A sólo horas de colapsar estuvo el sistema de generación de agua potable del Gran Santiago en el invierno de 2008, producto de la ocurrencia intempestiva de lluvias sobre los 3 mil metros en la cordillera de Los Andes, donde debía nevar, afectando el caudal del río Maipo y casi poniendo en "jaque mate" a las plantas de producción del líquido en Las Vizcachas para los más de 6 millones de habitantes de la capital.
El sedimento ingresó a los ductos y plantas de almacenamiento y distribución de agua, lo que obligó a la sanitaria Aguas Andinas a interrumpir parcialmente los suministros los días 22, 23, y 24 de mayo del año pasado en varias comunas de la ciudad. El entonces intendente metropolitano, Álvaro Erazo, exigió públicamente una partida de camiones aljibe para enfrentar la emergencia y restablecer el suministro a la comunidad.
Los cambios de temperatura arriba en la cordillera revelaron la vulnerabilidad de Santiago ante la ocurrencia de un alud, como pasó hace algunos meses en el sector de Farellones, que cobró la vida de una madre y su pequeña hija, aún desaparecida.
Para Aguas Andinas, la lección está aprendida tras dicho episodio, y para evitar riesgos a futuro emprendió un proyecto para asegurar el agua potable, aún ante la ocurrencia de cambios imprevistos en la isotermia.
Se trata del Proyecto Interconexión Embalse El Yeso-Acueducto Laguna Negra, en plena montaña andina, que consiste en la construcción y operación de un ducto de conducción hidráulica entre la obra de descarga del embalse y la cámara de captación de Drenes Azulillo, sobre un total de 5 kilómetros.
La iniciativa ya entró por Declaración a la consideración del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), e incluso el proyecto acaba de ser inspeccionado por la Superintendencia de Servicios Sanitarios.
"Queremos evitar los riesgos ocurridos por situaciones climáticas a la población en mayo del 2008 en materia de seguridad del agua potable, que es vital en el día a día para las familias", precisó la superintendenta Magaly Espinosa.
Para el gerente general de Aguas Andinas, Felipe Larraín, el tema es más global, a raíz del cambio climático, que está haciendo más usuales las lluvias sobre los 3 mil metros de altura en los Andes, lo que ocasiona ríos con excesiva cantidad de barro.
"Esto imposibilita el normal funcionamiento de las plantas de agua potable por la alta turbiedad del agua", explica.
Agregó Larraín que como el río Maipo es la principal fuente de abastecimiento de agua cruda para las plantas de potabilización, su empresa ha proyectado construir una obra de seguridad que permita llevar por un colector agua (cruda) limpia desde el Embalse El Yeso hasta la planta de producción de agua potable Las Vizcachas.
"No usaremos la caja del río como medio de transporte de agua cruda para aislar situaciones de exceso de barro", concluyó.
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