-¿Cuáles son los logros que más destaca de su gestión como secretario de Salud y que objetivos tiene con futuro inmediato?
-Los objetivos son trabajar sobre la promoción de la salud. Nosotros tenemos un criterio de salud positiva, buscando dentro de las posibilidades de transmitirle a la gente todas las formas de vida saludables que permitan no enfermarse. Esto implica transferir la tecnología más fina a la comunidad, que es el conocimiento. No es tarea fácil, sobre todo en comunidades desiguales como la nuestra.
Por un lado tenemos un objetivo muy claro que es el de urbanización, sobre una densidad de cerca de 20 mil viviendas que tiene la ciudad, tenemos 4 mil viviendas en construcción. Esas viviendas van acompañadas de un plan de inclusión social, un sistema de neurodesarrollo infantil para poder desarrollar a chicos de 0 a 3 años, que es la mayor etapa de neumogénesis donde el cerebro crece los primeros 3 años y después llega una meseta. Nuestro esfuerzo está hoy en ese segmento. Si logramos trabajar intensamente en el neurodesarrollo infantil le damos igualdad de oportunidades y logramos disminuir hacia delante en el tiempo la marginalidad.
Nuestras abuelas sabían que transmitir y como educar a un niño. Esta nueva sociedad que nos toca vivir, hay una estructura de familia distinta, embarazo adolescente, padres adolescentes, adicciones, ignorancia, condiciones de vida inadecuadas, abuelas madre, etc. No hay solo pobreza económica, sino pobreza cultural. No poder transmitir los valores culturales de una generación a otra con toda su potencialidad a un niño en esos años, hace que ese chico después cuando ingresa a la escuela primaria ya tenga con un déficit que no se corrige. Nosotros estamos totalmente comprometidos con este tema. Y este tema como tema clave hacia el futuro, con todo lo que significa desde los enfoques de salud, pero vinculado desde este lugar, desde la igualdad de oportunidades.
-¿Cómo es su relación con el actual ministro de Salud de la Provincia? ¿Se están trabajando proyectos en común?
-Hay proyectos que tenemos con el viceministro, Alejandro Collia, por la competencia, porque tienen la parte operativa y la política municipal está dentro del área de ellos. Y también tenemos fuertes vínculos con el Gobierno Nacional. El Ministerio de Salud de la Nación tiene un protagonismo distinto, en el sentido de que es el que tiene la mayor capacidad de financiación.
-¿Cómo es la situación del municipio en cuanto a la asistencia a la población vulnerable y en qué medida los programas de Nación ayudan para que ustedes puedan crecer en esas áreas?
-Nosotros estamos hablando tanto con el ministerio de la Provincia como con el de Nación. Cuando hablo de nosotros hablo del COMCOSUR (Consorcio de Municipios del Conurbano Sur). En la región sur somos 7 municipios. Tenemos una comisión de Salud en la cual participamos de forma permanente, y tratamos de todos los temas estratégicos discutiéndolos de forma integrada no como municipios sino como región. Y lo que nosotros vemos es que hay algunas cuestiones muy concretas, que son dificultades en el trabajo de la atención primaria que tienen que ver con el recurso humano, el pago de recursos humanos, y tiene que ver con la planificación. Los municipios han tenido una historia completamente distinta porque los municipios en realidad no tienen delegadas funciones específicas de salud en la provincia de Buenos Aires. El marco rector del Ministerio de Salud es el responsable de la salud de la población. Los municipios han avanzado en responsabilidades sanitarias por propia voluntad, desde sus intendentes, sus Concejos Deliberantes, y desde las instituciones y organizaciones de cada ciudad que fueron generando estructuras sanitarias.
En ese contexto la realidad de cada uno de los municipios, es completamente distinta. Cada uno hizo su propio desarrollo, y son desiguales. Entonces las necesidades que tiene uno, no son las del otro. Lo que estamos discutiendo tanto con la Nación como con la Provincia, es que se desarrolle un sistema local de salud, que cada municipio puede decir lo que precisa, y que las ayudas, los financiamientos vengan en virtud de un programa que pueda tener auditoría conjunta tanto con Provincia como con Nación, pero que el diseño se haga desde lo local.
Cada municipio conoce las necesidades de lo que administra, somos todos distintos, por eso necesitamos soluciones a problemas diferentes. Lo ideal sería que, además de los programas a nivel nacional, se implementaran programas locales que puedan solucionar la diversidad de cuestiones que se presentan en cada zona.
- Sabemos que van a remodelar el servicio de guardia del Hospital de Wilde, ¿puede dar detalles de la obra?
- Esta es una obra que la va a hacer el municipio. Vamos a llevar adelante una ampliación en la Guardia, que permitirá contar con aproximadamente un 40% más de superficie y, de esta manera, se mejorarán los espacios de atención.
- ¿Cuáles son las necesidades del resto de los centros de salud y hospitales del municipio?
- La necesidad principal es el tema del recurso humano y del valor de los sueldos, tanto del área profesional como no profesional. La Carrera Médica Municipal siempre estuvo por encima del salario del médico de la provincia de Buenos Aires, pero hoy nos encontramos con una relación inversa. Nosotros pensamos que si la Atención Primaria de la Salud es la base de los programas de salud de la Nación y de la Provincia, consideramos que su financiamiento no puede estar en manos del socio más pobre. Esto es lo que estamos trabajando con ellos, para buscar soluciones que nos lleven a contar con un sueldo médico adecuado y una carrera municipal única, que impida desniveles entre un municipio y otro.
- ¿Qué medidas están tomando en el Municipio de Avellaneda en cuanto a la prevención del dengue?
-Desde el año pasado el Municipio de Avellaneda está desarrollando un programa con 85 trabajadores comunitarios, que son capacitadores y promotores sociales. Ellos recorren diariamente 80 manzanas de nuestro municipio, que cuenta con un total de 4.000 manzanas. Los grupos están compuestos por 10 personas, una de ellas depende de la Secretaría de Producción y Medio Ambiente y coloca los larvicidas de origen biológico.
Además, firmamos un convenio con la Fundación Mundo Sano para colocar larvitrampas. El Aedes Aegypti fue descubierto en el año 1994 en nuestro municipio, las primeras larvitrampas que se colocaron en el Conurbano fueron puestas aquí. Desde aquel momento, en Avellaneda realizamos campañas contra el mosquito transmisor del dengue todos los veranos. Este proyecto se inició aquí de la mano de la que era la responsable del Instituto de Zoonosis Urbana de la Provincia de Buenos Aires.
Hoy en día, realizamos un trabajo integrado con Medio Ambiente: el grupo de basurales se dedica a la descacharrización, y el grupo de salud a la promoción y prevención.
Estamos trabajando casa por casa, ofreciéndole a cada familia la posibilidad de limpiarle el hogar. Si la familia no quiere que entremos, le dejamos una bolsa para el descacharreo y un instructivo sobre cómo limpiar la casa. Simultáneamente, fumigamos las calles para eliminar a los mosquitos adultos. Es fundamental que eliminemos al mosquito, porque en la medida que permanezca en nuestro territorio, vamos a tener a la enfermedad.
-¿Qué consecuencias trajo la contaminación de Riachuelo en la salud de la población? y ¿Qué medidas están llevando adelante para la atención de la gente más afectada?
-La causa que motivó el fallo de la Corte Suprema de Justicia con respecto al saneamiento del Riachuelo fue iniciada por Beatriz Mendoza, que es nuestra Directora de Salud y Ambiente. Ella estaba empleada en el Centro de Salud periférico, ubicado en el Polo Petroquímico, una de las áreas más contaminadas.
La causa se inició con 8 profesionales de la salud más 39 vecinos, es decir, un total de 47 personas llevó adelante esta demanda que terminó con un fallo inédito. La Corte hace un fallo hacia delante, no sanciona hacia atrás, pero le pide al Estado y a los responsables un plan para solucionar el problema. Además, el organismo designó al juez Armella para monitorear el cumplimiento, sin relegar su capacidad de seguimiento y auditoría, hecho muy importante porque obliga a realizar todo lo que se dictamina. Esto nos llevó a trabajar sobre la zona de Villa Inflamable –el barrio que se encuentra alrededor del Polo Petroquímico.
Desde el 18 de diciembre del 2006, estamos entregando agua segura en bidones todos los días a 1.100 familias. También, llevamos adelante un programa de desparasitación masiva, control del embarazo adolescente, apoyo alimentario rico en hierro, calcio y zinc –para evitar la fijación de metales bivalentes como el plomo- y control de todos los chicos con plombemia. Los niños afectados inicialmente por esta enfermedad eran aproximadamente 100, pero gracias a un trabajo con la Secretaría de Ambiente de la Nación clausuramos 2 industrias químicas altamente contaminantes del Polo Petroquímico, y pudimos mejorar mucho la situación de los chicos. Importamos un equipo para detectar la plombemia por pulsión capilar, con el cual hacemos el monitoreo permanente en la zona.
Asimismo, contamos con talleres de capacitación sobre alimentación, higiene y riesgo ambiental, y estamos trabajando fuertemente en la erradicación de basurales.
Hay que destacar que el fallo de la Corte también impuso la relocalización de las familias, por los altos índices de contaminación del aire, del agua y del suelo. Ya hemos relocalizado a 27 familias, y estamos construyendo 500 viviendas para el resto –el fallo obliga a reubicar a 480 familias en la primera etapa.
Estamos cumpliendo con lo establecido, aunque no es tan fácil. Habíamos comprado terrenos en zonas habitadas por gente de clase media y tuvimos dificultades con los vecinos porque creían que aumentaría la inseguridad.
-¿Cómo es la participación del municipio en el COMCOSUR y cuáles son los beneficios que produjo la constitución del consorcio?
- La participación es plena, el consorcio está estudiando distintos tipos de estrategias, como el logro de obras y que los intendentes y los municipios dejen de pensar de lo estrictamente local y piensen desde lo regional. Esto implica proyectar para solucionar los nudos de problemas reales, las vías de comunicación, las zonas inundables, la provisión de agua y cloacas, integrar el sistema de salud; solucionar los problemas entre todos colaborando con la región y armando una red propia de intercambio porque no solo es solucionar los problemas, sino también mostrar las experiencias positivas que cada uno tiene.
-¿Hay otros problemas medioambientales que afecten la salud del municipio de Avellaneda?
-Estamos trabajando mucho con los basurales. Tenemos un área de 50 personas que trabaja en erradicación de basurales exclusivamente. Lo cual no es tan fácil, porque hay gente que vive del cirujeo, los carritos, etc., pero yo creo que hemos mejorado mucho este último año en la ciudad. Desde que se creó esta estructura en los últimos años se viene mejorando día a día. En una ciudad como la nuestra donde la recolección de basura pasa 6 días a la semana, es imposible tener basurales, salvo que haya un objetivo de otro tipo, que son los de la gente que vive de esto.
Por otro lado está el tema del control de la industria contaminante. Avellaneda tiene 300 industrias categoría 3. Nosotros tenemos un área de salud ambiental y estamos tratando de intervenir en toda la ciudad. Hay un manual de procedimiento para cada unidad sanitaria, donde se identifican los contaminantes de cada industria. El tema de la salud ambiental es un tema nuevo, que inclusive prácticamente no se estudiaba cuando yo me recibí de médico. Por otro lado el médico no diagnostica lo que no conoce, entonces hay que capacitar para que se piense en el vínculo entre el síntoma y el contaminante. Los 14 municipios de la provincia de Buenos Aires de la Cuenca Matanza-Riachuelo, más la Ciudad de Buenos Aires, hemos capacitado en este tema con la ACUMAR a través de la Universidad de La Plata, 40 profesionales entre médicos y enfermeras de cada municipio. Es decir, en la provincia de Buenos Aires casi 500 personas. Y además se dictó y se está dictando un curso de toxicología clínica que da doctora Ana Gilardelli que es la jefa del Servicio de Toxicología del Instituto Sor María Ludovica y un referente de toxicología de la provincia de Buenos Aires también para afianzar este tema.
A parte nosotros desde nuestro sector elaboramos un manual de procedimiento para identificar la industria contaminante para que el médico pueda saber que contaminantes circulan, para de acuerdo a lo que produce cada uno poder relacionar el síntoma con el contaminante.
-¿Cuál es la situación en el municipio en cuanto a la regulación de horarios de los boliches por el consumo de alcohol?
-Nosotros estamos haciendo lo posible por cumplirla y estamos totalmente de acuerdo. En más, es una ley que propuso nuestro intendente Baldomero Álvarez. Él va a La Plata con un programa bajo en brazo, que es el programa Envión. Es un programa de inclusión social de chicos de 12 a 18 años. De esos chicos hay más de 300 mil en la provincia de Buenos Aires que no trabajan ni estudian. El programa Envión le da una beca a la familia y lo que busca es la terminación escolar sea primaria y secundaria según lo que dejó, y después, talleres de oficio, de arte, etc. Siendo el alcoholismo la principal droga de consumo en nuestro medio, esta ley es imprescindible porque la nocturnidad y la venta excesiva de alcohol va en contra de cualquier proyecto social que se pueda hacer en el país.
-¿Y con respecto a otras adicciones, especialmente el paco?
-Hemos constituido una Comisión con las Madres por la Vida en varios grupos. El gran problema que tienen los chicos adictos al paco es la internación en agudo. Nosotros en principio definimos la intoxicación como un problema médico. Hay un manual de procedimiento de intoxicación que hizo la subsecretaria anterior, la Lic. María Graciela García. Esto lo difundimos con este grupo y logramos con los directores de los 4 hospitales, pero por otro lado vino el director general de hospitales de la provincia de Buenos Aires, el director de Salud Mental, y el subsecretario de Adicciones, discutir el tema de acceso del paciente crítico en la guardia de los hospitales de Avellaneda.
El paciente adicto intoxicado, en realidad es un paciente de intervención clínica, por los riesgos de la intoxicación. En una reunión que se realizó en el Perón días atrás, la gente de Adicciones ya trajo los talleres de capacitación para las guardias de los diferentes hospitales para entrenar sobre el abordaje de este tipo de patologías. Esto nos parece un cambio fenomenal en el enfoque del paciente adicto intoxicado agudo con respecto a los servicios de salud. Nosotros estamos armando un grupo multidisciplinario con el IMPA (Instituto Municipal de Prevención de Adicciones), el CPA de Avellaneda, el Padre Luis, que es un padre que es médico psiquiatra de Gerli, que trabaja con chicos adictos, un pastor evangélico, etc.
Nosotros le tratamos de servir como andamiaje a todos los grupos que trabajan en esto, pero las decisiones las toman los grupos. Otro tema es el abordaje de los padres. En este mes ponemos en marcha centros de recepción de padres. En general en los padres hay complicidad con el chico adicto, porque es su hijo. Entonces no funciona muchas veces bien el tema de los límites. Cuando uno trabaja sobre el padre y el padre entiende del tema, en última instancia en hijo adicto lo único que le queda de solidario en su vida es el grupo familiar, porque el resto de la sociedad lo rechaza. Cuando ese grupo empieza a poner condiciones, habitualmente cambian las posibilidades de solución del problema por parte del chico. Va a haber una persona capacitada para atender y “ponerle la oreja” a los padres, y si los padres quieren, trabajar en una segunda instancia en un taller o con una psicoterapia. También por otra parte, estamos tratando de resolver el tema de darles un local a las madres para que trabajen.
-Cuando hablábamos de COMCOSUR, usted enfatizó la necesidad de intercambiar experiencias exitosas, hablemos un poco de la estrategias que se podrían implementar para anticiparse a los eventos y conseguir ambientes de vida más saludables y cambios en la manera de vivir y envejecer.
-Creo que es clave trabajar en esta primera etapa de los niños. El 90 % de nuestra comunidad es de clase media, clase media alta o clase obrera media baja, pero tiene valores, y generalmente tiene condiciones de educación y de transferencia intergeneracional cultural. En el otro sector hay que trabajar fuertemente sino se marginaliza.
En la promoción y prevención lo que necesitamos es llevar adelante los controles. Para disminuir la mortalidad infantil, nosotros estamos trabajando sobre bajo peso al nacer. Es un tema que está naturalizado, nace un chico con bajo peso pero para todo el mundo es normal, pero no es así. Tenemos un registro de los 6.126 partos que tenemos en nuestra ciudad y 170 el año pasado fueron de bajo peso. El tema es trabajar con la madre para descartar causas orgánicas de esto. Mientras hacemos este estudio tratamos de que use un método anticonceptivo provisorio para ver si podemos en esos dos o tres meses, aclarar su situación. Si no hay causas orgánicas se le darán las recomendaciones a la madre que sabrá lo que tiene que hacer.
El otro grupo son las embarazadas adolescentes. Ahí estamos trabajando con un programa de Nación que nos ayuda. El embarazo adolescente es el 14 % de los embarazos en nuestra ciudad, pero en algunos barrios el 30 o el 40 %. Y el otro es la mutilgesta, la mujer después del cuarto parto tiene mayor posibilidad de tener mortalidad materna o infantil. Tanto el bajo peso como la mortalidad infantil, derivan de 3 cosas fundamentales: una es la educación de la madre, a mayor educación de la madre, menor bajo peso y menor mortalidad infantil. La otra son las condiciones socioeconómicas de vida. Y la tercera, es la edad gestacional, a mayor edad gestacional, menor mortalidad materna y menor bajo peso al nacimiento, porque el sistema hormonal de la mujer está más maduro después de los 20 años.
Otros temas importantes son la cobertura de vacunación, el seguimiento de papanicolao, las mamografías. Nosotros hacemos con un tráiler 400 mamografías por mes. El año pasado detectamos 6 casos de cáncer de cuello uterino. Hacemos sondeos permanentes en los lugares donde tenemos casos detectados de tuberculosis. Hay que identificar bien las zonas vulnerables, trabajar sobre ellas, y trabajar sobre la accidentología, sobre el HIV, etc.
-¿Hay algún tipo de campañas de educación para salud en las escuelas como por ejemplo en las adicciones, el dengue, la salud sexual, etc.?
-A través de Consejo Escolar, y a través de los diferentes programas, permanentemente los programas participan de la capacitación escolar. Hoy por ejemplo estamos haciendo el ProSanE (Programa de Sanidad Escolar de Nación), lo estamos aplicando en Avellaneda hace un mes. Estamos midiendo con un equipo que hemos integrado de 50 personas a través del programa Familias, estamos haciendo un relevamiento de todos los chicos del Plan Vida que son 17 mil. Estamos evaluando 150 chicos por día: peso, talla, nivel económico, vacunación, enfermedades, etc.
Reflexión final
Tenemos que salir del modelo biologista existencial que no mejora las cuestiones sanitarias en ninguna parte del mundo. Los países que han mejorado son aquellos que han acertado en esto: utilizar las formas de promoción y prevención con un criterio muy firme de salud positiva. Todo lo que tiene que ver con las campañas de promoción de la salud tiene más que ver con la salud, que el hospital. Yo he sido médico hospitalario, he sido director de hospital, y hemos pasado a este lugar porque veíamos que ahí lo único que podíamos hacer era atender lo que ya estaba perdido. En salud y ambiente hay todo un panorama que se plantea y es donde hay que trabajar. Con este paradigma de la salud positiva, la promoción, la salud comunitaria y la participación de la comunidad podemos mejorar los indicadores, e inclusive, la inversión en salud.
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