Los océanos de latitudes altas se convertirán en un lugar más ruidoso para vivir durante este siglo por efecto del cambio climático, lo que puede afectar el comportamiento de algunos organismos marinos, según un estudio publicado por la revista Nature.
La concentración de sustancias químicas que absorben el sonido en los océanos de todo el mundo viene cayendo ya que los mares se acidifican debido a la creciente concentración de dióxido de carbono.
El aumento de la sonoridad podría provocar la pérdida temporal de la capacidad de oír en los delfines y en la conducta de algunos cetáceos, entre otros efectos negativos.
Los sonidos de baja frecuencia que pueden detectarse en los océanos son producidos por fenómenos naturales como la lluvia, olas y los animales marinos, así como por actividades humanas como las que generan los sistemas de sónar, la pesca o la construcción en alta mar.
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