En esta ciudad, donde en los últimos dos meses llovió tanto como en todo 2008, persiste el drama de los casi 3000 evacuados y de los damnificados por la grave inundación que provocó el desborde del río que la cruza. San Antonio de Areco, corazón de la tradición criolla, es el principal exponente del desastre que golpea a todo el norte bonaerense.
La angustiante situación se registra mientras el caudal de la cuenca del Paraná está aumentando a ritmo sostenido, lo que alarma a los productores agrarios, que temen por sus cosechas. En la zona pasaron de la sequía más acuciante al drama del agua casi sin tregua. Aquí se lloran las pérdidas materiales y la muerte de una chica ahogada. En Pergamino, otros dos menores murieron arrastrados por un arroyo. Parecería que las condiciones meteorológicas se han ensañado con estas tierras y sus habitantes.
José Antonio Rodríguez hunde su humanidad en una improvisada laguna de un metro de alto en la que se transformó su humilde vivienda del barrio Amespil, una de las tres zonas que están bajo el agua desde hace dos días. Un televisor, un cuadro, dos naranjas y dos portaretratos que flotan pretenden escapar de la casa cuando este herrero de 44 años se esfuerza para abrir la puerta y mostrar sus penurias.
Sus robustos brazos intentan poner de pie la heladera; luego, rescatar un radiograbador, un cuadro, un oso de peluche? hasta que un suspiro lo inmoviliza. Sus lágrimas le inundan los ojos. "Perdí todo lo que tenía, todo. Las herramientas, la casa y mirá, lo peor: las fotos. Ahora soy un tipo sin historia. Suerte que esto pasó de día, porque sino ¡no podría haber sacado vivo a mis tres hijos!", cuenta José, cuando la lluvia de la mañana repiquetea otra vez en su techo de chapa.
Dotaciones de bomberos, efectivos de Defensa Civil, del Ejército, de Gendarmería y voluntarios colaboraban en la asistencia de cientos de personas que decidieron quedarse en sus casas, incluso para pernoctar en los techos y así resguardarlas de posibles saqueos.
El agua bajó ayer al menos un metro, según las autoridades locales, aunque la lluvia ocasional, durante el mediodía y buena parte de la tarde, preocupó mucho a los vecinos.
Los otros dos barrios anegados y comprometidos, sin cloacas ni agua corriente -y desde el sábado también sin luz- son Don Pancho y Canullio, a la vera del río Areco. Anoche, cerca de 70 personas permanecían en el gimnasio municipal, uno de los puntos que el municipio local dispuso para albergar a las familias que se quedaron sin nada.
En tanto, 2400 personas continuaban autoevacuadas y otras 600, asistidas por las fuerzas destinadas a colaborar en esta emergencia.
La polémica
Claro que la polémica por las razones de esta catástrofe, como la definió la intendenta María Estela Lennon, se potenció aún más con los vecinos enardecidos. Molestos, dolidos. "Esto nos pasó porque los campos de la zona, desde Junín hasta acá, fueron canalizados. Eso lo sabe todo el mundo, pero nadie quiere decir nada. Yo pago siempre los impuestos, pero de este barrio se acuerdan cuando viene el festejo de la tradición. Si no, ni noticias", dijo a LA NACION María Rivero, habitante del barrio Amespil.
La ministra bonaerense de Obras y Servicios Públicos, Cristina Alvarez Rodríguez, recorrió nuevamente la zona. Dijo que se investigará si la causal de la inundación fue la canalización clandestina en algunos campos y aseguró que, de comprobarse, se tomarán medidas.
Sin embargo, para el presidente del Concejo Deliberante local, Aldo Menconi, hubo una multiplicidad de factores en este desastre natural. "En tres días llovió más de 310 milímetros, por lo que las napas están saturadas. Además, hay complicaciones con la suciedad del río Areco, que no permite el normal desagote del agua, lo que, sumado a la crecida del Paraná, complicó la situación", dijo Menconi, del partido Unión Pro.
Fernando De Ferrari, coordinador del consejo provincial de emergencia, comentó que en la jornada de ayer se continuó con el rescate de personas cuyas casas resultaron anegadas y con la entrega de alimentos fríos para las personas que decidieron quedarse en sus viviendas. Eso se advirtió con frecuencia en cada una de las zonas afectadas: el esfuerzo de los bomberos, las fuerzas de seguridad y de vecinos, siempre dispuestos a dar una mano.
"Todos los equipos de trabajo están a pleno; fue una jornada provechosa para continuar con la ayuda a los más necesitados, pese a que por la mañana la lluvia complicó un poco la situación", dijo De Ferrari.
En tanto, el Ejercito dispuso de dos plantas móviles de potabilización del agua para suministrar a los tres barrios anegados, mientras el municipio elevó el nivel de cloro en el agua corriente para prevenir la presencia de parásitos.
Prevención de enfermedades
Las autoridades provinciales y locales comenzaron a elaborar un plan para "el día después" de la inundación, acaso el fantasma más temido por estas tierras. Ayer al mediodía, Mario Masana Wilson, director de Epidemiología de la provincia de Buenos Aires, se reunió con la intendenta Lennon, otras autoridades locales y docentes para diagramar un esquema de prevención de enfermedades que pueden surgir tras una inundación de esta naturaleza, como la leptospirosis y el dengue, entre otras.
"Se pondrán a disposición de la población todas las vacunas que sean necesarias para evitar la propagación de algunas enfermedades, mientras es necesario que los docentes sirvan como agentes sanitarios para informar a la población, aunque no alarmarla", dijo Masana Wilson.
La aparición del dengue, de enfermedades por cortaduras o lastimaduras, de hepatitis por la contaminación del agua y la presencia de ratas y víboras por la inundación de las madrigueras determinarán un escenario que requerirá mayor precaución para la población de esta ciudad.
Desastre en el norte bonaerense / Controversia en medio del drama
Culpan al Gobierno del desborde
Los productores de Areco atribuyen la inundación al mal manejo de las cuencas y al exceso de agua acumulada
Mercedes Colombres
Tres días después de la inundación más fuerte registrada en las últimas décadas, los productores de San Antonio de Areco no tienen dudas. Para ellos, la culpa de la inundación la tiene el mal manejo de las cuencas hídricas en la provincia y la falta de obras para contener el agua en la zona y limpiar los lechos de los ríos.
Esto contradice las opiniones de los gobiernos nacional y provincial, que afirmaron en reiteradas oportunidades que la causa del desborde del río Areco se debe a los canales clandestinos que existen en los campos de la zona
"Llovieron 300 milímetros, tres veces la superficie de Areco. Toda esa agua fue a parar al río y tiene que pasar por dos puentes que pasan por abajo de las rutas 8 y 41, que no tienen capacidad y se desbordaron. A eso, suman las acacias negras que cubren buena parte del lecho y dificultan el paso del agua. Y, para finalizar, el río Paraná está desbordado, con lo que la velocidad de desagote del Areco es menor que la normal", explicó ayer un comunicado de la Asociación Regional de Productores de San Antonio de Areco (ARPA).
Por otro lado, dijo la ARPA, "se hicieron enormes obras de canalización aguas arriba de Areco, pero no se han realizado las obras de desagote correspondientes aguas abajo, hacia el Paraná. Por eso, una crecida que debería haber sido normal se transformó en una inundación descomunal".
Finalmente, para la ARPA, las acusaciones que afirman que la culpa de las inundaciones la tienen los canales hechos por los productores en los campos de la zona son "temerarias y malintencionadas".
También desestimó el impacto de los canales en la inundación fue el director del Instituto de Clima y Agua, del INTA Castelar, César Rebella. "No puedo atribuir a los canales el factor desencadenante de las inundaciones en San Antonio de Areco. La cuenca ya estaba saturada antes de estas lluvias", dijo Rebella.
Para José Luis Suppicich Speroni, del grupo CREA Capitán Sarmiento-Baradero, parte de la culpa del desborde del río es la disminución de la superficie de pasturas, maíz y de trigo en detrimento de la soja. "Antes había una mejor distribución de cultivos y eso permitía una mayor infiltración de agua en caso de lluvias excesivas. Pero con los malos precios de la hacienda y de los cereales, hubo en la zona una retracción muy significativa del área de esos cultivos y eso hace que buena parte del agua se dirija a la cuenca en lugar de ser absorbida", dijo.
Del lado del gobierno provincial, la ministra de Obras y Servicios Públicos, Cristina Alvarez Rodríguez, reiteró la idea de que los canales fueron la causa de la inundación, aunque admitió que no fue el único motivo. "Llovieron 300 milímetros en menos de cinco días. Y esto, sin duda, es atípico por el volumen de agua. Pero indudablemente creemos que por la cantidad de agua que se juntó en tan corto tiempo, hay un aporte extra: las producciones agropecuarias de la zona están enviando agua, sin dudas, al río", agregó.
Además, Alvarez Rodríguez confirmó la existencia de los polémicos canales en los campos de la zona. "En el sobrevuelo, se pudo ver claramente la existencia de estos canales, que son de forma rectilínea y desembocan en el río", dijo la funcionaria.
La funcionaria, su par de Justicia, Ricardo Casal, y el fiscal general de Mercedes, Pablo Merolla, sobrevolaron ayer la zona afectada para realizar un relevamiento sobre los supuestos canales clandestinos.
Críticas de las entidades
"Me alarma que el gobernador Daniel Scioli nos acuse sin fundamento ni razón a los productores", dijo Pedro Apaolaza, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).
"Si tienen pruebas sobre los canales, que hagan las denuncias, pero que no generalicen. Por otra parte, si hubiera canales no autorizados, tendrían que tener muchos años, porque los últimos han sido todos de seca y nadie canaliza en esas circunstancias", añadió el presidente de la Rural, Hugo Luis Biolcati.
Los canales aceleran la descarga de agua
Aunque los especialistas aseguran que los canales no son los causantes de las inundaciones y que éstas se deben exclusivamente a las lluvias excepcionales ocurridas en muy poco tiempo, lo cierto es que los canales existen en muchos campos y se realizan con el objetivo de disminuir el tiempo de descarga de agua desde el punto más alto de la explotación.
Se hacen en el sentido de la pendiente y, por lo general, hay uno cada 40 o 50 hectáreas. Pueden tener entre 1 y 2,5 metros de ancho y entre 3 y 7 metros de profundidad. La tierra se extrae con máquinas denominadas retroexcavadoras y se deposita en uno de los costados de los canales con lo que se da origen a un terraplén. Desembocan en una laguna, en un río y, en algunos casos, en campos vecinos.
Para solucionar el problema los especialistas reclaman una ley de conservación de suelos y ésta debería contemplar en primer término una buena política de manejo de los suelos. Esto implica, entre otros aspectos, que se encuentre permanentemente cubierto de vegetación para que de esta manera el agua no escurra y pueda ser retenida en el lugar donde cae. Además, es fundamental una rotación de los cultivos, que haya cultivos de cobertura, que se aumente la cantidad de rastrojos y que se realicen terrazas en los casos que sea necesario.
En la provincia de Buenos Aires la construcción de canales en los campos debe ser autorizada por la Dirección de Hidráulica y hasta ayer el gobierno bonaerense no tenía datos precisos sobre cuántos habían sido autorizados y cuántos se habían construido de manera ilegal.
En el caso de Areco, los productores atribuyen la inundación a las lluvias caídas.
En dos meses llovió casi lo mismo que en todo 2008
Varias zonas pasaron de la sequía a importantes anegamientos
Fernando Bertello
A principios de noviembre pasado, casi el 70% de la región agrícola permanecía en una condición de sequía. Hoy, en cambio, hay zonas anegadas o directamente inundadas. La causa parece contundente: sólo en los últimos dos meses varias localidades recibieron prácticamente la misma cantidad de lluvias que en todo 2008, de sequía, lo que dificulta la capacidad de absorción de los suelos en lugares bajos. En este escenario, para algunos especialistas, con estas precipitaciones va a haber una gran cosecha de soja; para otros, en cambio, la producción se está "ahogando", por muerte de las plantas.
Mientras hay lugares del norte bonaerense con más de 450 mm en los últimos dos meses, en Stroeder, en el extremo sur provincial, sigue la seca. Según el productor Juan Carlos Maas, allí llovieron 15 mm en noviembre y 40 mm en diciembre, pero el total anual no supera los 200 mm.
Los problemas por excesos de lluvias ya abarcan una importante región de la pampa húmeda. De hecho, según un informe de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), hay una zona de 100 kilómetros de ancho y 200 kilómetros de largo que incluye gran parte de la ruta 7 desde Laboulaye (Córdoba) hasta Vedia (Buenos Aires). "En esa región, a 50 kilómetros a la izquierda y a la derecha de la ruta están casi todos los campos anegados", sostiene el informe.
El caso de San Antonio de Areco es emblemático. En el Establecimiento Agua Mansa, ubicado en ese partido, totalizaron 520 milímetros en todo 2008. En 2009 ya llevan 1318 milímetros. El dato es que más de la mitad se concentró en los últimos meses. Allí cayeron 147 milímetros en octubre, 250 mm en noviembre y casi 280 mm en lo que va de diciembre. "Hubo una serie de lluvias que saturaron los suelos", explicó Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología, sobre el problema en la región.
Otro ejemplo: en Pergamino, hubo 573 mm en todo 2008. En tanto, en lo que va del año ya se registraron 1048 mm, 200 mm de ellos durante noviembre y 250 mm en lo que va de diciembre. De esta manera, en poco tiempo se pasó de una situación de falta de agua a otra con excesos. Es lo que cuenta Juan Balbín, de la zona de Cañada Seca, en el noroeste de Buenos Aires. "Veníamos de una sequía histórica, con 15 mm en octubre, y pasamos a 400 mm en 20 días", comentó. Cerca de Cañada Seca, en Villa Rossi, Córdoba, Balbín dice que tiene un 50% de la soja perdida, con 30/40 centímetros de agua.
Desde Villa Rossi, además, Jorge Gestoso indicó que en su campo llovieron casi 500 mm en lo que va del mes y que hoy tiene entre el 80 y el 90 por ciento del establecimiento cubierto. En Villa Rossi hay unas 70.000 ha anegadas, según Aacrea.
En el caso de la soja, una planta recién nacida que pasa 48 horas bajo el agua se muere. Un cultivo más desarrollado puede tolerar cinco días con anegamiento, pero la planta se asfixia. La situación se agrava cuando se trata de zonas más bajas. "Con más de 20 centímetros (de agua) es difícil que se recupere; es una pelea por el oxígeno", explicó el técnico Nicolás Marin Moreno. Según Aacrea, por los excesos hídricos en el sur de Córdoba y el oeste de Buenos Aires la soja está muy afectada y la "supercosecha de soja se está ahogando". De todos modos, para Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja), pese a la actual situación va a haber "un cosechón". "Va a haber productores que van a perder sus cultivos, pero siempre que tenemos una temporada de este tipo son más los beneficios que los perjuicios", señaló.
Otras zonas
Stella Carballo, del Instituto de Clima y Agua del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Castelar), reveló que hubo otras zonas con fuertes excesos de precipitaciones en el último mes, por encima de lo habitual. "En casi todo el centro-este de Córdoba llevan 300 mm en lo que va del mes, el doble de lo habitual", afirmó. En el norte cordobés también se acumularon precipitaciones. Según Ezequiel Acuña, de Red Surcos, en Balnearia, en el nordeste provincial, desde noviembre van 380 mm, "por encima de lo normal".
Por otra parte, también hay registros de marcados contrastes de lluvias en el norte del país. Según Cristian Cian, de la firma Red Surcos, en la zona de Bandera (Santiago del Estero) ya van desde noviembre entre 350 y 430 mm. "Se superaron ampliamente las medias mensuales", dijo.
"Algunas zonas ya superaron las lluvias de todo el año. Colonia Popular (Chaco) ya lleva 1100 mm y Colonia Baranda también", señaló Luis Calvo, director de la firma de insumos Agros Soluciones.
Opinión / En el campo se sienten acosados
Alfonso Ruiz Guiñazú
Producir en el campo parece haber perdido el sabor bucólico que antes tenía. Los productores comúnmente se sienten acosados e injustamente acusados por distintos entes gubernamentales, como si fueran enemigos personales a quienes nunca conocieron. Quienes tratamos con los productores todos los días notamos que invierten mucho menos que antes y eso se traduce en una menor producción de granos, carne y leche.
Todo el interior sufre, pero también sufren Buenos Aires y el resto del país, al notar que, sin una explicación lógica, se combate a un sector que por esencia convierte el potencial natural del país en alimentos y materias primas para los argentinos y el resto del mundo.
Esta semana les tocó a los productores de la cuenca del río Areco, quienes con toda ligereza fueron culpados por las autoridades de ser los responsables de la megainundación en San Antonio de Areco, debido a supuestos canales clandestinos hechos por ellos para desagotar los bajos ribereños.
Es que aun si esos canales existieran y fueran clandestinos, aportarían muy pero muy poca agua al drama vivido entre los arequeros que han perdido todo en pocas horas. Pero nada de lo que ocurre aguas abajo del pueblo parece ser tenido en cuenta por los funcionarios.
La ruta 8 actúa como un gigantesco dique con un puente que no da abasto para escurrir ni una mínima fracción del agua que se acumula cuando llueve fuerte, siguiendo con el puente de la ruta 41, luego las acacias negras que invaden la costa del río y los demás puentes minúsculos hasta llegar a un río Paraná que estaba muy crecido el día de la creciente, reduciendo considerablemente el gradiente de caída del agua desde los teóricos 24 metros en Areco hasta el cero en su desembocadura.
La solidaridad que se vivió entre los arequeros el día de la creciente fue conmovedora y ese día no se vio a nadie del Estado. ¿Serán tanto 110 km desde Buenos Aires para que se enteren y se movilicen?
Sin embargo, la cizaña gubernamental logró generar polémica y división, y producir un gusto amargo entre los golpeados habitantes de aquel pintoresco pueblo, "cuna de la tradición". Esos gauchos son positivos y creen que algún día va a reinar la armonía entre el Gobierno y el campo. Después de todo, no necesitan funcionarios vapuleados ni desautorizados, sino que desplieguen todo su potencial en favor de quienes más que nunca necesitan ayuda.
El autor es ingeniero agrónomo del partido de San Antonio de Areco
La noche sobre los techos y con la escopeta cargada para vigilar
El dramático testimonio de los vecinos que perdieron sus pertenencias por el avance del agua
"Cuando vi la luna que se reflejaba en el agua; cuando escuchaba sólo el viento y apenas veía los techos de las casas hundidas, ahí me puse a llorar."
Fabián Calabrono es propietario de un criadero de pollos que está a 200 metros de la ruta 8 y a una cuadra de la calle Camino al Parque, que desemboca en el Museo Ricardo Güiraldes, totalmente inundado. El agua le tapó su casa y su criadero, aunque por fortuna, cuenta, días atrás había vendido los 60.000 pollos que tenía en ese galpón.
"Algo bueno siempre hay, ¿viste?", dice. La noche del domingo, Calabrono tomó su escopeta y se apostó en el techo de su casa para evitar un posible saqueo. "Es que, lamentablemente, hay gente que se aprovecha de las desgracias y sale a robar. En el barrio Amespil andaba gente a caballo, robando, así que dije «mi casa no la dejo y acá me quedo». Cargué la escopeta y pasé la noche sin dormir", cuenta a LA NACION este criador, de 48 años.
Una mano extendida
El se lamenta por la poca fortuna de su vecino, que se dedica al mismo rubro y al que el agua le ahogó 10.000 pollos. Y quedó en la calle. "Muchos estamos en esta situación dramática, pero esperamos que alguien nos dé una mano. La Presidenta lo único que hace es apretar a los productores y a los chacareros con los impuestos, pero veremos qué hace ahora", dice.
Sin alimentos en su casa -tuvo que tirar todo porque el agua casi alcanzó los dos metros-, aceptó la colaboración en comida que reparten en botes y tractores los equipos de emergencia.
"Pero ni ganas de comer tenés, si cuando ves lo que perdiste, te amargás; yo soy fuerte, pero cuando vi la inundación desde el techo de mi casa, esa desolación me hizo llorar. En el 81 hubo otra inundación, pero ésta fue mucho peor. No tiene antecedentes", dice Calabrono.
Su dolor no le impide colaborar con otros vecinos. Con el agua a la altura de las rodillas, recorre casa por casa. "¿Necesitás algo Pepe?", le pregunta a un conocido que vive del alquiler de caballos, dos de los cuales, el sábado pasado, murieron ahogados. "¡Todo, necesito todo! Pero bueno? no quiero ni pensar", le responde el hombre mientras tira al agua una riestra, con bronca.
En San Antonio de Areco, los lugareños se unen en la desesperación. Se ayudan unos con otros sin haber siquiera resuelto sus propios problemas. Aunque también los domina la misma incertidumbre. "No sé qué voy a hacer con mi laburo, tengo al menos un mes sin poder recuperarme. ¿Y la casa? ¿Y todo lo que perdí? No sé, no sé? Cuanto más pensás, es peor", dice Calabrono que, anoche, cuando el cielo ponía un telón negro al crítico escenario y los nubarrones amenazaban con otra lluvia, él se aprestaba a dormir? en el techo de su casa.
"Que la Presidenta no nos suelte la mano"
La intendenta Lennon le solicitó a Cristina Kirchner que la asistencia no se corte "el día después"
Sentada en su despacho de la municipalidad, con la puerta entreabierta por el vertiginoso paso de funcionarios que van de un lado a otro, que la interrumpen y hablan por teléfono celular, la intendenta María Estela Lennon (Concertación Vecinalista) dijo a LA NACION que le solicitó apoyo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para salir de una situación a la que definió "catastrófica".
"El gobernador Scioli me comunicó por teléfono con la Presidenta y le hice un expreso pedido: que no me suelte la mano el día después. Me prometió que tendremos todo el apoyo para salir de una situación catastrófica que nunca se vivió aquí", señaló.
La intendenta, de 57 años, afirmó que la ayuda que el municipio le brindará a la comunidad será de carácter social, con psicólogos y asesoramiento, pero no se le repondrán los artefactos eléctricos que hayan perdido. "Sí, podremos ayudarlos con camas y colchones, pero sólo eso. No soy de la idea de que el Estado tendrá que reponer todo lo que se perdió. Esta situación es dura para todos y cada uno deberá poner el hombro", dijo Lennon.
Consultada sobre si consideraba que la canalización de los campos fueron el motivo de esta inundación, indicó: "Tal vez haya sido uno de los motivos, pero no el único, porque, en realidad, en el último tiempo llovió más de lo común. Si se comprueba que hay canales clandestinos, no dudaremos en ir hasta el fondo".
Lennon consideró que el apoyo de los gobiernos nacional y provincial fue "muy importante", aunque según dejaron trascender algunos colaboradores de la intendenta, éstos nunca hubieran llegado si los medios de comunicación no reflejaban el problema.
La intendenta agregó que aún era imposible hacer una evaluación económica de los daños y que apenas bajara el agua se comenzará a trabajar en cuestiones sanitarias para prevenir enfermedades. "Se limpiarán las paredes de las casas con cloros y se eliminarán todas las chatarras que fueran acumuladas por el agua. Será un trabajo arduo, que llevará mucho tiempo."
Preguntas y respuestas
¿Qué sucedió en San Antonio de Areco?
La ciudad se inundó por el desborde del río que la cruza tras las fuertes lluvias de los últimos días. El fenómeno causó 3000 evacuados y dejó 90 hectáreas urbanas bajo el agua. También se vieron afectadas Salto, Rojas y Pergamino (donde hubo dos muertes), entre otras ciudades del norte bonaerense.
¿Por qué surgió la polémica?
Apenas se produjo el fenómeno, el gobernador Daniel Scioli atribuyó el desastre a la construcción ilegal de canales por parte de productores agropecuarios.
¿Qué pruebas presentó el gobierno de Scioli?
Ayer, luego de sobrevolar la zona afectada, los ministros bonaerenses de Obras y Servicios Públicos, Cristina Alvarez Rodríguez, y de Justicia, Ricardo Casal, dijeron haber confirmado la existencia de canales de forma rectilínea que desembocan en el río.
¿Qué dicen los productores?
Aunque no desconocen que pueda haber canales irregulares, la Asociación Regional de Productores de Areco atribuyó la inundación a una lluvia extraordinariamente copiosa y a la falta de capacidad de los puentes sobre las rutas 8 y 41, que funcionaron como diques de contención.
¿Cambió el régimen de lluvias?
En el norte bonaerense, en los últimos dos meses llovió lo mismo que durante todo 2008. Particularmente en San Antonio de Areco, en noviembre y diciembre llovieron 526 milímetros, mientras que en todo el año pasado habían caída 520 milímetros. En 2009, en esa zona llovieron 1319 milímetros.
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