Impactante. Imponente. Son apenas algunos calificativos que le caben al complejo recreativo y acuático Victoria del Agua, que anteanoche se puso en marcha en esta ciudad, a unos 7 kilómetros al sureste del casco urbano. Nadie, fuera de los directamente relacionados con el emprendimiento, se imaginó su magnitud ni su potencial turístico: la obra, que apenas asoma en su primera etapa, atraerá en principio —según estiman los inversores— al menos unas 20 mil personas por semana.
El complejo que conjuga armoniosamente piletas, cascadas, un río lento y quinchos gigantes con la geografía y el paisaje del lugar, fue puesto formalmente en operaciones en un acto oficial del que participaron autoridades locales, provinciales y nacionales y unos 200 espectadores que tuvieron el privilegio de presenciar la puesta del sol sobre el Paraná.
Tras el corte de cintas, discursos y bendiciones, y ya entrada la noche, el público disfrutó la proyección sobre una pantalla de agua de una presentación que dio cuenta de los servicios y bondades del emprendimiento, montado exclusivamente con capitales victorienses.
En principio, el complejo acuático funcionará exclusivamente para invitados especiales, mientras se completa la puesta a punto y la etapa instructiva del personal. Una vez superadas estas instancias, en abril o mayo de 2010 y en el inicio de la temporada termal, se abrirán las puertas al público.
No obstante, desde ayer y hasta el domingo se podrá visitar gratuitamente el lugar a través de recorridos guiados. Para acceder, los interesados deberán retirar los pases por las oficinas de Victoria del Agua, ubicadas en la céntrica esquina de San Martín y Sarmiento, frente a la plaza principal.
Sueño cumplido. Emocionado, el presidente de la firma, Héctor Lima, relató los pormenores del proyecto y los obstáculos —fundamentalmente económicos a raíz de la crisis del campo— que los inversores debieron sortear para concretarlo y posicionarlo como “único en todo el país”.
El empresario —y a su turno también el intendente César Garcilazo, el gobernador Sergio Urribarri y el propio secretario de Turismo de la Nación, Enrique Meyer— hizo hincapié en el potencial turístico, económico y laboral que promete esta iniciativa “de riesgo”.
En este marco, Lima solicitó al mandatario provincial una reducción tributaria, a la que Urribarri accedió a condición de que a través de alguna operatoria se permita a todos los alumnos de escuelas humildes de Entre Ríos conocer el lugar.
Paradisíaco. La iniciativa no se limita al termalismo ni al entretenimiento, sino que contempla el aspecto educativo y conservacionista. Todo dispuesto en un predio que parece infinito (tiene 200 hectáreas), con declives y lomadas, respetando los añosos árboles y frente a una espectacular vista del humedal y al enlace con Rosario.
Además de las piletas que en total contendrán 5 mil metros cúbicos de agua y los quinchos, en esta primera etapa se habilitará un museo y un río lento de 400 metros de largo para recorrer en gomones, una cascada, una playa de estacionamiento, un salón gastronómico y de juegos de agua, entre otras cosas.
Etapas. De acuerdo al proyecto, más adelante se anexarán piscinas cubiertas, un spa, toboganes, ríos rápidos, una laguna termal con playa artificial, un hotel y 56 apart suites en 14 edificios, todos lindantes al predio, entre otras obras.
En una tercera etapa se incorporará un sector para la presentación de audiovisuales, con efectos lumínicos y sonoros. A todo esto se suma el aspecto educativo, con videos que plantean la importancia del cuidado del agua.
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