Bajo escenarios del cambio climático se espera una disminución de 10 por ciento al año en la disponibilidad del agua y hay estados que serán críticos, como los ubicados en el centro del país, la península de Yucatán y Baja California, señala la Cuarta Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático elaborada por el Instituto Nacional de Ecología.
El informe, presentado en la pasada conferencias de las partes de Naciones Unidas sobre cambio climático, indica que hay problemas como el de la gobernanza sobre el agua que comienzan a traducirse en conflictos entre sectores y regiones, además, “la contaminación de cuerpos de agua superficial y subterránea ha agravado la situación en años recientes”.
Agrega que de acuerdo con algunos estudios, en México se ha observado una reducción en la precipitación media anual, aunque la menor disponibilidad de agua se debe fundamentalmente al crecimiento poblacional y económico.
En relación con la precipitación acumulada anual, se prevé que las lluvias disminuirán en gran parte del país hacia mediados y finales del siglo, “aun con pequeños cambios en la precipitación promedio anual, la disponibilidad de agua sería menor por los aumentos esperados de temperatura”.
Los escenarios indican que para la climatología de 2020 se proyectan reducciones de precipitación de 5 por ciento en el centro-norte y sur-sureste del país, y entre 5 y 10 por ciento para el centro y noroeste. Es en esta última región donde se espera disminución de hasta 30 por ciento hacia finales de siglo.
Refiere que de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua en 2007 la disponibilidad natural promedio de agua per cápita fue de 4 mil 312 metros cúbicos al año, calculada a partir del escurrimiento natural medio, lo cual se considera como suficiente.
Sin embargo, agrega, “esta cifra oculta las desigualdades a nivel regional. En el norte del país, las escasas precipitaciones provocan que casi toda el agua se extraiga de acuíferos y por ello sea una zona de sobrexplotación de los mismos”.
Refiere que “tanto las tendencias en las décadas recientes como las proyecciones climáticas indican que la mayor parte de los recursos hídricos en México son vulnerables a extremos climáticos y, por lo mismo, tienen un alto potencial de ser fuertemente impactados por éstos”.
Precisa que con base en los resultados de los escenarios regionalizados de cambio climático para México “se esperaría una reducción en la disponibilidad natural media del agua, la cual será afectada tanto por mayor evapotranspiración y menos lluvia, como por la disminución de su calidad, la mayor intrusión salina en acuíferos costeros por la elevación del nivel del mar, así como por las afectaciones en la infraestructura hidráulica como resultado de eventos extremos más intensos y posiblemente más frecuentes”,
De acuerdo con diversos estudios del INE se encontró que la cantidad y calidad del recurso hídrico bajo las condiciones actuales es vulnerable y esta situación será mayor ante condiciones de cambio climático, principalmente para el noroeste del territorio nacional, la zona del río Bravo, las cuencas centrales del norte, Baja California y Valle de México.
“En el futuro, en las zonas urbanas de México se agravará el problema de abastecimiento de agua en relación directa con el aumento de la población, así como por el cambio climático y la variabilidad climática. Las razones principales estarán ligadas al abatimiento de los niveles de los acuíferos (al disminuir la recarga y aumentar la evapotranspiración), y la reducción en los caudales de los cuerpos superficiales”, precisa.
Para atender esto propone que las ciudades operen “esquemas de ciclo cerrado, lo que significa que el agua se reutiliza y recicla; capturar agua de lluvia; atenuar mediante infraestructura de drenaje los picos de tormentas, y tratar las descargas para reintegrarlas al ambiente”.
Como ejemplo menciona a Morelos, el cual bajo cambio climático, en combinación con factores de desarrollo socioeconómico y la alteración del medio ambiente, tendrá menos disponibilidad de agua, sobre todo en la región oriente. Esto afectará la agricultura, fruticultura y la industria. “Es importante resaltar que el manejo sustentable de los bosques en el norte del estado contribuirá en la disponibilidad futura del agua”.
Indica que esto es “un claro ejemplo de cómo la amenaza de cambio climático requiere ser considerada en las actividades de planificación y desarrollo, para atender los problemas relacionados con la disponibilidad del agua”.
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