La lluvia de ayer y la crecida del río determinaron que se produjeran los primeros evacuados en el barrio Bajada Grande de la capital provincial.
Al desbordarse la laguna que se encuentra frente a la ex aceitera los vecinos se encontraron con el agua en los patios de sus casas.
“Las personas que se vieron afectadas se autoevacuaron”, contó Simón Núñez, director de Defensa Civil de Paraná.
El funcionario municipal adelantó que si la lluvia continúa, unas 50 casas están “en serio riesgo de anegarse por completo”. El panorama no es nada alentador (Ver el dato).
Por lo pronto Defensa Civil colocó tres grandes bombas extractoras para intentar desagotar la laguna.
Además entre las últimas horas de ayer y las primeras de hoy se rellenará la boca por donde ingresa el agua del río.
Esta medida, si bien aliviará el problema, no lo solucionará. Si el Paraná continúa creciendo algunos centímetros más y en lo que resta de la semana caen unos 50 milímetros de agua la cantidad de damnificados será mucho mayor.
Los vecinos de avenida Larramendi sabían que esto podía pasar, pero pensaron que se iban a tomar otras medidas preventivas. Por ahora lo único que resta esperar es que no llueva por lo menos por dos semanas. Por estos días del año es toda una quimera.
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