Más de 100 contaminantes, desde herbicidas hasta solventes fabriles han aparecido en el agua corriente de la Florida durante los últimos cinco años, muchos apenas detectables pero más de 25 por ciento exceden las normas federales, según un informe de un grupo ambientalista.
Miami-Dade, que tiene 2.1 millones de clientes de empresas de servicios públicos, no registró infracciones. Las empresas de servicios públicos de Hollywood, Fort Lauderdale y otras cuatro empresas de los condados Miami-Dade y Broward sólo reportaron un puñado de infracciones en miles de pruebas desde el 2004.
Pero todos los sistemas también detectaron la presencia de entre 11 y 17 sustancias químicas --algunas repetidamente y otras sólo ocasionalmente-- en concentraciones superiores a lo que indica la Dirección de Protección Ambiental federal (EPA). Estos límites no son normas obligatorias , sino referencias que prácticamente eliminan cualquier riesgo de cáncer u otras enfermedades por el uso prolongado del agua corriente.
Las sustancias más comunes son los desinfectantes usados para tratar el agua y otras sustancias tóxicas como cianuro, arsénico, radio y bario.
Olga Naidenko, especialista del Environmental Working Group (EWG), con sede en Washington, dijo que como la mayor parte de las normas de la EPA se basan en promedios anuales, las infracciones ocasionales a la calidad del agua no son comunes y ocultan problemas más amplios no reportados, como sustancias químicas no reguladas y aumentos temporales que pudieran crear peligros para la salud pública.
"Lo que nos están diciendo es que cumplen [las normas] y generalmente es así'', dijo Naidenko, una de las investigadoras que redactó el informe, que el EWG publicó en internet este mes como parte de una amplia base de datos "Creemos que esto ofrece un cuadro más completo de lo que está pasando en la Florida y en el país''.
El banco de datos del EWG muestra que se han detectado 316 sustancias químicas en el agua corriente de todo el país. No hay normas federales o estatales sobre más de la mitad de esas sustancias.
La cantidad de sustancias químicas detectadas en el sur de la Florida fue aproximadamente el triple del promedio nacional, pero mejor que dos entidades del norte del estado que el EWG clasificó entre las peores de los 100 mayores sistemas municipales a nivel nacional. JEA en Jacksonville es la No. 91 y, la última, Emerald Coast en Pensacola, con 45 sustancias químicas detectadas, 21 en concentraciones superiores a las normas de la EPA. Ninguna se consideró una infracción de las normas de calidad del agua.
Las autoridades normativas de empresas de servicios públicos y las autoridades estatales y federales realizaron unas 20 millones de pruebas regulares que 47,677 operadores de plantas de acueducto presentaron a las entidades ambientales y estatales. Pero calificaron los reportes y la clasificación del EWG de engañosos y sesgados para exagerar los riesgos potenciales.
Dee Ann Miller, portavoz del Departamento de Protección Ambiental (DEP) de la Florida, que supervisa la calidad del agua corriente, afirmó que los clientes de las empresas de acueductos de Pensacola y Jacksonville no tenían de que preocuparse y que la Florida tenía "parte del agua corriente más segura y de mayor calidad en Estados Unidos''.
"Implicar que estas empresas entregan a los clientes agua corriente contaminada es irresponsable y simplemente falso'', afirmó en una declaración escrita.
Rafael Terrero, director adjunto del Departamento de Acueducto y Alcantarillado de Miami-Dade, que quedó en el número 46 en la lista de 100 sistemas de ciudades que sirven a más de 250,000 personas, aseguró que la calidad del agua supera ampliamente las normas de la EPA.
"Opino que el agua es de excelente calidad'', dijo.
La EPA y el DEP han tenido contradicciones en relación con un plan de la entidad federal ordenado por los tribunales para imponer estándares de nutrientes para las aguas de superficie de la Florida, pero ambos defendieron la supervisión del agua corriente.
Dijeron que el EWG, que hace campaña a favor de normas de toxicidad más estrictas, hizo los cálculos para sugerir el mayor número de problemas, dándole demasiado peso al número de sustancias químicas, entre ellas muchas en concentraciones mínimas, y las orientaciones de la EPA, que no son normas de cumplimiento obligatorio.
Para la mayoría de los carcinógenos, la guía para eliminar cualquier consecuencia negativa sobre la salud, la concentración es casi cero. Ese objetivo, dijo Terrero, es económicamente injustificable.
"¿Cómo vamos a llegar a cero? Habría que ir a algo así como el agua embotellada y pagar $4,000 por eso'', comentó. "Si vamos a tratar el agua para llegar a eso, llegaríamos a un punto donde la gente no podría pagarla''.
En total se detectaron 22 sustancias químicas en el agua corriente de Miami-Dade, aproximadamente el promedio de todo el sur de la Florida.
Aproximadamente la mitad era subproductos de tratamientos de cloro y amoníaco para eliminar bacterias y agentes patógenos. La mayoría son presuntos carcinógenos en altas concentraciones o se les vincula con otras enfermedades. Las pruebas en Miami-Dade detectaron un promedio de sólo una tercera parte de la concentración que indican los criterios de la EPA, que se basan en probabilidades de 1 en 10,000 de padecer cáncer por beber dos litros de agua diarios durante 70 años, pero periódicamente excedieron ciertas pautas.
El resultado de reducir los desinfectantes sería menos protección contra los agentes patógenos.
La mayoría de las sustancias químicos restantes, como el bario, un mineral no regulado que está presente de manera natural en el agua, pero también puede salir de minas y desechos industriales, se identificaron esporádicamente en concentraciones entre 50 y 100 veces por debajo de las normas de la EPA.
Miami-Dade ha tenido otros problemas que no se reflejaron en el informe, como la presencia de benceno, que normalmente se asocia con detonaciones o derrames de combustible, detectada en huecos de rocas cerca del mayor pozo de agua del Condado. La contaminación, detectada en el 2005, obligó al condado a cerrar varios pozos durante años.
En el 2003 el Departamento, en negociaciones con el DEP, también acordó gastar $400 millones para solucionar fugas persistentes de aguas de desecho en South Miami-Dade que amenazaba con contaminar el suministro de agua potable.
Cuatro servicios de acueducto de la Florida: Florida City, Coral Springs, Dania Beach y Pembroke Pines, estuvieron entre los 20 del estado con la mayor cantidad de sustancias químicas.
Florida City, que surte agua potable a unas 10,000 personas, quedó en el tercer lugar (38) pero 30 se detectaron sólo una vez en el 2005, todas por debajo de los límites legales de la EPA, pero por encima de las pautas de cero riesgo. Los tipos encontrados sugieren algún tipo de fuga de pesticidas agrícolas.
JEA y Emerald Coast, de Jacksonville, estuvieron entre las 10 peores a nivel nacional y restaron importancia el informe de EWG.
Kevin Holbrooks, director de cumplimiento de JEA, dice que el análisis castiga a compañías por hacer pruebas frecuentes y por la presencia de sustancias químicas. El servicio de acueducto promedio realizó 420 pruebas. JEA realizó 17 más pruebas y detectó 23 sustancias químicas, algunas de ellas naturales, en el manto acuífero de la Florida de donde la empresa extrae agua, afirmó.
"Son 23 positivos de 7,000 pruebas'', agregó.
"En términos porcentuales, nuestras cifras son mejores que la mayoría''.
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