicio a una población que creció sin pausa. Con recursos en su mayoría propios –el erario municipal puso más del 90 por ciento de los fondos invertidos– y con personal municipal se desarrollaron una serie de obras que permitieron romper con las deficiencias crónicas que tenía la red.
Las autoridades municipales hicieron una ponderación de la inversión que realizó el municipio y la situó, a valores de hoy, en un millón de pesos por año.
Lo primero que se resolvió durante el bienio 2001-2002 fue el problema del transporte de agua, que impedía que el agua llegue con la misma presión a todos los sectores. En esa época se hicieron los nuevos refuerzos para la costanera y para la zona este de la ciudad sobre la calle Chile. Después vendrían otros refuerzos para la zona oeste y noreste y las extensiones de redes para barrios alejados.
Resuelto el problema del transporte, se abocaron a solucionar los problemas de provisión y almacenamiento de agua para lo cual concretaron dos obras de infraestructura: una nueva planta de producción de agua sobre el dique de afloramiento y una nueva cisterna de dos millones de litros que está a punto de ser puesta en funcionamiento.
El sistema se automatizó a través de un software y se interconectó toda la red de modo que puede monitorearse todo lo que pasa desde la estación central donde hay una cisterna de tres millones de litros y un tanque de un millón de litros de agua.
La continuidad. Entre el ex intendente Jorge Colombo y el intendente Marcelino Gatica (UCR ambos), el único funcionario que permaneció en su puesto fue el secretario de Desarrollo Urbano, José María Brusasca, y responsable de la ejecución de este proyecto rector.
Aunque podría darse por satisfecho porque los reclamos vecinales por la falta de agua se redujeron a su mínima expresión, sigue pensando en cómo continuar invirtiendo para que la ciudad acompañe al crecimiento poblacional.
Queda pendiente un refuerzo para la zona norte donde hay tres barrios nuevos o 500 viviendas; otro refuerzo para la zona sur en el barrio Sierras y Parques donde hay cerca de mil lotes. “Uno no hace estas cosas en función de que la gente salga a aplaudir. Son cosas que uno piensa que las tiene que hacer”, señaló el funcionario.
Todos toman. El agua del río Jesús María no sólo abastece a esta ciudad sino que provee agua para un canal de riego que llega a la comuna de Colonia Vicente Agüero, a un canal que llega a las estancias San Javier y La Florida, al canal Huergo desde el que lleva agua la Cooperativa de Servicios Públicos a Colonia Caroya, y a otra perforación que la Cooperativa tiene sobre esa cuenca. En la crisis, le “prestó” camiones a Salsipuedes.
La producción normal de agua en la zona donde está el dique de afloramiento, por ejemplo, está entre los 800 y los 900 m3/hora. Jesús María tiene autorizado tomar hasta 350 m3.
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