“Fue algo nunca visto, era algo como un tornado.” Los pobladores de las afueras de San Rafael todavía están aterrados. El intenso temporal de lluvia, vientos con ráfagas de hasta 130 kilómetros por hora y granizo que cayó el jueves dejó las secuelas de una tragedia: cuatro personas murieron, entre ellas dos chicos, y otras cuatro permanecen internadas en estado reservado. Hay unos 400 evacuados.
Dos de las víctimas son el matrimonio compuesto por Juan Orlando Morilla, de 73 años, e Hilda Burdea, de 58. La pareja y su nieta Agustina, de 10, fueron arrastradas por las aguas del río Atuel mientras se refugiaban dentro de una casilla rodante. Además otro nene de 12 años, que dormía adentro de una camioneta Trafic, murió aplastado por una piedra que cayó en el techo del rodado. Los Morilla habían ido a pasar un día de camping a la zona de El Escorial, camino al distrito de Malvinas, junto a sus seis nietos. Dos de las nenas, de 8 y 9 años, sufrieron hipotermia y quedaron internadas en el hospital local Teodoro Schestakow y otros tres varones lograron ser rescatados del agua por el cuidador del camping y ya están con sus padres fuera de peligro.
Los otros heridos son dos hombres: uno al que le cayó un árbol encima y otro que resultó lastimado por un derrumbe dentro de su casa.
Las localidades más afectadas fueron Salto de Las Rosas, Rama Caída, Las Paredes y el barrio Pueblo Diamante, cercano al centro de San Rafael, ciudad ubicada a 230 kilómetros al sur de la capital mendocina.
La lluvia y los fuertes vientos que superaron los 130 kilómetros por hora comenzaron el jueves pasadas las 16, cuando se desató un fuerte temporal que dejó casi un millar de árboles caídos, voladuras de techos y la mitad de la ciudad sin energía eléctrica ni servicios telefónicos. Asimismo, unas 400 personas de los hogares más humildes resultaron desbordadas e inundadas, especialmente los linderos al canal Babacche, por lo que debieron ser evacuadas hacia iglesias y escuelas públicas.
En ese canal, la fuerza del agua mantiene en vilo a las autoridades, ya que el puente que cruza la ruta 143, que une los departamentos sureños de San Rafael y General Alvear, pende de un hilo ya que cedió uno de sus pilares. Otro de los sectores muy afectados es la zona turística de Valle Grande, donde los lugareños dicen que el río Atuel subió al menos tres metros y arrasó campings, cabañas, autos, mesas y demás elementos.
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