Había despertado exhausta el 29 de octubre último, cuando la crisis hídrica afectaba a buena parte de la provincia de Córdoba y los feligreses de la localidad elevaban plegarias al cielo pidiendo que las lluvias no se demoraran.
Los ruegos fueron escuchados y los 30 milímetros de precipitaciones que se registraron en la región en el último mes y medio reanimaron las napas que bajan desde las sierras del oeste.
"Estamos contentos porque pudimos largar agua a las 9" para que se llenen los tanques de las 450 casas de la localidad, comentó Juan González, presidente de la comuna.
Con esta buena noticia, el mandatario viajó ayer hasta la capital cordobesa para entrevistarse con el subsecretario de Recursos Hídricos, Jorge Mashi, con el fin de avanzar en la solución de fondo del problema del suministro. Ésta consistiría en una perforación para extraer agua de las reservas subterráneas.
Alternativas. Se barajan dos alternativas con ese propósito. Una consiste en perforar el lecho de una vertiente serrana en un lugar cercano a donde está ubicada la actual cisterna.
La otra propuesta es un punto de extracción subterránea sobre la margen norte del río de los Tártagos, al sur de la localidad.
Esta opción es la que recomiendan los técnicos de Recursos Hídricos, ya que la otra requeriría de un trámite de expropiación para abrir una servidumbre de paso, porque el sitio sugerido está dentro de propiedad privada.
El principal escollo para concretarla es la falta de fondos para obras que no estén previstas en el presupuesto de este año, según comentó a este diario un ingeniero que tiene estrecha relación con los funcionarios de la Secretaría de Recursos Hídricos.
"La obra es absolutamente necesaria porque así como hoy tenemos agua en la vertiente, mañana es probable que se vuelva a secar", señaló González.
El jefe comunal aclaró que todavía recibe agua en camiones cisterna que envía a diario la ex Dipas desde Villa María de Río Seco.
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