El marido de Jayawathi acababa de regresar de pescar durante la noche, y ella lo miraba preparar la pesca en el patio de su casa en Karaitivu, en la costa este de Sri Lanka. Mientras pasaba los pequeños peces plateados desde los cubos rebosantes hasta un recipiente mayor para la salazón, parecía una buena captura, pero ganar dinero suficiente con la pesca es difícil en esta zona.
Cinco años después del maremoto, la vida sigue siendo un desafío para Jayawathi y su familia, pero varias mejoras en el hogar han ayudado a aliviar la carga. Su casa tiene ahora un baño, gracias a los esfuerzos de UNICEF para mejorar el saneamiento y la higiene en las zonas afectadas por el maremoto de Sri Lanka. Como parte del mismo esfuerzo, los vecinos han obtenido un nuevo pozo.
Difundir el mensaje
Las escuelas de toda la zona también se han beneficiado. En la escuela primaria Vivekananda Vidyalaya, en el distrito de Ampara, la conexión de la escuela a la red de agua y la construcción de un nuevo bloque de letrinas han mejorado notablemente las normas de higiene en esta escuela acogedora para la infancia.
Algunos de los estudiantes de nivel superior han formado también una brigada infantil para ayudar a difundir el mensaje de la limpieza entre sus familias.
Hassan Amanullah, un oficial de proyecto del UNICEF, ha sido testigo de una notable mejora en la escuela: "Más del 50% de estos niños sufrieron los efectos", dijo. "Y ahora, después de cinco años, podemos decir que casi todos se han recuperado".
Fluye con el agua
UNICEF también ha colaborado con asociados locales en mayores empresas, como un proyecto de abastecimiento de agua para cientos de viviendas en una nueva zona de asentamientos en Thirukkovil denominada Plan de reasentamiento Mandanai para víctimas del tsunami. El proyecto de abastecimiento de agua potable Thirukkovil, construido recientemente en una colina cercana, marcará una enorme diferencia en las vidas de las personas.
El comerciante Thawarasa nos mostró el grifo que pronto traerá el agua cuando se conecte al sistema. En la actualidad, tiene que recoger el agua de un pozo ubicado en el centro del asentamiento, una tarea más difícil durante la estación seca.
"Cuando resulta más difícil sacar agua de la bomba, tengo que levantarme a las 2 de la mañana e ir a la fuente", dijo Thawarasa. "Normalmente me lleva tres horas conseguir agua suficiente".
Cinco años después, la vida es ciertamente mejor para muchos miles de familias afectadas por el maremoto. Pero este aniversario seguirá siendo muy duro para muchos. A Jayawathi le recordará su tragedia personal.
"No puedo olvidar el tsunami, debido a la pérdida de mi hijo", dijo. "El nacimiento de mi hija, desde entonces, ha ayudado un poco, pero siempre existirá el dolor".
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