La calle Martín Rodríguez se encuentra actualmente en un pésimo estado, luego de que las lluvias convirtieran a la misma en un lodazal. Las profundísimas huellas que dejaron vehículos pesados en su tramo entre José María Uriburu y Avenida Gutnisky la convirtieron en una vía intransitable.
Además, en el tramo que va desde Ayacucho hasta Fotheringam de la misma calle, se acumula agua servida que, según denuncias de los vecinos, sale de las mismas cunetas que algunos rompen para que escurran.
Los habitantes del barrio Virgen del Rosario fueron testigos de cómo en los últimos días la calle Martín Rodríguez se convirtió en un camino imposible, luego de que las lluvias y el tránsito de camiones y vehículos pesados dejaran huellas de gran tamaño, que con el correr de los días se convirtieron en una trampa para los conductores. Los zanjones formados por las ruedas que pisaron el barrio impiden de manera absoluta transitar por este tramo, que desemboca en el acceso Sur de la ciudad.
Otro de los problemas que comprometen a los habitantes de este barrio es el agua servida que se acumula y estanca en esta calle en todo el tramo que se extiende entre las calles Ayacucho y Fotheringam. Allí, grandes charcos de agua podrida y pestilente son moneda corriente y, según los testimonios recogidos por La Mañana, se trataría de un problema frecuente.
Al parecer, el agua podrida sale de su zanja gracias a maniobras imprudentes de algunos vecinos. Como el líquido se estanca por el mal funcionamiento de los desagües, son ellos mismos los que rompen las cunetas para que escurra directamente sobre la calzada. Pero allí se presenta otro inconveniente, ya que en vez de escurrirse, el agua se estanca produciendo aun más olor y poniendo en peligro a las familias que allí viven, ya que constituye un foco de enfermedades |
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