En los últimos días la cantidad de población que denunció problemas con el suministro de agua potable se incrementó notablemente, hay barrios enteros que no tienen presión de agua, zonas donde conseguirla se ha vuelto una misión imposible y en algunos sectores reaparecieron sedimentos.
Este verano quedará grabado en los chaqueños como el de los desastres en los servicios: primero la luz, ahora el agua. En rigor el primer problema -el eléctrico- no se solucionó. Faltan al menos dos años de obras en la región y más de 200 millones de pesos para que Resistencia tenga tanta energía disponible como la que se consume en enero y febrero.
El agua es otro servicio que requiere permanentemente inversiones millonarias: por cada edificio nuevo los residentes consumen igual o más de lo que gastan en varias manzanas.
Para los usuarios comprender a la empresa estatal no es tan fácil: el servicio debe cumplirse más allá de los problemas de infraestructura. “Actualmente pagamos facturas con una actualización de las tarifas”, adujeron.
Oficialmente ayer los funcionarios de Sameep no contestaron las nuevas denuncias de los usuarios, pero extraoficialmente se supo que habría problemas con algunos equipos, inconveniente que se solucionaría en las próximas horas. El jueves sí la empresa señaló que salió de servicio un transformador en La Toma generando un colapso en el servicio.
El problema del servicio no es nuevo, es estructural y viene de antigua data. Los servicios en el país padecieron la políticas de los 90, donde invertir era sinónimo de gastar de más para afectar a las cuentas del estado.
Desde la salida de la crisis el atraso tarifario impidió a las empresas públicas destinar la recaudación a las inversiones. Recién el año pasado hubo algunas modificaciones en este sentido.
La solución no es sencilla, requiere de varios elementos: usuarios, Provincia y la Nación. Todos deberán aportar su grano de arena para que en próximo verano no se repita la misma historia.
Denuncias
Vecinos del barrio Central Norte explicaron que durante esta semana al menos en dos oportunidades faltó el agua. Cuando volvió la presión era escasa para cargar los tanques de reserva.
En tanto, familias de los barrios más populares denunciaron ayer que sufrieron varios cortes y al tratar de conseguir explicaciones la empresa no respondió.
Por otra parte, los problemas clásicos del verano siguen presentes durante gran parte de la jornada. Esta falla se superará cuando se incremente la infraestructura disponible.
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