Las 450 familias que viven en Rayo Cortado siguen padeciendo la falta de agua desde el 29 de octubre último, cuando la vertiente que abastecía al pueblo desde hace 60 años, amaneció exhausta. A esa desdicha, se le suman la persistente sequía (en el último mes sólo cayeron 25 milímetros de lluvia sobre esa localidad, ubicada 155 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba) y la pesadez de la burocracia.
El jueves último Jorge Masih, subsecretario de Recursos Hídricos, le prometió al intendente de Rayo Cortado, Juan González, que la semana próxima le daría “una solución definitiva al problema”, según comentó el mandatario.
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