La crecida del Paraná y el pronóstico de lluvias fuertes mantenía ayer en alerta a las autoridades de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe quienes temen que el río llegue a sus picos históricos. En Santa Fe ya hay al menos 350 evacuados: hubo rescates en la zona de Santa Rosa de Calchines, a 40 km de la capital, y en Arroyo Leyes, donde unas 40 familias de pescadores -unas 200 personas- dejaron sus viviendas.
El personal de la Prefectura Naval de Santa Fe, indicó a Clarín que la altura del río Paraná en el puerto local había alcanzado ayer los 5,80 metros, por lo que corresponde iniciar el plan alerta y evacuación. Por eso iniciaron los operativos con lanchas, recorriendo parajes y asentamientos de pobladores para asistirlos.
Los pescadores se encuentran al costado de la ruta provincial N° 1 Teófilo Madrejón, y resisten sobre las banquinas donde construyen sus ranchos con tirantes y chapas. En Santa Fe, en el barrio Playa Norte, al noreste de la ciudad, el agua está inundando viviendas de pobladores que reclaman a la municipalidad santafesina asistencia y una bomba extractora de agua.
En Corrientes la situación también preocupa. Las permanentes lluvias en la alta cuenca de los ríos Iguazú y Paraguay, podrían provocar una crecida como la que produjo las inundaciones históricas de 1983, cuando el nivel del río en el puerto de Corrientes alcanzó los 9,04 metros, más de 2 metros por arriba del nivel de evacuación. Desde el Instituto Nacional del Agua, ya alertaron a las autoridades.
Las áreas del Gobierno Provincial correntino encargadas de afrontar este tipo de desastres, ya diagraman operativos de emergencia. En Goya, las estaciones de bombeo montadas están listas para funcionar en caso de emergencia.
La ciudad de Paraná, capital de Entre Ríos, se quedó ayer sin playas, ya que ante la creciente del río se clausuró el balneario Thompson, el último que estaba habilitado. La quita de las boyas en la playa cercana al Túnel Subfluvial fue una muestra más del sostenido y rápido avance del Paraná. El agua inundó los tres clubes ubicados sobre la ribera: Paraná Rowing, Estudiantes y de Pescadores. Todos quedaron con sus quinchos y asadores cubiertos de agua, mientras que en los dos últimos sus piletas fueron tapadas por el río.
Las frecuentes e intensas lluvias registradas en lo que va del año complicaron el panorama. Y el pico de la creciente, de 6 metros y previsto para marzo, está próximo a registrarse. Según datos de la Prefectura Naval, la altura del río frente al puerto local fue ayer de 5,52 metros. Medio metro por encima del nivel de evacuación.
Pese a todo, el intendente José Carlos Halle sostuvo en diálogo con Clarín que "los problemas de Paraná no los ocasiona la crecida del río sino que los generan las lluvias". El funcionario dijo que las intensas precipitaciones colman los arroyos que cruzan la ciudad, dificultando la descarga de sus inusitados caudales. Halle también temió por desmoronamientos en las barrancas de algunos de esos arroyos, donde están asentadas precarias viviendas. También desde hace cuatro días hay bombas que extraen un millón de litros por hora en tres barrios ribereños: Puerto Sánchez, Puerto Viejo y Bajada Grande. En la zona hay 180 familias que corren riesgo de ser evacuadas que serían trasladadas a instalaciones del Ejército.
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