Los picos de crecidas que experimentó en el último mes el río Pilcomayo, en todos los casos con volúmenes que en promedio resultaron ser de mediana proporción, fueron evacuados satisfactoriamente a través de las correderas que el gobierno provincial ejecutó con previsión en la zona del departamento Ramón Lista, a fin justamente de mantener el ingreso de las aguas del curso a territorio formoseño.
Así lo confirmó el coordinador ejecutivo de la UPCA, Rafael Silva, señalando que las tareas ejecutadas se trataron de la limpieza de las correderas, acentuándose labores en los sectores colmatados y fragmentados, de tal manera de posibilitar el normal ingreso de los volúmenes de agua. Por supuesto se abarcó zonas que habían quedado sobre-elevadas por el depósito de sedimentos y árboles que las corrientes arrastran cada año.
Indicó que “este en 2009 comenzamos a tener picos de crecidas en forma temprana, desde fines de noviembre, continuando durante diciembre, aunque en ninguno de los casos e superó los 400 metros cúbicos por segundo”.
Explicó que “estos caudales que podríamos decir son de mediana magnitud, no sólo que fueron evacuados satisfactoriamente por las correderas, sino que también resultaron efectivas para ensanchar y profundizar las mismas, lográndose una importante capacidad de conducción para cuando se den los picos más importantes”.
Los trabajos
Se explicó que estos trabajos se hacen necesarios debido a que la sección del cauce del río es incapaz de conducir en algunos sectores caudales superiores a los 300 metros cúbicos por segundo, y que el agua transporta una carga de sedimentos estimada en 90 millones de toneladas anuales en promedio, que se depositan en su cauce y en ambas márgenes.
Todo esto hace que exista una permanente sobre-elevación del lecho del río y de sus márgenes, causando desbordes y una divagación del cauce, además de destrucción de taludes, incluso se advierte que numerosos bañados, esteros y lagunas, así como cauces que existieron en una época, han desaparecido como consecuencia de la renovación y acumulación de sedimentos.
En la actualidad el río ingresa a través del canal Farias a nuestro territorio, siguiendo por el sistema Cañada del Hacha, para luego continuar por el canal Nuevo Tucumancito ejecutado en 2005. A partir de allí el agua escurre por un sistema de correderas principales ejecutado y reacondicionado entre 2005 y 2008, algunas de las cuales fueron ampliadas en su capacidad de conducción y otras que sufrieron el proceso de sedimentación, resultaron ensanchadas, además de generarse nuevas líneas de escurrimiento aprovechando la pendiente natural del terreno.
Justamente las obras mejoraron la capacidad de conducción del sistema de correderas fluviales en la zona donde mayor sedimentación se produjo en el anterior periodo de crecida. Entre las características salientes de las obras de limpieza y excavación de canales en lo que hace a las correderas, abarcaron zonas como la Cañada Pérez, Tres Pases, Lecherón, Lomada, El Reventado-El Silencio, además de ensanchar el subtramo ejecutado el año pasado y los cierres de los cauces transversales secos actualmente en Cañada de El Surubí.
También comprendieron trabajos específicos en varios subtramos donde el año pasado se ejecutaron tareas de emergencia, con el objetivo final de disponer de una línea de escurrimiento principal entre la corredera existente denominada El Reventado hasta la altura del Puerto Moreno, con lo cual se tiene consolidado un sistema de más de 32 kilómetros de longitud total.
Defensas contra inundaciones
Por otra parte, también se encuentra en franco avance los trabajos de defensas contra inundaciones en las franjas que van desde El Silencio-La Brea y El Quebracho-Pescado Negro, consistente en un terraplén de contención de los desbordes provenientes del sistema de correderas en la zona de divagación, aguas debajo de la localidad de El Potrillo.
Además de evitar el ingreso de las aguas a zonas pobladas, esta barrera será utilizada como camino de vinculación de las comunidades defendidas con otras trazas de la red vial terciaria. Las comunidades a proteger son además de las antes cuatro señaladas, otras como Vaca Perdida y La Rinconada, y la red de caminos vecinales de la zona, la cual se encuentra en la región de riesgo de inundarse.
Este anillo es la continuidad hacia el sur de la defensa de El Potrillo-Palmar Largo ejecutada en 2005, comprendiendo casi 15 km. Tendrá un ancho de coronamiento de seis metros, taludes de 1:3 y una altura que en sectores alcanzaría casi los tres metros, tendiéndose una revancha de casi 1.2 a 1.4 metros en los sectores más críticos, tomando las máximas crecidas que se han dado hasta ahora. Los trabajos incluyen recrecimiento de defensas como la de El Potrillo-Palmar Largo en los sectores más críticos. |
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