El agua... Así empiezan todas las conversaciones en San Antonio de Areco, la ciudad más afectada por las inundaciones que recorren el noreste bonaerense. El agua empieza a bajar y es una esperanza para las tres mil personas evacuadas. Con tractores, camionetas, botes o botas, la población de San Antonio de Areco se movilizó para asistir a las personas damnificadas y dar ayuda al trabajo de bomberos y vialidad nacional que se vieron superados. Aunque las calles dejaron de ser arroyos correntosos, los vecinos mantienen un murmullo constante preguntándose por el porqué de la inundación y los canales de desagües ilegales denunciados por el gobierno nacional son una realidad que nadie desconoce. La vuelta a las casas demorará unos días más.
A dos días del fuerte temporal que azotó San Antonio de Areco, la ruta 41 era el acceso que permitía llegar toda la ayuda necesaria. A diez kilómetros de la ciudad, los campos estaban con algunos pocos charcos e inundados de soja, que crece hasta a la vera de las banquinas. Los espejos de agua se comenzaban a divisar en el campo, ya cuando las casas de la ciudad estaban muy cercanas.
Ya en la entrada de la ciudad, otra invasión se hacía presente: camiones del Ejército, bomberos voluntarios de todos los partidos vecinos y botes de los propios vecinos tratando de dar una ayuda extra. El agua había comenzado a retroceder y el cielo prometía un fin a las lluvias.
–No, Marce.
–¿Qué paso?
–No quedó nada. Hay que tirar todo a un volquete y prenderle fuego.
María de los Angeles vive en el barrio Don Pancho, a la vera del río Areco y a cuatro cuadras del centro de la ciudad. Regresó a su casa a tomar fotos con la esperanza de presentar la documentación y conseguir un subsidio para recuperar todo lo perdido. Marcelo, su esposo, abrió los brazos y regañó: “En los quince años que hace que vivo en este barrio no pasó nada igual. Antes, el agua escurría hacia el río más lento porque permanecía más tiempo en los campos. Pero en estos años han hecho muchos canales y el agua descarga directamente hacia el cauce”, explicó el vecino del barrio Don Pancho.
A 50 metros, un hombre aún camina con el agua hasta la cintura. A 200 metros, ya se ve el caudal del río, desbordado, y el puente de la ruta nacional 8, abierto. Más allá el barrio Amespil. Los vecinos un poco más esperanzados, a pesar de que algunos denunciaron que no podían dejar sus casas porque por la noche intentaron entrar a robar lo poco que quedaba.
Entre los camiones amarillos de Vialidad y los tractores de la Municipalidad, que entran con agua y víveres y salen con muebles, televisores, ventiladores y evacuados, un grupo de ruralistas –bombacha, boina, chaleco y mate– llegó para ayudar a recuperar lo que el agua dejó del Museo Güiraldes, emblema de Areco que guarda pertenencias de varios próceres. “La gente de campo no tiene nada que ver con la inundación”, dijo uno de ellos, y Juanjo Fanelli, compañero de grupo de mate y propietario rural, agregó que “lo de los canales es una pavada. El problema es la cantidad de agua que cayó y que el cauce tupido de vegetación y los cuatro puentes que unen la ciudad funcionan como retenedores y ensanchan el río hasta que desborda.”
José y Martín Carrizo esperaban parados sobre la única calle por la que se puede ingresar hacia el barrio Amespil. Unas diez cuadras adentro aún tienen pertenencias que recuperar. El que decide alcanzarlos es Mateo, un vecino voluntario. Barrio adentro, el agua se retiró de las casas, que recibían el sol con las puertas abiertas, los muebles sobre las mesas y los colchones en el techo. Con las últimas pertenencias a salvo, José volverá hasta el gimnasio Saigós, único centro de evacuados de la ciudad.
Allí están unos setenta evacuados de los barrios Amespil, Don Pancho y Canuglio –todos linderos al río–. La cancha techada del gimnasio se transformó en un gran loft donde las familias conviven entre los colchones, la ropa secándose y los equipos de psicólogos y trabajadores sociales del municipio y el gobierno provincial. El resto de los tres mil evacuados espera en casas de familiares o amigos.
La solidaridad también se hizo notar en el centro de la ciudad, donde el agua llegó hasta a dos cuadras de la municipalidad –transformada en centro de acopio de donaciones y tránsito de voluntarios– y no perdonó ni a la casa histórica –según mostraba una placa en su entrada–. En el patio de la casa colonial estaba una decena de jóvenes en cuero, con botas y aún mojados, contando las anécdotas de los dos trágicos días de cooperación contra la inundación. “Por suerte nos conocemos todos y desde el sábado tenemos las patas adentro del agua”, apuntó un vecino.
Con la esperanza del cese de la lluvia y el lento regreso a los hogares, el coordinador del Comité Provincial de Emergencias, Fernando Ferraris, advirtió que se comenzó a trabajar en operativos de higiene y salubridad. Entre las acciones, se entregará agua potable para los vecinos de los barrios periféricos que no poseen sistema cloacal, se vacunará a las personas contra la rabia y el tétanos y se realizará prevención contra la amenaza del dengue.
RECHAZO DE LAS ENTIDADES RURALES
“Culpa del Gobierno”
Por Tomás Lukin
Los gobiernos nacional y provincial apuntaron a los canales no declarados como una de las causas en la inundación que cubre San Antonio de Areco. Los directivos de Carbap, CRA y Federación Agraria reconocen la ilegalidad de “algunos” desagües, pero acusan a la Dirección Hidráulica de Buenos Aires por no controlar las irregularidades que los mismos ruralistas realizan. Fiel a su discurso, Sociedad Rural desconoció cualquier vínculo entre las inundaciones y la excavación de canales en los campos. La entidad que preside el productor tambero Hugo Biolcati calificó al Gobierno de mezquino y señaló que las acusaciones responden al “resentimiento político”. Si bien no cuestionan la incidencia de los canales dragados ilegalmente, distintos especialistas hídricos y funcionarios provinciales reconocen la presencia de otros factores en la inundación como la cantidad de agua que cayó, la siembra directa y la falta de controles.
“Puede haber o no algunos canalitos, pero eso lo tiene que saber la gobernación. Ellos son los responsables de no haberlos denunciado en su momento, si es que se hacen las cosas bien”, apuntó el vicepresidente de SRA, Alejandro Delfino. De acuerdo con la lógica del empresariado rural si un grupo de productores violan la ley para mejorar su rentabilidad, pero el Estado no lo detecta y denuncia, la responsabilidad únicamente recae sobre las autoridades de control.
Con distintos matices, el mismo razonamiento se reprodujo durante el día de ayer en los dirigentes de la Mesa de Enlace consultados por Página/12: “Hay canales clandestimos en todos lados, pero es un disparate ponerlo como la madre de todas las causas. La principal incidencia está en que llovió una barbaridad y la falta de control, evidencia una inoperancia absoluta”, apuntaron cerca de Eduardo Bu-zzi, titular de FAA. Desde CRA agregaron que “los canales ilegales son muy pocos y no pueden impactar como dice el Gobierno. El río está totalmente tapado, se ve en el Google Earth. La inundación responde a una situación de desidia hidráulica”. No niegan la existencia de canales sin declarar, sino que culpan al Estado por no controlarlos después de dos años de conflicto, donde uno de los argumentos centrales fue la estigmatización de la intervención pública en las distintas esferas de la actividad.
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, advirtió que “existen entre 20 y 30 canales artificiales no declarados que se utilizan como salida de los campos al río a una velocidad muy alta”. Según explicó el funcionario, de esta forma un proceso de drenaje que habitualmente se realiza en 48 horas tomó solo 4 o 5 provocando una crecida inusual del río. De Vido apuntó que en los alrededores de las propiedades donde existen los canales “los campos están sin una gota de agua”. Además, el ministro señaló que si bien “no es un hecho común que llueva tanto, no son volúmenes que justifiquen la inundación”.
Como si estuviera recordando la fortaleza de los argumentos utilizados por los representantes de la Mesa de Enlace durante el debate por las retenciones, Buzzi sostuvo que “el Gobierno debería ser más serio y dejar de hablar macanas. Hay como una especie de obsesión por intentar confundir a la opinión pública y no hacerse cargo de las cosas”. Para completar sus argumentos la Sociedad Rural apuntó a través de un comunicado que “la mezquindad de la acusación responde sin duda a algún tipo de resentimiento político, pero nada tiene que ver con la gravísima inundación”.
Ayer por la tarde distintos funcionarios del gobierno de Daniel Scioli limitaron y relativizaron la responsabilidad de los canales clandestinos en la inundación. Según señaló a este diario el ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal, “tenemos que analizar todas las causas. Las consecuencias de los vientos del sudeste, la altura del Paraná, el nivel de limpieza del circuito, la situación del desagote en los canales”.
Al mismo tiempo, Casal advirtió que “la lógica de producción de la siembra directa, donde no se ara la tierra y no hay rotación, no permite que la tierra absorba de la forma adecuada”.
“Estamos ante una situación de abuso desmedido de los productores y falta de control del Estado. Hace cuatro años tienen hechos los canales, son producto de la recuperación económica”, apuntó el intendente de Lincoln, Jorge Fernández, a este diario. El funcionario, perteneciente al Frente para la Victoria, reclamó “la creación de una ley que faculte a los municipios para clausurar las construcciones hasta que intervenga la autoridad competente”. El intendente de Lincoln estimó que el dragado de un canal como los que existen en su localidad cuesta entre 300 y 400 mil pesos. Por su parte, Ramón Vargas, especialista en recursos hídricos del Chaco, desestimó la relevancia de los canales ante “la gran cantidad de lluvia y las deficiencias en la infraestructura que atraviesa el río impidiendo la correcta evacuación del río”.
LA JUSTICIA INTERVENDRA “DE OFICIO” PARA INVESTIGAR
El efecto de los canales
Autoridades provinciales realizaron nuevas inspecciones aéreas y confirmaron la existencia de canales de desagüe en campos casi secos. De todos modos, se afirma que no habría una sola causa.
La Justicia tomó en sus manos finalmente la investigación por las inundaciones en San Antonio de Areco. El fiscal general de Mercedes, Pablo Merola, sobrevoló la zona acompañado por el ministro de Justicia bonaerense y la titular de la cartera de Infraestructura, Ricardo Casal y Cristina Alvarez Rodríguez, respectivamente. Con ellos viajó un especialista en temas hídricos. Tras la recorrida, Merola pidió a la Dirección de Obras Hidráulicas de la provincia los datos sobre las habilitaciones de los “muchos” tendidos abiertos como canales de desagües en los campos linderos a la cuenca del río de San Antonio de Areco. “A simple vista se ven muchos canales”, dijo Casal. “Algunos naturales, que serpentean por distintos campos, y otros artificiales, que corren bajo los alambrados que van separando un campo de otro, de no más de un metro de ancho.” Será tarea de la Justicia ahora investigar la supuesta incidencia que tuvieron en el desborde histórico de las aguas hacia la ciudad.
“Un dato de los que le dijo la intendenta al fiscal me resultó muy llamativo y para ella era importante”, dijo Casal a Página/12. “Lo que dijo es que lo raro del desborde del río es que no sucedió como en otras ocasiones en las que el agua va subiendo de a poco, esto fue de repente.”
Durante el día, el gobierno de la provincia salió a corregir la versión que había circulado el fin de semana sobre el rol que cumpliría en la investigación penal por la crecida. “El gobierno no va a hacer ninguna investigación ni ninguna denuncia”, explicaron desde la jefatura de gabinete de Daniel Scioli. “La investigación la hará la justicia de oficio, ante lo que pasó, nosotros aportaremos los datos que nos pidan y nos dedicaremos a atender a la gente.”
Con esa premisa, la tarea quedó en manos de Merola. Los técnicos de la Dirección de Hidráulica le entregaron ayer a la mañana al fiscal las primeras imágenes que recogieron durante los vuelos del fin de semana. Y el fiscal, a su vez, les pidió los datos que constan en esa dirección sobre la supuesta existencia o no de la habilitación de los canales.
“Fuimos con la ministra de Infraestructura –agregó Casal– y a simple vista se observan en las cercanías canales de tipo artificial, rectos, en desagote, que son cortos, medianos y largos. El fiscal le pidió a Hidráulica un análisis urgente topográfico e hidrográfico para saber si la influencia de los canales fue determinante en la inundación.”
El domingo, el gobierno nacional y la provincia denunciaron la polución de estos canales como uno de los posibles factores de la estampida del agua. Uno de las pruebas con las que se encontraron fueron las imágenes aéreas que les permitieron ver que alrededor de los canales el agua se había desagotado en seis horas cuando en un proceso natural hubiese tardado dos o tres días. Durante el viaje de ayer eso también se confirmó: “Que los campos estaban secos, eso está claro”, agregó Casal. “Salvo alguno que tenían algún encharcado, la mayoría de los campos que tenía cosecha de trigo y de soja estaban sin espejo de agua, pero desde el aire no se puede observar la profundidad del canal.” Ni la velocidad del desagote, por eso, insistió, tienen que esperar los resultados de los estudios.
Desde 2003 en Areco, una publicación local, Areconet, registra denuncias de vecinos por canales clandestinos. El entonces intendente de Areco Eduardo Jordán explicó ayer que en ese momento se hizo una investigación y se regularizaron. Pero nadie sabe cuántos son los que ahora existen, cuándo crecieron ni cuál es su incidencia. En ese sentido, desde la provincia dicen que además de la hipótesis de los tendidos de desagües clandestinos (que fuentes del Ministerio de Planificación, el primer día, calcularon en 30 mil), se estudian otras variables, como el efecto de los vientos del sudeste, la altura del río Paraná, el nivel de limpieza de la cuenca, el sistema de desagote de los canales y hasta el efecto que pudo haber tenido la siembra directa sobre la capacidad de absorción de la tierra.
En esa línea, donde las hipótesis se multiplican, intentó pararse desde el primer día la intendenta local, Estela Lennon, de extracción radical. “Hay desagües naturales como otro tipo de desagües que se nota que van al río y pueden haber sido producidos por el hombre –dijo ayer–, pero son todas hipótesis. Esto, hasta que no está confirmado y yo lo pueda decir abiertamente, no lo puedo ver como una opción clara.”
Ayuda a los damnificados
“Estamos articulando la ayuda entre el gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires”, dijo la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y reiteró que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner “está ocupada y preocupada” por la situación derivada de las inundaciones en San Antonio de Areco.
“Estamos trabajando en forma articulada para que en la emergencia podamos ayudar a solucionar los problemas; luego vendrá otra etapa cuando bajen las aguas y para eso hay que estar preparados”, dijo la ministra.
“Estuve recorriendo la zona y lo que pude ver es que lamentablemente hay gente que ha perdido todo lo que logró en su vida”, enfatizó la ministra. Dijo además que “últimamente estamos enfrentando situaciones muy difíciles por el clima” y recordó que además de San Antonio de Areco, “hemos tenido fenómenos naturales en otras zonas como Quilmes, Lomas de Zamora, San Rafael en Mendoza, en Córdoba y en lugares como Arrecifes o Salto, por ejemplo”.
“En esta primera etapa hay que tratar de trabajar para solucionar el problema de los evacuados con alimentos y ayuda de medicamentos y eso es lo que estamos haciendo”, dijo. Respecto de la situación climática, agregó que “se están desencadenando situaciones no esperadas y por eso hay que estar atentos para socorrer a nuestros hermanos en desgracia, pero en el caso de San Antonio de Areco lo que hemos podido ver es que es un pueblo solidario porque la mayoría de los autoevacuados están en casas de vecinos o de familiares y hay muchos jóvenes ayudando y trabajando en la situación”. |
|
|