Los vecinos de Belén debieron soportar además del agobiante calor dos días sin agua potable debido a que la planta potabilizadora se quedó sin reservas después de una fuerte creciente que afectó al río Belén, del que se alimenta todo el suministro de esa ciudad.
Con las altas temperaturas el malestar de los vecinos no se hizo esperar. No sólo reclamaron la normalización del suministro sino que se acordaron de la vieja promesa -realizada ya por los dos últimos gobernadores- de construir un acueducto que canalice el agua que vienen del norte y se convierta en una alternativa a la provisión de agua superficial con que hoy cuenta la ciudad de Belén.
Mientras tanto, como para calmar los ánimos y cubrir las necesidades mínimas, la Secretaría del Agua y el Ambiente envió ayer dos camiones que estuvieron entregando agua casa por casa.
El responsable de la Divisional Belén de la Dirección Provincial de Agua Potable, Jorge Randolfo Carrizo, reconoció, en diálogo con El Ancasti, los problemas con el suministro y explicó que la crecida del río trae consigo mucho barro arrastrado que impidió la potabilización del agua. A eso se sumó, según consignó, la ruptura de una compuerta del dique y la falta de energía eléctrica. Todo esos factores conspiraron para que Belén estuviese sin agua estos últimos días. Sin embargo, Carrizo prometió que trabajarían "las 24 horas para recuperar las reservas de los piletones (que habían quedado en cero) y reestablecer el servicio".
Carrizo reconoció que la obra del acueducto que asegure un caudal constante de provisión hídrica solucionaría gran parte de los problemas que Belén tiene en materia de agua potable.
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