Impactante. Sólo adjetivos de este tipo pueden describir medianamente cómo quedó Valle Grande, la principal joya turística de San Rafael.
El río Atuel creció en minutos unos tres metros e inundó los campings, arrastrando al menos tres autos, destruyendo varias cabañas y numerosos muebles.
La ruta 173 de este paraje turístico quedó convertida en un camino de enormes piedras, socavones y barro.
Cerros que se desmoronaron y arrojaron cientos de rocas en el medio de la ruta (luego despejadas por las máquinas hacia las orillas), árboles tirados y daños por doquier era ayer la imagen de este lugar, que adorna la mayoría de las postales sanrafaelinas.
El río creció tanto y su caudal fue tan potente, que en un sector creó un nuevo cauce, convirtiendo en lecho terrenos que antes eran parte de las orillas del río Atuel.
Prestadores turísticos que ayer estaban en el lugar intentando reparar el desastre coincidieron en que si esto hubiera ocurrido en plena temporada, es muy probable que estuviésemos lamentando más muertes.
Aunque por la época y por ser día de semana no había muchos visitantes, sí había turistas cuando se desató el vendaval de viento y piedras. Por ejemplo, la familia Rivelli, de Mar del Plata, que le contó a Diario UNO el terrible padecer durante el fenómeno.
“Habíamos estado haciendo rafting hasta la 1 de la tarde, teníamos turno para hacer catamarán a las 14.30 y cuando vimos la tormenta que se venía decidimos regresar, porque no sabemos cómo es el movimiento de la zona. Cuando volvíamos se desató una tormenta inusual, fue terrible; veíamos pasar autos por el río, zeppelines de gas, carpas, heladeras, no sabíamos qué podía pasar”, relató, aún sorprendido, Gustavo Rivelli.
“El agua –agregó– nos llegó a menos de un metro de la cabaña, yo tenía el auto abajo y no lo podía sacar. Quedaron autos rotos debido al oleaje de acá adentro, calculo que el agua del río subió como tres metros”. Gustavo, junto con su mujer, tenían pensado quedarse hasta el martes en San Rafael, pero debido a lo sucedido y a que habían quedado sin luz, decidieron irse ayer.
“Pasamos una noche terrible, no tuvimos contención, Defensa Civil no nos contestó en ningún momento”, concluyó Gustavo.
Debido a la magnitud de los daños, Valle Grande tardará bastante tiempo en recuperarse completamente. Los camping ubicados aguas abajo del dique fueron los que recibieron la mayor proporción del daño, con el agua tomando la costa como lecho del río y arrasando con todo a su paso.
Celso Jaque, impresionado
Pasado el mediodía, el gobernador llegó a San Rafael y se dirigió a la comuna para interiorizarse con las autoridades del comité de emergencia de la situación. Luego salió y se fue a recorrer en helicóptero las zonas afectadas. A su regreso, un par de horas más tarde, se mostró impresionado por el fenómeno.
En el departamento ya se encontraban dos camiones con ayuda enviados por la presidenta Cristina de Kirchner, quien fuera informada de la situación por Jaque.
En primera persona
*Ana Mabel Guillén, propietaria del camping Inti Wayra, en Valle Grande: “Fue terrorífico, en minutos esto era un mar de agua, dicen que el río subió 3 metros, calculan que traía 460 metros cúbicos de agua. Yo hice un sacrificio trabajando acá durante 16 años y ahora he quedado en la calle, una cabaña destruida, los muebles de las otras cabañas están todos rotos, la heladera no sirve, no sirve nada. En mi casa igual”.
*Edgar Rodríguez, propietario de Cabañas Buena Vista, en Valle Grande:“Yo tenía turistas en la cabaña y mis viejos, ésa era la preocupación. Los turistas se internaron ahora en un hotel. Las alturas que se le dieron a las construcciones fueron en definitiva las que se sugirieron, o por ahí no nos sugirieron nunca que no tenía que ser esa altura. La inversión que ha hecho mucha gente en Valle Grande se ve empañada por esto, y en definitiva no se puede seguir adelante, porque si sucedió una vez puede llegar a volver a suceder. Las cuatro cabañas nuestras sufrieron rotura de todo el equipamiento, porque adentro había 1,60 metros de agua”.
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