Los barrios La Católica y General Paz fueron los más perjudicados con la lluvia que comenzó a caer el lunes por la noche y se prolongó ayer hasta media mañana, provocando anegamientos de calles, la mayoría de tierra, que incomunicó a numerosos vecinos.
Pero también otros conglomerados periféricos sufrieron las consecuencias de las precipitaciones, pese a que solamente se registraron 33,8 milímetros entre las 23 y la medianoche del lunes, y desde las 5 hasta las 11 de ayer, según informó el Servicio Meteorológico del aeropuerto local.
Debido a que no hubo viento ni granizo, no se produjeron caídas de árboles, aunque sí se desplomaron grandes ramas en las calles Formosa e Independencia. Asimismo, no hubo desplome de postes de alumbrado público.
Tampoco hubo evacuados en la capital, aunque numerosos vecinos padecieron las consecuencias de la lluvia en sus domicilios durante la madrugada, por lo que tuvieron que mantenerse despiertos gran parte de la noche desagotando los interiores de las viviendas, como consecuencia de las filtraciones, tanto por los techos como por las puertas de ingreso.
Ayer por la mañana, durante una recorrida realizada por EL LIBERAL, se pudo comprobar que numerosas arterias barriales se encontraban intransitables, en donde se habían formado lagunas de varios metros de extensión,
Una de las zonas más perjudicadas fue el barrio La Católica, en donde la mayoría de las arterias de tierra y arena se encontraban cubiertas por el agua.
En ese barrio, el sector más anegado fue la calle Dámaso Palacios, en una extensión de casi cinco cuadras y con una altura de casi 30 centímetros, lo que imposibilitaba el tránsito, tanto peatonal como vehicular debido a la cantidad de barro acumulado.
Vale consignar que esta calle comienza en el barrio 8 de Abril y continúa por La Católica hasta el río Dulce.
Es así como al mediodía de ayer, la vecina Rosa Rueda todavía se encontraba escurriendo agua del interior de su vivienda, en donde algunos de sus muebles habían resultado afectados. Por su parte, Daniel Juárez comentó: “Hemos sufrido toda la noche, no hemos podido dormir porque estuvimos sacando agua que entraba a raudales desde la calle”.
A su turno, Mirta Mendoza advirtió que como consecuencia de la “inundación” aparecieron víboras y alimañas.
Otro barrio afectado fue el General Paz, especialmente en la zona baja, en donde los vecinos de la calle Veracruz prolongación se vieron rodeados por una “laguna” de unos 30 centímetros de profundidad.
Eve Ernestina Díaz, quien vive en la última cuadra de la calle Veracruz y a unos 700 metros de la ruta nacional Nº 9, comentó que con sus cuatro hijos tuvieron que “dormir sentados porque se filtraba agua por todas partes, tanto en el techo como desde la calle”.
Idéntico relato hizo su vecino, Luis Alberto Madrid, quien advirtió que los postes de energía eléctrica instalados sobre la arteria “corren el riesgo de caerse porque el agua está socavando la base”.
Asimismo, informaron que no abandonaron sus viviendas “porque no tenemos donde ir y tampoco podemos dejar las pocas cosas que tenemos”.
Otro vecino, Roger Guzmán, cuya vivienda se encontraba rodeada por el agua, advirtió que “este problema de inundación es de vieja data, cada vez que llueve se forman lagunas que demoran entre tres y cinco días en secarse”.
Aunque en menor cuantía, también se vieron afectados los barrios Industria y Borges, en donde algunas casas precarias mostraban las consecuencias de la lluvia caída.
En el centro
Tampoco el centro de la capital se salvó del anegamiento, especialmente en las zonas de las peatonales en donde el agua ingresó en algunos negocios.
También las calles del microcentro sufrieron las consecuencias de la precipitación hasta pasadas las 11 de la mañana, hora en que el agua comenzó a escurrirse por las alcantarillas.
Una vez más, varias calles del barrio Alberdi volvieron a transformarse en intransitables por la excesiva acumulación de agua, especialmente en las intersecciones de Matienzo y Constitución, Constitución entre Yrigoyen y La Plata, Chaco y Alem, y Chaco y Absalón Rojas.
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