Hace muchos años que en esta árida zona del extremo norte cordobés –casi en el límite con la provincia de Santiago del Estero– no se veía tanta agua junta. En eso coinciden todos los vecinos de Los Hoyos, una pequeña comuna de 250 habitantes, vecina a Villa María de Río Seco, que resultó la más afectada el lunes por la vertiginosa crecida del río San Miguel.
Ese río se veía prácticamente seco el domingo pasado, tras meses de una prolongada sequía que tenía a mal traer a los pobladores.
El lunes, en tanto, registró una histórica crecida que transformó a la única calle del pueblo en parte de su correntoso cauce. Pero ayer, volvió a bajar para parecer, de nuevo, apenas algo más que un arroyo.
Sin embargo, en el pueblo las consecuencias son varias para sus habitantes, la mayoría de muy escasos recursos.
Casi la mitad de los pobladores se evacuaron el lunes. Unos 90 fueron llevados a Villa María de Río Seco en un operativo conjunto entre ese municipio y Defensa Civil provincial. Unos 30 más se habían autoevacuado hacia casas menos comprometidas de familiares o conocidos de la localidad.
Diego Concha, director de Defensa Civil de la Provincia, señaló a este diario que los 90 evacuados regresaron ayer a su pueblo, aunque para alojarse en la escuela, que fue adaptada con ese fin, hasta tanto se pueda reacondicionar sus humildes hogares, que en muchos casos tuvieron más de un metro de agua en su interior.
La fuerte e inesperada correntada les llevó a muchos desde muebles, hasta ropa y electrodomésticos.
Mientras asistentes sociales de la Provincia relevaban los daños y empezaban a distribuir colchones, mantas y módulos alimentarios, ayer por la tarde visitó el lugar el gobernador Juan Schiaretti, quien anunció el envío de subsidios a las familias afectadas y a la cooperativa de servicios local.
Problemas con los servicios. Según Concha, no habría viviendas inutilizadas, aunque la mayoría resultó con daños. El pueblo se quedó sin energía eléctrica y por eso, además, sin bombeo de agua potable. Con trabajo a destajo, se trataba de restablecer anoche ambos servicios.
El único camino de acceso al pueblo había quedado inutilizado hasta ayer. Ni en camionetas se podía llegar. Ayer, con el agua ya en retiro, empezaba a ser reparado por hombres y máquinas pertenecientes a Vialidad Provincial para al menos hacerlo transitable.
Los daños, de todos modos, son menores comparados con la muerte en ese sitio del agente policial Walter Arce (34), que pereció ahogado cuando colaboraba con el operativo de evacuación. Ese suceso generó una fuerte conmoción en toda la región.
Otros pueblos. En algunos otros pueblos del norte hubo también problemas ocasionados por el agua, pero de menor dimensión.
En Villa María de Río Seco, donde también se vio afectado un puente,debieron ser evacuadas unas 10 personas y otras 38 en San Francisco del Chañar, más algunos más en pequeños parajes de la región que vio llover unos 200 milímetros en un solo día, una marca absolutamente inusual para esta zona árida.
Otro puente en problemas sobre la ruta 9 norte
Según informaron desde Vialidad Nacional, el río Totoral produjo socavaciones en el viaducto, pero la estructura no fue afectada.
La crecida de los ríos tras las lluvias de los últimos días transformó la ruta 9 norte en un camino de obstáculos. A los dos puentes averiados se sumó uno nuevo, el de Villa del Totoral.
Al parecer, éste tendría problemas similares al de Los Hoyos, y ante una crecida de magnitud podría derrumbarse.
“Efectivamente existen socavaciones, pero no afectan la estructura del puente. Esperemos que no se produzcan lluvias como las de estos días”, dijo a este diario Raúl Daruich, jefe del distrito Córdoba de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), quien además agregó que este puente es aún más antiguo que los otros, construidos en la década de 1940.
En tanto, Daruich informó que el puente de Los Hoyos, que el lunes había sufrido socavaciones que obligaron a impedir el paso del tránsito pesado, fue habilitado. “Ayer se hicieron trabajos en los terraplenes y en la banquina, y a la tarde todos pudieron pasar”, dijo.
En cuanto a las obras de colocación de un puente Bailey entre Jesús María y Sinsacate, para suplantar al que fue completamente destrozado después de una lluvia de 166 milímetros, informó que personal de la DNV está trabajando en la construcción de los terraplenes necesarios, al tiempo que aguarda la llegada de la estructura provisoria, que traerán desde Entre Ríos. La solución llegaría en dos semanas.
Ayer, Daruich había confirmado a este diario la construcción de dos nuevos puentes en reemplazo de los averiados, pero este trabajo demoraría entre seis meses y un año aproximadamente.
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