Según un estudio realizado por la Universidad Nacional de Córdoba, gran parte de la Capital provincial corre riesgo de anegamiento ante la caída de lluvias.
Eso sucedió el 18 de diciembre en barrios del norte de la ciudad de Córdoba; y la situación se repitió el miércoles en el centro y sur. Sólo basta una lluvia de al menos 40 milímetros en un corto lapso de tiempo para que la situación se complique, advierte la “Carta de peligrosidad de inundación, erosión y anegamiento para las acciones de prevención”.
Se trata de un mapa que detalla las características geológicas de la Capital, resaltando los lugares fácilmente anegables. El trabajo fue elaborado en 2001 por Francisco Quintana Salvat y Osvaldo Barbeito, investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, a pedido de la Municipalidad. Esto convirtió a la ciudad en la única de América Latina en contar con este instrumento que, sin embargo, no se utilizó a la hora de planificar las urbanizaciones de los últimos ocho años.
Quintana Salvat y Barbeito afirman que la razón por la que la ciudad es altamente anegable es porque el ejido urbano es similar a un pozo cortado por una zanja: el valle del río Suquía. Hacia allí se escurren las aguas provenientes de precipitaciones.
Las aguas que anegan la zona norte vienen del flanco oriental de las Sierras Chicas, y otras se juntan a la altura del Aeropuerto Ambrosio Taravella. “En la zona norte el agua ingresa por un cañadón que pega contra el Canal Maestro, rompiendo el borde y produce un doble efecto: embalse y desborde”, aseguró Quintana Salvat.
Las aguas que afectan al sector sur provienen de la sierra de Malagueño y Los Cerrillos. Los barrios más afectados son Villa El Libertador, Alejandro Carbó, Comercial.
El trabajo advierte que, desde la década de 1950, no se han realizado obras de infraestructura para contener esas corrientes. También afirma que gran parte de la infraestructura que se construyó en las últimas décadas terminó complicando el panorama. Sobre las obras de la Red de Accesos a Córdoba (RAC), asegura: “Varias de las obras hidráulicas construidas se ven sobrepasadas en su capacidad de evacuación, o bien son insuficientes e inadecuadas para la hidrología del área”.
Tampoco se planificó el crecimiento de la ciudad teniendo en cuenta las características geomorfológicas. Se autorizaron urbanizaciones en cañadas, que son depresiones que juntan las aguas luego de una precipitación. Por ejemplo, sectores de Los Gigantes, Villa Quisquisacate, Villa 9 de Julio, Uocra, 16 de Noviembre; y barrios privados como los ubicados detrás de la Reserva San Martín.
Los últimos nueve años. Tal vez el problema de mayor gravedad es que se continuó con las urbanizaciones sin planificación en los últimos nueve años, cuando la Municipalidad ya contaba con el mapa elaborado por la Universidad.
Sin embargo, se hizo caso omiso: después de 2001, se autorizaron decenas de nuevos barrios, muchos de ellos countries de altísimo costo y que con la lluvia del 18 de diciembre quedaron bajo el agua.
Villa Allende aclara. El intendente de Villa Allende, Máximo Martínez, aclaró que se ejecutaron tres lagunas de retardo sobre un total de 20 que deberían ejecutarse en todo este sector de las Sierras Chicas. Puntualizó que la más importante se construyó en el campo Cornú, mientras que otras dos se efectuaron en los countries San Isidro y Chacras de la Villa. Los antecedentes. Entre el 12 y 13 de marzo de 2000, cayeron 160 milímetros en poco tiempo. Hubo más de 700 evacuados en diferentes barrios de la ciudad. El 31 de octubre de 1999, una lluvia de 102 milímetros anegó la zona sur de la ciudad.
Polémica por las lagunas de retención
El gobierno de la Provincia de Córdoba anunció días atrás la construcción de un conjunto de lagunas de retención en el noroeste de la ciudad de Córdoba, con el objetivo de evitar anegamientos.
Esa medida era un trabajo coordinado entre la Provincia, el Instituto de Planificación del Área Metropolitana (Iplam), la Municipalidad de Córdoba y la Municipalidad de Villa Allende.
La idea de construir lagunas de retención no es compartida por Francisco Quintana Salvat, de la Cátedra de Fotogeología y Teledetección de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba. Para el investigador, las lagunas de retención acumulan agua por mucho tiempo, lo que favorece la multiplicación de alimañas, como el mosquito que transmite el dengue.
Quintana Salvat afirmó que la solución para los anegamientos es la construcción de dos canales, en el norte y en el sur, que recepten el agua antes de ingresar al ejido urbano. Esos canales deberían descargar aguas abajo de la ciudad, evitando de esa manera los inconvenientes.
Barrios bajo riesgo
Norte y noroeste. Villa Allende Parque, Policial, Villa Cornú, Cerro Norte, Argüello Norte, Mercantil, Argüello Lourdes y Autódromo. Villa Retiro, Jorge Newbery, Parque Liceo, Villa Corina, Mosconi y Villa Azalais.
Sudoeste. Parque Futura, Santa Isabel 3º y San Pedro Nolasco.
Sur. Ampliación San Pablo, SEP, Obras Sanitarias, Cerveceros, Jardín del Sur, San Antonio, Inaudi, Mirizzi, Santa Rosa, Villa El Libertador y Los Olmos Sud.
Sudeste. Villa Los 40 Guasos, Ferreyra, San Felipe, Los Eucaliptos, Ituzaingó y El Quebrachal.
Este. Parque Monte Cristo, Yofre, Yofre I, Yofre Sud, Colonia Lola, 1º de Mayo, Ampliación Empalme y Villa Bustos.
Noreste. Patricios Este, Quintas de San Jorge, Santa Clara de Asís y Yofre Norte.
Oeste. Residencial San Roque, Ameghino Norte, Villa Ameghino, Lamadrid, Ampliación Las Palmas, Villa Martínez, Parque República, Villa Alberto, 20 de Junio, Las Violetas, El Pueblito, General Deheza, Residencial Los Robles.
Análisis
Planificación, esa mala palabra
Diego Marconetti - dmarconetti@lavozdelinterior.com.ar
Existen tres palabras que sintetizan la mayor parte de los problemas que día a día aquejan a los vecinos de la ciudad de Córdoba. La frase es: falta de planificación.
Córdoba es sinónimo de anarquía, cualquiera hace lo que quiere, donde quiere, y después se sancionan normas de regularización para subsanar esos incumplimientos a las ordenanzas vigentes.
Se autorizan urbanizaciones en zonas inundables, en lugares que no tienen capacidad vial para recibir más vehículos, en sectores en los que sólo se podrían establecer industrias o en barrios en que la infraestructura básica era insuficiente.
Después, vienen los lamentos: contaminación, embotellamientos, anegamientos... Y las obras que deberían haberse realizado antes comienzan un lento caminar hasta que finalmente se ejecutan. Pasó en Nueva Córdoba con las cloacas, pasó en la zona norte con las avenidas, pasa en toda la ciudad con los anegamientos.
Los niveles de irresponsabilidad de quienes tuvieron que manejar los rumbos de la Capital en las últimas décadas son incalculables, casi comparable a la enorme cantidad de problemas que provocaron con ese desorden y esa falta de planificación.
|
|
|