A pocos metros de la puerta de ingreso al Yacht Club, muy próximo a la cabecera Este del viaducto Oroño, hay un importante rebase cloacal originado por una pérdida en la cámara de carga de la cloaca máxima.
Consultado por El Litoral, el presidente del directorio de Assa, Alberto Daniele, explicó que el problema acontecido tiene una razón técnica muy clara: el sistema está ideado para bombear sólo los líquidos cloacales de la ciudad pero, a raíz de desagües pluviales conectados a la cloaca, su capacidad de bombeo se vio sobreexigida en las últimas lluvias y terminó colapsando.
“El sistema está pensado para bombear el agua de los desagües cloacales en un orden de 1.800 metros cúbicos de efluentes por hora. Pero, a partir de bocas de registro en zonas anegadas y fundamentalmente a partir de domicilios particulares que conectaron de manera clandestina los desagües pluviales a los cloacales, en el mes de noviembre se bombearon producto de las precipitaciones caídas alrededor de 4.800 metros cúbicos por hora”, manifestó Daniele. Y acotó: “Al haberse triplicado el caudal de bombeo, el sistema funcionó con sobrepresiones que, razonablemente, derivaron en una rotura y posterior pérdida en la salida de la cámara de carga”.
Un by pass
Para solucionar técnicamente el problema, Aguas Santafesinas reemplazará el tramo de la cañería afectada ejecutando un by pass paralelo al conducto existente que empalmará con la cámara de carga y la cloaca máxima, a unos 10 ó 15 metros aguas abajo, mediante dos cámaras de hormigón armado.
La obra, según lo informado por el presidente del directorio de Assa, comenzará a mediados de enero y su plazo de ejecución será entre 60 y 90 días. Desde la empresa consideran que ésa será la solución definitiva al problema y que la misma ya fue comunicada al Ente Regulador de Servicios Sanitarios para su conocimiento.
“Ahora estamos abocados a la compra de los materiales. Hasta tanto se inicie la obra, Assa procederá a la cloración de los líquidos cada vez que sea necesario a los fines de que la carga microbiológica no sea nociva para el riacho Santa Fe”, señaló Daniele, aclarando que “de todas maneras los líquidos que se desbordan están compuestos por efluentes cloacales muy diluidos en agua de lluvia”.
Consultado sobre la incidencia de la crecida del Paraná ante el problema suscitado, indicó que es un factor en contra porque “el nivel del río actúa como un tapón para la salida de los líquidos de la cloaca máxima y termina forzando aun más el funcionamiento del sistema”.
Tomar conciencia
Entre los días 17 y 18 de noviembre llovieron en la ciudad más de 100 milímetros. Con ello, una gran cantidad del agua pluvial escurrió al sistema cloacal a través de conexiones domiciliarias incorrectamente construidas o por las bocas de registro inundadas.
Consultado al respecto, sobre todo porque de repetirse el fenómeno la cloaca máxima volverá a trabajar a una presión superior a la normal, Daniele apeló a la toma de conciencia de muchos constructores que hacen del desagüe cloacal un sistema alternativo de desagüe pluvial.
“Lamentablemente, muchos son los que ejecutan obras de viviendas particulares o edificios sin cumplir con las reglamentaciones vigentes. Los líquidos cloacales y los pluviales se conducen por separado, porque cada uno de los sistemas que se requieren para transportarlos son diferentes; el de la cloaca, por ejemplo, es un conducto de un diámetro mucho menor que el pluvial”, finalizó el presidente del directorio de Assa.
La cámara de carga de la cloaca máxima está ubicada en la cabecera este del puente Nicasio Oroño.
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