“Sobre llovido, mojado”, podría ser la frase más escuchada por estas horas en las calles de la ciudad. A la crisis energética y las altas temperaturas registradas durante la jornada de ayer, varios sectores de la capital cordobesa padecen un problema recurrente: el brote de líquidos cloacales. La situación es similar a la registrada el pasado diciembre, cuando colapsaron las cloacas en diferentes sectores de la ciudad.
Vecinos de barrio Quebrada de las Rosas, ubicados en cercanías a la avenida Río Bamba al 150, aseguraron que desde el domingo están brotando líquidos cloacales sin cesar.
“Llamé a la Municipalidad pero no me dan una solución. Me dirigí al CPC Colón y tampoco obtuve una respuesta favorable. No se hasta cuándo vamos a seguir con este problema, parece que viviéramos en un pozo negro”, graficaba Dora, vecina de la zona en cuyo jardín brotan aguas servidas.
La misma situación padecen otros vecinos del barrio, quienes aseguran que por la mañana “es insoportable el olor que sale de los baños”. Además, el recorrido de los líquidos cloacales “termina derecho en el río Suquía”, explicaba José, ferretero del barrio, quien también confirmó que hace algo más de 20 días se registró el mismo problema sobre avenida Colón.
Como si esto fuera poco,vecinos de la zona denunciaron a La Voz del Interior la existencia de una “pequeña laguna de líquidos cloacales” en cercanías al club de la Asociación Familia Piamontesa, ubicado sobre avenida Riobamba a la altura del puente peatonal. “Si se fijan bien, todas las aguas servidas del barrio caen ahí y se termina formando una laguna cuyo olor es nauseabundo”, completaron.
Un problema cotidiano. La zona de avenida Juan B. Justo y Circunvalación es otro de los sectores críticos en este aspecto.
Allí, vecinos de barrio Los Gigantes manifestaron que desde hace tres semanas padecen este problema y no recibieron aún una solución de parte de la Municipalidad.
“Llamé varias veces pero me dijeron que están de paro por falta de insumos. Me propusieron que llamara a Crese, que suele atender este tipo de urgencias, pero desde el lunes que no tengo noticias”, explicaba Enrique, propietario de un lavadero de autos ubicado en calle Saavedra Lamas.
Según el testimonio de comerciantes y vecinos del barrio, el problema se sufre a diario. “Esto pasa siempre que llueve. Las tapas revientan y brota todo el líquido. Hay veces que vienen el mismo día y en 10 minutos solucionan el problema”, explican.
Análisis
El mismo panorama con los mismos argumentos
Desde junio, es la quinta vez que las cloacas colapsan por problemas de gestión en la Dirección de Redes Sanitarias y Gas.
Diego Marconetti - dmarconetti@lavozdelinterior.com.ar
Sin insumos no se puede trabajar, eso es obvio. Los empleados municipales de la Dirección de Redes Sanitarias y Gas aseguran que no tienen insumos; por ende, no trabajan. El resultado: desbordes cloacales que convierten a la ciudad de Córdoba en una especie de Venecia, pero sin el encanto de la urbe italiana.
Los ríos que reemplazan las calles huelen igual que el río Suquía aguas abajo de la planta depuradora de Bajo Grande: a materia fecal. Lo peor de todo es que no es una situación aislada: en el último año se repitió el mismo problema en varias oportunidades.
En junio, los empleados municipales dejaron de prestar el servicio justamente porque los camiones de la repartición estaban fuera de funcionamiento o con el ITV vencido. La respuesta del municipio fue la habitual: promesas de reparación, y luego un compromiso de solución para que los vecinos no tuvieran que seguir conviviendo con los líquidos cloacales frente a sus casas.
En octubre pasó lo mismo: por un reclamo gremial los empleados restringieron el servicio, las cloacas colapsaron y nuevamente ríos de materia fecal decoraron las maltrechas calles de la ciudad. Nuevamente, la Municipalidad prometió solucionar rápidamente el problema.
Noviembre llegó con el mismo panorama. La red cloacal se taponó en Inaudi y Alto Alberdi. Y en diciembre brotaron nuevamente los ríos cloacales, esta vez por Alta Córdoba y Escobar.
El mismo panorama con los mismos orígenes se vivió en 2007 y 2008. Reclamos de los empleados, desbordes cloacales y promesas municipales.
El servicio de redes sanitarias es esencial por una cuestión de salud. Cada río de aguas negras dispara el riesgo de contraer enfermedades gastrointestinales y el temido síndrome urémico hemolítico.
Que en menos de siete meses se haya repetido el mismo panorama bajo los mismos argumentos habla, al menos, de desidia y despreocupación por parte de las autoridades municipales. Ellos son los responsables de gestionar para que esta situación no se repita, para que no existan argumentos para que se resienta el servicio.
Siguen sin trabajar en el área de Redes Sanitarias
Empleados de Redes Sanitarias y Gas de la Municipalidad de Córdoba continúan con quite total de colaboración tras el fracaso de las negociaciones con autoridades de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos.
Exigen el arreglo de siete camiones para realizar mantenimiento cloacal y la entrega de guantes y ropa de verano. “Sólo funciona un camión; los otros están rotos desde hace meses”, advirtió Juan Ferreyra, delegado en Redes Sanitarias del Suoem. Pero en talleres mecánicos consultados aseguran que ya repararon cuatro camiones.
Ferreyra dijo que no hubo desbordes cloacales en los últimos días. Sin embargo, algunas calles atestiguan lo contrario. Ayer hubo derrames en Juan B. Justo casi Circunvalación y en avenida Riobamba. Igual los empleados deben cumplir las guardias mínimas. Hoy habrá otra reunión entre funcionarios municipales y representantes de Redes Sanitarias para buscar salidas al conflicto.
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