La misma información que viene suministrando en los últimos seis meses Aguas Bonaerenses (ABSA), idénticos cuestionamientos a ciertas decisiones tomadas para enfrentar la crisis hídrica y muchas preguntas que siguen sin obtener una clara respuesta, fueron los principales componentes de la audiencia pública llevada a cabo en la mañana de ayer en el Concejo Deliberante para analizar el desarrollo de la coyuntura imperante.
La reunión se extendió durante cinco horas y contó con la participación de autoridades de la firma prestataria del servicio y diez expositores.
En su desarrolló abundaron las preguntas de algunos de los participantes a los técnicos de la empresa y también hubo tiempo para recorrer en los papeles las obras que lleva adelante ABSA para paliar la sequía.
Además se abordaron las dificultades que presenta la red de distribución urbana y las alternativas de abastecimiento destinadas a atender la demanda local en las próximas tres décadas.
ABSA repasó el trabajo que lleva adelante en la zona del Bajo San José, con un total de 16 perforaciones en el acuífero existente a 40 metros de profundidad, los proyectos de captación superficial mediante las tomas de Mirasoles y Aldea Romana, sobre el arroyo Napostá, y sobre el Sauce Grande, así como la readecuación de algunos surgentes.
Sus directivos expusieron también las serias dificultades que presenta la red de 900 kilómetros de extensión que distribuye el líquido en la ciudad, la cual está conformada por cañerías de materiales tan variables como hierro fundido, cemento y PVC y la mecánica de funcionamiento de la empresa para atender las roturas que se generan cada día en distintos sectores.
Esta presentación que disponía, de acuerdo con las pautas establecidas para la audiencia, de un tiempo aproximado de 60 minutos, se extendió durante poco más de dos horas. Dicha situación, lejos de conformar a los presentes --valorando la amplitud de la exposición-- generó un malestar general que fue manifestado al presidente del CD, Marcelo Ciccola, quien hacía las veces de moderador, lo cual motivó que la empresa debiera suspender de manera casi abrupta su presentación.
Acto seguido comenzó la exposición de las 10 personas inscriptas para tal fin, representando a entidades como Universidad Nacional del Sur (UNS), Universidad Tecnológica Nacional (UTN), partido Humanista y grupos vecinales y ambientalistas.
Estas disertaciones se extendieron por diez minutos cada una, abarcando distintas visiones de la crisis hídrica, algunas de fuerte carácter crítico al accionar de ABSA, otras con sugerencias sobre cómo actuar ante la emergencia, algunas referidas a estudios técnicos realizados sobre la cuestión --por caso un informe conjunto de la UNS y la UTN-- y otros que aparecieron un tanto ajenos, por caso la propuesta de vaciar las piletas del balneario Maldonado y llenarlas con agua de un surgente cercano o establecer pautas para que no proliferen las algas en el embalse.
Como cierre, las autoridades de ABSA recibieron preguntas por parte de los presentes, las cuales, en algunos casos, dieron lugar a reducidos debates que escaparon a las reglas del encuentro.
A las 14:30, luego de cinco horas de desarrollo, la audiencia fue cerrada por Ciccola, quiénes agradeció a los presentes su participación y ensayó una especie de disculpa hacia ABSA ante algunas preguntas de tono fuertemente crítico.
Es palabra de ABSA
Luis Volpi, gerente de Operaciones, Calidad e Ingeniería de ABSA, fue el encargado de iniciar la explicación de las acciones que realiza esa empresa para enfrentar la crisis hídrica. Sus primeras palabras fueron para pedir disculpas anticipadas por "sus dificultades de oratoria" y por no "tener la costumbre" de enfrentar "este tipo de situaciones".
Muchas de sus expresiones serían luego cuestionadas por los participantes, al tiempo que no tendría respuesta para varias de las preguntas relacionadas con las obras que lleva adelante la empresa.
Volpi ensayó una presentación de los responsables de explicar la situación, siendo el principal orador el gerente regional de la empresa, Jorge Olaizola, manifestando que nuestra región vivía una de las mayores sequías de su historia y que en ese marco ABSA "creía conveniente" brindar la máxima información posible, asumiendo una de las críticas más corrientes que recibe la empresa cual es no dar demasiadas precisiones sobre su accionar.
"No estamos ocultando información ni mintiendo. Por otra parte nos parece interesante esta audiencia porque queremos conocer si, a juicio de ustedes, tenemos que corregir algún camino", explicó.
Volpi aseguró que ABSA trabaja desde hace tres años en definir "la fuente que merece Bahía Blanca" para atender sus demandas de los próximos 40 años. Para esto insistió en concretar el proyecto de captar líquido del río Colorado. "Se está puliendo ese proyecto e intentando su financiación", aseguró.
A pesar de esta afirmación, Volpi no supo dar precisiones sobre el costo aproximado de esa obra. "No tengo ese dato", contestó, pero ante la insistencia de la consulta insinuó que rondaría los 300 millones de pesos.
Dicha cifra generó incredulidad en los presentes, sobre todo teniendo en cuenta que minutos antes el concejal Carlos Ocaña (UCR) había manifestado que un estudio de 1990 estableció para la obra un costo de 371 millones de dólares.
Volpi tampoco pudo dar respuesta a otras dos consultas. Una relacionada con el consumo de electricidad que requerían los pozos del Bajo San José --"solo puedo decirle que seremos el principal consumidor de la Cooperativa de Cabildo"--, y otra, a requerimiento del senador provincial Francisco Nardelli, sobre cuánto cobraba ABSA a las empresas del sector industrial.
En otro orden de cosas, reconoció que algunas obras que realiza ABSA pueden parecer "tardías", argumentando que en realidad las mismas respondieron a "documentos escritos" que hacían pensar que nunca el embalse iba a disminuir su cota a los valores actuales.
Esta afirmación fue cuestionada por el concejal Norberto Martínez (Integración Ciudadana), quien señaló que hay pruebas suficientes de la "imprevisión" de la empresa.
"La imagen más demostrativa es el camión aguatero que vemos por las calles de la ciudad", apuntó el edil.
Volpi explicó que en 2005, al advertir la baja continua que comenzaba a registrar el embalse, se planteó un plan de emergencia consistente en recurrir, como primer paso, al agua subterránea del Bajo San José.
Esa decisión fue cuestionada por los profesionales de la UNS presentes en la audiencia, quienes además recriminaron a Volpi no haber recurrido a los estudios realizados en las últimas décadas por esa casa.
El funcionario bonaerense contestó que desde ABSA se "evaluó toda la documentación disponible" y dijo que los pozos en el Bajo San José eran la mejor opción por el rendimiento y la calidad del agua y por la confluencia en el lugar de los cuatro acueductos que unen el dique con las plantas potabilizadoras", explicó.
Tampoco fue aceptada por muchos la aseveración del funcionario sobre que en función de las obras desarrolladas y la baja del consumo registrado en la población, la empresa había logrado estabilizar el nivel del embalse.
"En nuestra primera evaluación consideramos que íbamos a entrar en "alerta amarillo" (cota 155) en mayo de 2009, y recién la hemos declarado en agosto. Esto no quiere decir que no estemos frente a una crisis grave, pero la misma no es aguda pues hemos prolongado el período crítico a julio de 2010", aseguró.
Este comentario fue criticado por Nardelli, quien tras señalar que esperaba una respuesta real a cómo sostener la cota del dique, aseguró que el plan de ABSA de obtener, en el mejor de los casos, 6.000 m3/h, es insuficiente. Por otra parte, el legislador aseguró que si la situación será "aguda" en siete meses, eso implica que ya lo es.
"Es tiempo de comenzar con los planes de restricción general y, si ya tenemos que repartir agua en camiones, sin dudas es momento de empezar a cortar el suministro industrial", señaló.
Por último, a requerimiento del concejal Raúl Woscoff (Integración Ciudadana), Volpi se comprometió a hacer pública la información referida al plan de inversiones previsto por ABSA para los próximos meses.
Voces de expositores
"Lo que nos ocurre hoy con el dique no es mala suerte, sino consecuencia de no haber tenido en cuenta la climatología, ya que era esperable que sucediera una sequía de estas características. Tenemos un dique calculado para un período subhúmedo, que no sirve en una época seca. Por eso apoyo la alternativa de las fuentes subterráneas, el reciclaje de los líquidos cloacales, la reparación de las redes de distribución y el acueducto del río Colorado". Leoncio Montesarchio, Asociación Ambientalista del Sur.
"Esta crisis del agua es producto de conductas dañinas con modelos de gestión de agua deficientes y políticas totalmente discriminatorias. Es necesario tomar las prevenciones ante el posible agotamiento del recurso y priorizar el consumo humano antes que cualquier destino industrial". Victoria Cabrera, Proyecto Sur.
"Hicimos una lista a la que titulamos "Las diez mentiras de ABSA", donde cuestionamos los datos oficiales que viene dando, desde el consumo por habitante, la cantidad de agua que entrega al Polo Petroquímico y la decisión de hacer las perforaciones en el Bajo San José. Estamos evaluando además la presentación de un recurso de amparo para asegurar el recurso del agua". Darío Genchi, miembro de una agrupación de vecinos preocupados por el tema.
"Todo aquello que se mide es lo que puede modificarse. De ahí la necesidad de información que tenemos por parte de ABSA, para no ir atrás de los acontecimientos. Planteamos además que se cree la Dirección municipal de Hidráulica, que defienda el posible deterioro de la estructura del servicio público". Raúl Woscoff, Integración Ciudadana.
"Hablar dos horas de la crisis hídrica y no mencionar ni una vez al polo Industrial es imperdonable. Tampoco se explicó cual será el criterio de distribución de los camiones de agua, porque acá hay gente que tendrá que pagar un pasaje de ómnibus para ir a buscarla. No es posible que el Polo reciba agua para sostener su rentabilidad y la gente deba pagar para obtenerla". Santiago Nardelli.
"Albergaba una mínima esperanza de escuchar algo diferente en esta audiencia, pero fue más de lo mismo. No sólo no me conformó sino que no creo que los pozos y las tomas superficiales sean la solución del problema. Es cierto que ABSA no oculta las cosas: simplemente no tiene más nada que decirnos". Carlos Ocaña (UCR).
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