Gastos millonarios en el sector energético y enormes costos por la crecida del mar, en el peor de los casos; en el mejor escenario, una agricultura diversificada y multiplicada, así como efectos positivos para el turismo y control del recurso agua.
Estos son los impactos económicos que se estiman para Uruguay, en dos escenarios distintos de desarrollo del clima, según un estudio que ayer presentaron la Cepal, Presidencia y los ministerios de Vivienda, ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y el de Economía.
Las dos escalas de desarrollo y contaminación (A2 y B2) se aplican a proyecciones hacia el año 2050 y el 2100. "Pretenden cuantificar los impactos económicos directos e indirectos que genera el cambio climático sobre los recursos costeros, sector agropecuario, energía, biodiversidad, recursos hídricos y desechos, y en general sobre la economía nacional en su conjunto", se explica.
Sobre recursos costeros, por ejemplo, hay un mapa de Montevideo en el año 2100, frente a un "escenario de aumento de 1 metro del nivel medio del mar". Sumando daños en puertos (US$ 342 millones), vías de tránsito (US$ 189 millones), consecuencias de la inundación urbana (US$ 1.114 millones), impactos sobre el turismo (US$ 182 millones) y los ecosistemas (US$ 485 millones), erosión (US$ 1.193 millones), la suma es de US$ 4.041 millones.
Eso, si la temperatura media mundial asciende 3°C, lo que se incluye como una de las variables del escenario llamado Dinámico Intermedio: presentaría una significativa dinámica económica y elevado uso de recursos naturales.
El otro escenario que comprende la metodología de este estudio es el llamado de Mínima: menores niveles de dinámica económica, junto a un mayor cuidado de los recursos naturales.
"Los resultados arrojan tasas de crecimiento económico medias del 3,7% anual al 2030, por la influencia de las grandes inversiones y las expansiones agrícola y forestal, que se desaceleran y reducen al 2,1% anual al final del horizonte del período estudiado en el escenario intermedio, mientras que se ubican en 2,3% y 1,4% en el escenario de mínima, respectivamente". Los escenarios climáticos "para considerar el impacto del cambio climático" se denominan A2 y B2.
"Este trabajo posee la relevancia de ser la primera aproximación a una cuantificación del impacto económico que podría tener en Uruguay el cambio climático", señaló el responsable del informe, el economista Pedro Barrenechea. En este sentido, una de las conclusiones del trabajo es que el cambio climático supondrá para Uruguay un costo del 10% del PBI hacia el año 2050.
Por eso, "los resultados del informe son un insumo fundamental para estudiar la implementación de políticas de Estado tendentes a mitigar y a adaptarse a los efectos que se producirán ante los nuevos escenarios climáticos".
En los próximos años, por ejemplo, no todo son malas noticias. Un aumento de hasta 2°C en la temperatura podría beneficiar al turismo, con una oferta ampliada de Sol y playa. Para el año 2030, dependiendo del escenario, el número de turistas podría llegar hasta 2.260.000 o superar los 3 millones y los US$ 1.525 de ingresos: un 50% más que ahora.
Pero la contracara de este impulso a los números del turismo: también aumentarían las precipitaciones y los eventos meteorológicos extremos, costas y playas se verán erosionadas por el crecimiento del mar, por lo que a largo plazo tampoco son positivos los impactos en el sector turismo.
Algo similar sucede en la agricultura: el estudio afirma que "el cambio climático podría beneficiarlo en las próximas décadas, para impactarlo negativamente en la segunda mitad del siglo en el escenario A2 al superar el umbral de más 2ºC de temperatura respecto a la actualidad, mientras que en el escenario B2 sería positivo en todo el período ya que el aumento de temperatura no superaría dicho umbral, suponiendo técnicas de manejo que no degraden ni desertifiquen los suelos ante la ampliación de la frontera agrícola que se prevé en los escenarios".
Aquí, el reverso es la pérdida apreciable del valor de la biodiversidad en cualquiera de las dos alternativas.
En el análisis de los Recursos Hídricos, todas las cuencas de agua dulce deberán asistir una demanda progresivamente en aumento, aunque sólo exige la capacidad de la Laguna Merín (actualmente comprometida).
El sector energético es especialmente sensible y una demanda en aumento que, en cualquier caso, se duplicará para el año 2050. "Suponiendo el precio del barril de crudo a US$ 70, el impacto del cambio climático en energía será de US$ 2.032 millones acumulado al año 2100".
"Teniendo en cuenta que no se ampliaría la oferta hidroenergética y que las energías renovables no tradicionales también se utilizarían a tope al año 2030, (...)se debería recurrir a fuentes térmicas para atender la mayor demanda en las décadas siguientes: carbón, nuclear y termovoltaica": el impacto, así, sube a US$ 3.000 millones.
Las cifras
3.000 Son los miles de millones de dólares de impacto económico acumulado sólo en el sector energía, proyectado para el año 2010
US$46: En el mejor escenario, ese sería el costo anual del impacto económico de eventos extremos hasta 2030: casi US$ 1.000 millones.
3,07°C De los 17,64°C actuales, la temperatura media subirá a 20,71°C, en la peor opción, para 2010; en el otro caso, de 17,64° a 19,96°
US$46:
Los Impactos y las propuestas de mitigación
El Estudio Nacional de Economía del Cambio Climático en Uruguay, es una iniciativa regional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Fue coordinado por el economista Pedro Barrenechea y dirigido por un panel asesor integrado por Álvaro Inchauspe, del Ministerio de Economía y Finanzas, y Luis Santos, del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento y Medio Ambiente y otros 20 expertos internacionales.
Entre los impactos, se identifican: cambios en productividad del agro, aumento en la demanda energética y cambios en la oferta; ingreso de turistas por aumento de temperatura y pérdidas por erosión e inundaciones costeras y de playas; mayor demanda de agua potable; destrucción de viviendas, infraestructuras, inundación y erosión de terrenos y playas; menos producción de los servicios ecosistémicos terrestres.
Por el aumento de temperatura y del régimen de lluvias, la contaminación e industrialización y la devastación de recursos naturales se espera para las próximas décadas menor disponibilidad de agua y contaminación en algunas cuencas; cambios en la productividad y peligro de pérdida de especies; aumento de casos de enfermedades conocidas e introducción de otras nuevas por mayor temperatura y eventos extremos.
Entre las propuestas de medidas de mitigación: usos eficientes de la energía y cambios en fuentes energéticas; mejor uso del suelo, rotación de cultivos, sistemas integrados y mejores prácticas agroforestales. Se podría reducir una parte significativa de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero a un costo razonable a largo plazo. Hay oportunidades de hacer políticas de bajo costo y alto impacto sobre las emisiones.
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