Inundaciones, evacuaciones y el principio de una polémica que ahonda la diferencia entre el Gobierno y el campo afecta al norte bonaerense. Buena parte de San Antonio de Areco, corazón de la tradición criolla, quedó bajo las aguas. Allí, nada más, 600 personas fueron rescatadas de sus casas, anegadas, y otras 2100 se autoevacuaron. Hubo 300 evacuados en Salto y 250 en Arrecifes. En Pergamino, un chico de 10 años se ahogó y un joven de 19 está desaparecido, arrastrado por la crecida de un arroyo. Y vastos tramos de las rutas 8 y 9 quedaron bajo las aguas.
Ríos y arroyos se desbordaron como consecuencia del aumento del caudal en la cuenca del Paraná y, en las últimas horas, de las fuertes lluvias que afectaron la región. Pero para el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, al menos en el caso de Areco hay una explicación: zanjas y canales ilegales construidos por productores rurales son los responsables de que el agua desbordada haya llegado al casco urbano con tanta fuerza.
Ayer, luego de recorrer la zona afectada, Scioli instruyó a la ministra de Obras y Servicios Públicos, Cristina Alvarez Rodríguez, a que presente una denuncia ante la Justicia para que se investigue si, efectivamente, esa sospecha es la real explicación de la complicada situación. La ministra, su par de Justicia, Ricardo Casal, y el fiscal general de Mercedes, Pablo Merolla, irán hoy a las 9 a San Antonio de Areco para comenzar a constatar "si existieron causas no naturales" que provocaron las inundaciones que afectaron a miles de habitantes de esa ciudad. Los tres, junto con un fiscal instructor, sobrevolarán la zona afectada por el agua para corroborar las sospechas del gobernador.
"Me acerqué a la ciudad por la dimensión de la catástrofe, totalmente imprevista. Nunca hubo una inundación con consecuencias de estas características. Al parecer, según me decían los especialistas, la intendenta [Estela Lennon], los policías de la zona y los vecinos, fueron las zanjas clandestinas que se hicieron en los campos las que provocaron el desborde del río sobre el casco urbano", dijo Scioli a LA NACION.
Desde las entidades representativas del sector agroproductor negaron categóricamente que esa sea la explicación de la crecida, que atribuyen, en cambio, a problemas con obras hidráulicas de contención hechas río arriba del Areco.
"De acuerdo con lo que dice la intendenta, que es una mujer nacida acá y con muchos años de experiencia, no hay manera de que la lluvia provoque lo que estamos viendo. Uno ve el museo, el hospital, todo bajo el agua, es un espectáculo dantesco", comentó Scioli a LA NACION.
También se acercaron al área afectada la ministra de Desarrollo Social nacional, Alicia Kirchner, y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. Este último también se mostró preocupado por la supuesta utilización de canales clandestinos en los campos y dijo que él también presentará una denuncia para que se investiguen las causas de la inundación.
Scioli se comunicó con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien puso a disposición la logística de las Fuerzas Armadas para que trabajen en la zona y asistan a los damnificados. Ayer ya operaba allí el Batallón de Ingenieros 601, al mando del general de Brigada Claudio Montero.
La jefa de Acción Social de San Antonio de Areco, Manuela Rodríguez, informó a la agencia DyN que hubo 3000 damnificados por las inundaciones, de los cuales 600 debieron ser evacuados y el resto buscó refugio provisorio en la casa de familiares (300 regresaron a sus hogares en el día). La crecida afectó los barrios Amespil, Canoglio y Don Pacho, que se encuentran a la vera del río Areco.
Bomberos en lancha
Ayer, los bomberos de San Antonio de Areco montaron un operativo con lanchas para asistir a los vecinos que no querían abandonar sus casas por temor a robos. "Mucha gente se quedó en sus viviendas y hay personas arriba de los techos. No quieren irse por miedo a los robos", dijo a la prensa uno de los rescatistas.
Las familias que se quedaron en sus casas también fueron asistidas por personal de Defensa Civil y de la Cruz Roja, que trasladaron en botes alimentos y otros insumos.
Los evacuados, en tanto, fueron alojados en el gimnasio municipal. Anoche, cuando las aguas comenzaban a bajar, muchos se preparaban para regresar a sus viviendas.
"La corriente del río Areco ha comenzado a bajar su intensidad muy lentamente, pero se estima que el corte de la ruta 9 durará, por lo menos, hasta mañana [por hoy]", anticipó la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV). El tránsito en las rutas 9 (km 109,5) y 8 (113 km) fue interrumpido anteanoche, cuando el río se desbordó. Desde ayer se realizan operativos de prevención vial en los que participan agentes de la ANSV y efectivos de la Gendarmería Nacional, con el objetivo de desviar el tránsito en los tramos cubiertos por las aguas.
Ni siquiera se salvó el museo Güiraldes
En cuestión de minutos, el agua se metió en casas y comercios; relatos de familias que perdieron todo
Diana Salinas Plaza
"Agua sobre calzada", advertía un letrero sobre el zanjón de la ruta, dos kilómetros antes de llegar a San Antonio de Areco. Grandes anegaciones sobre el terreno eran el preámbulo de la inusitada catástrofe, de la que ni siquiera se salvó el Museo Ricardo Güiraldes, el más importante de la ciudad, sinónimo de la tradición gauchesca.
Resignadas por haber perdido todo, poco a poco fueron llegando cientos de familias al gimnasio municipal Santiago Luján Saigós, dispuesto por la intendencia para cubrir la emergencia.
"Con la lluvia, el río creció rápidamente y no dio oportunidad a estas familias de salvar nada, por lo que ya se empiezan a evaluar cuestiones humanitarias; muchos se autoevacuaron y otros vinieron al gimnasio municipal", explicó Julio César Minutti, coordinador de Medio Ambiente de San Antonio de Areco, mientras asistía a las familias damnificadas en el centro de evacuados.
"En menos de diez minutos, el agua subió de golpe. Desesperados, con mi marido tratamos de salvar la heladera; cuando nos dimos cuenta, el agua nos llegaba a la cintura. En cuestión de minutos tuvimos que agarrar dos bolsas con la ropa de los chicos y salir; ya no había nada que hacer", contó Esther Albornoz, con el rostro preocupado y entristecido. "Perdimos los colchones, la heladera, el televisor, incluso la caja con las zapatillas que les había regalado a mis hijos, y los regalos de Navidad; volví con la ilusión de salvar algo, pero fue en vano, hay un olor a podrido terrible y el agua no se decide a bajar", detalló José Luis Quiroz, esposo de Esther. Ellos vivían a tres cuadras del río Areco.
A las 16, ya había más de 200 personas en el gimnasio municipal, al que llegaban constantemente donaciones de comida, frazadas y hasta juguetes para los chicos damnificados. Bajo el agua habían quedado 300 casas, varios negocios, decenas de restaurantes y la oficina de Turismo.
Juan, que vive en el barrio Canuglio, se despertó cuando los vecinos le dijeron que el agua le entraba en el auto. Lo llevó al centro de la ciudad, a lo de su madre, y cuando volvió, media hora después, el agua ya le llegaba a la rodilla; y eso que su casa está elevada 80 centímetros del piso. "El agua seguía subiendo. Dije: «Vámonos, porque no vamos a poder salir». En la calle, el agua me llegaba al pecho, y yo mido 1,83. Fue de terror". Salió con su esposa, Marina; su hermana, y su cuñado, y caminaron hasta la ruta, a pesar de que la correntada era cada vez más fuerte, hasta que los bomberos los llevaron a un lugar seguro.
El pago gaucho que se empapó de tristeza
El terruño de don Segundo Sombra, emblemática cuna de la tradición, sufre junto al Puente Viejo
Mariano Wullich
El pago de Areco se empapó de tristeza porque el agua atropelló a lo potro sin más freno que un ruego, sin más resistencia que un insulto bien parido y? ¡y con eso no alcanza!
Por eso, anoche, la guitarra del músico José Antonio Lucci se quedó en las casas con las bordonas mudas y, al llegar la mañana, don Pepe Guevara habrá atado el break para vadear el agua en el pueblo. Mientras, Rosaura Pasaglia, seguramente miró al cielo como intentando pialar la lluvia.
Así, con nombres y apellidos conmovidos, la fragua no bramó en el taller de Holmberg ni el cincel repicó en lo del platero Draghi. No; sólo un "buen día" de puro rigor gaucho y con el sombrero molestando en la mano se oyó como palabra amable en San Antonio de Areco, el pago de don Segundo Sombra; la emblemática cuna de la tradición.
Fue aquí, en donde la admiración de un chico por las mentas de un gaucho hicieron que desde la estancia La Porteña saliera una de las obras fundamentales de la literatura argentina escrita por Ricardo Güiraldes. Las páginas de ese libro resultaron el principal mojón para que el pueblo ubicado sobre la ruta 8, a 120 kilómetros de Buenos Aires, se convirtiera rápidamente en un referente de las tradiciones y de ese arquetipo del ser nacional que es el gaucho.
Así, se sembró de bolicheros, de almacenes y pulperías, de sogueros cosiendo tientos y de plateros encabando fierros.
Areco es Fiesta de la Tradición en el Parque Criollo Ricardo Güiraldes, jineteada en el campo de doma, camisa bataraza, corralera negra, historia sobre el Puente Viejo, caña, silbo, milonga y verso.
Hace ya un tiempo que en Areco fueron bienvenidos los clubes de polo y las estancias turísticas, con una fusión racional entre el pueblo y campo afuera. Hoy, los técnicos deberían explicar si existe algo irracional en el manejo hidráulico.
Mientras tanto, muchos debieron dejar la querencia con la sensación de aquella despedida de Fabio Cáceres y don Segundo en el Puente Viejo: "Me fui como quien se desangra".
Y aunque es triste el domingo de agua en San Antonio de Areco, sólo la porfía gaucha lo puede volver más seco.
El agro tildó de ridícula la acusación de Scioli
Mercedes Colombres
"La acusación de Scioli es ridícula." Así definió el secretario de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Javier Jayo Ordoqui, los dichos del gobernador de Buenos Aires, que había afirmado que la culpa de la inundación en San Antonio de Areco la tenían los canales que construyen los productores de la zona en sus campos.
"La culpa de la inundación la tienen las obras de contención que se hicieron aguas arriba de Areco. Como no hubo un trabajo integral sobre las cuencas, en una situación de lluvias abundantes el agua que viene del Norte genera inundaciones aguas abajo", explicó Jayo Ordoqui. "No digo que no haya canales irregulares, pero no pueden generar semejante impacto", acotó.
Para José Guilhamelou, delegado de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) en San Antonio de Areco, la inundación es una muestra del mal manejo del agua en la provincia. "Hay satélites para saber qué producimos, pero no para detectar si hay canales irregulares. Acá hace falta un trabajo integral sobre las cuencas de la provincia. Si bien hoy hay obras de hidráulica en curso, no hay una correcta coordinación entre las obras que se hacen o deberían hacerse en cada río para evitar desbordes", dijo Guilhamelou.
Con esto coincidió Alfredo Rodes, director ejecutivo de Carbap. "Hay un proyecto que fue dejado de lado y que habría que reflotar, que permitiría rectificar las curvas del río Areco y haría circular el agua con mayor velocidad, evitando que esto vuelva a pasar", explicó.
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