Un chico de 12 años que dormía en una camioneta Trafic mientras sus padres iban a buscar ayuda, atrapados en una ruta por el temporal que se desató el jueves por la tarde en San Rafael, y un hombre de 73 años que fue a pasar un día de descanso con su mujer y sus seis nietos fueron las nuevas víctimas que provocó el temporal de viento, lluvia, granizo y el desborde del río Atuel, que se desató el jueves por la tarde en San Rafael, a 300 kilómetros al sur de la provincia de Mendoza. Los decesos se suman a los de una mujer de 58 años y su nieta, de 10, que murieron el jueves por la tarde arrastradas por la corriente desbocada del Atuel, que creció hasta tres metros de alto y también se llevó a sus otras dos nietas, de 8 y 9 años, que permanecen internadas aún en el hospital de San Rafael con un cuadro de hipotermia.
Otras dos personas también permanecen en centros de salud en grave estado por la furia de la tormenta: un hombre al que se le desplomó un árbol encima y otro que resultó lastimado por un derrumbe que se produjo dentro de su casa. Unas 500 personas, además, continúan evacuadas en iglesias y escuelas de la región.
El primer accidente se produjo cerca de la presa embalse de Valle Grande. Fue cuando los padres de José Luis Martín, de 12 años, salieron a buscar información para continuar su viaje y dejaron a su hijo durmiendo en la camioneta Trafic. El director de Defensa Civil de San Rafael, Aldo Sarmiento, reconoció que el vehículo fue sepultado por grandes piedras que cayeron después de un desprendimiento y que el nene murió de manera instantánea. La segunda muerte se produjo cuando una pareja de abuelos y sus seis nietos fueron a pasar un día de descanso en el camping El Indio, cerca de El Escorial, en Rama Caída. El cuerpo de Juan Orlando Morilla, de 73 años, fue encontrado ayer por la mañana después de una larga búsqueda. Su esposa, Hilda Burdea, de 58 años, y su nieta Agustina Rodeles, de 10, también murieron arrastradas por la corriente. Sus dos nietas, de 8 y 9 años, permanecen internadas en el Hospital Schestakow y los tres varones lograron ser rescatados del agua.
El titular de Defensa Civil de la provincia, Rafael Garay, explicó que los abuelos y la nena se encontraban en el camping cuando el río Atuel subió de manera repentina y dio vuelta la casa rodante donde se encontraban alojados. El titular de la Comisaría 42 de Salto de Las Rosas, Luis de Miguel, dijo que “fueron advertidos por el cuidador de que venía una tormenta”. Sin embargo, no lo escucharon. “Eran asiduos del lugar y se confiaron. Se metieron adentro a esperar que pasara el vendaval, pero no les dio tiempo a nada y se los llevó el agua partiendo en dos el vehículo”. El cuidador del lugar “fue un héroe” –dijo el oficial– porque ató a las chicas a una soga y los pudo sacar del agua. Las dos nenas, sin embargo, pasaron entre veinte y treinta minutos dentro del agua y sufrieron hipotermia.
El temporal comenzó después de las 16 y duró cerca de media hora. En ese tiempo generó ráfagas de viento de 130 kilómetros por hora, la caída de un millar de árboles, daños en viviendas y postes de luz, y el anegamiento de calles de San Rafael, donde el agua trepó a 40 centímetros.
La crecida del río Atuel también arrasó autos e inundó cabañas que estaban ubicados en la orilla. Otras localidades se quedaron sin energía eléctrica ni servicio de teléfonos: Pueblo Diamante, Valle Grande, Cañada Seca, Rama Caída, Las Paredes y Salto de Las Rosas, donde el fenómeno sorprendió a turistas y moradores.
Los más afectados fueron los 500 habitantes de un barrio que tuvieron que ser evacuados por el desborde del canal Babacche y que se encontraban ayer alojados en iglesias y escuelas de la zona.
“Las ráfagas de viento eran de 80 y 90 kilómetros por hora, el río creció más de tres metros y, como hay muchas casas y cabañas cercanas al río, éste arrasó con heladeras, sillas, mesas; fue impresionante”, reconoció en su declaración a radio Nihuil la intendenta de San Rafael, Cristina Da Dalt.
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