La tormenta de agua, viento y granizo entró en las casas, desbordó ríos, derribó cientos de árboles y dejó arrasadas 10 mil hectáreas de plantaciones de viñedos y frutales en San Rafael, a 300 kilómetros al sur de la Ciudad de Mendoza. La mayor pérdida fue para una familia que pasaba un día de descanso en una casilla rodante, que fue arrastrada por la crecida del río Atuel. Murieron un matrimonio mayor y su nieta de 9 años; otras dos nenas de la misma familia alcanzaron a ser rescatadas del agua; una de ellas está internada en terapia intensiva. La cuarta víctima fue un nene de 12 años, golpeado por rocas que cayeron sobre el techo de una camioneta en la que dormía.
Las ráfagas de viento alcanzaron una velocidad de 80 kilómetros por hora. La lluvia comenzó pasadas las 16 del jueves y cinco minutos después, cayó una granizada. El fenómeno duró 45 minutos y las piedras eran del tamaño de una pelota de ping pong.
Poblaciones rurales como Salto de las Rosas, El Tropezón y Rama Caída fueron los distritos más castigados. Cientos de casas quedaron sin luz, inundadas y muchos árboles y postes caídos.
El temporal también golpeó a los distritos turísticos de Valle Grande y El Nihuil. El río Atuel, que atraviesa esas poblaciones, creció más de dos metros y afectó a muchas cabañas de alquiler para turistas, ubicadas a la vera del río.
Por la suba de la corriente del río Atuel, dos abuelos y su nieta fueron arrastrados en una casilla rodante en la que estaban pasando un día de descanso, en el camping El Indio, en la zona del Escorial, sobre el margen del río. La fuerza del agua dio vuelta la casilla en donde se encontraban y se los llevó la corriente, ante la mirada desesperante de otros turistas y el resto de la familia.
Los primeros cuerpos encontrados fueron los de la abuela Hilda Urrea (58), y de su nieta Agustina (10). Casi 20 horas después, apareció el cuerpo del abuelo José Orlando Montilla (73), en un remanso del río.
La tragedia alcanzó a la familia de un chico de 12 años. El nene había salido con sus padres a pasear en un vehículo utilitario. Recorrieron el cañón del Atuel, con sus ondulados caminos junto al río y estacionaron la camioneta al costado de un cerro, en el paredón del dique Valle Grande. Los padres dejaron al chico durmiendo dentro del utilitario. Cuando se desató la tormenta, se produjo un desprendimiento de rocas que cayeron sobre la camioneta y golpearon al chico causando su muerte.
Defensa Civil informó que hay cerca de 500 evacuados. Las fincas productivas fueron arrasadas en su mayor parte con daños superiores al 80 por ciento. El ministro de la Producción de Mendoza, Raúl Mercau, calculó que hay 10 mil hectáreas afectadas.
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