Una situación poco común se da en un sector del barrio Santa Lucía de Paraná: hay un tramo de una calle que tiene propietario. Se trata de la arteria Roberto Satler, en la cuadra comprendida entre Salvador Calí y Barbagelata. En ese sector, que alcanza a unos 250 metros de largo, viven 23 familias que hace tiempo vienen bregando por tener el servicio de cloacas. Es más, aseguran los vecinos que hay habitantes que hace diez año que “están esperando” la extensión de la red. Sucede que esa cuadra es la única del barrio que carece del servicio, pues el resto –unos 12 kilómetros en total- quedó alcanzado por la cañería entre 1991 y 1993.
Ahora bien, cada vez que los vecinos han intentado avanzar con la concreción de la obra, se encuentran con el mismo escollo: la calle y su dueño.
María Carla Zapata, Roberto Albarenque, Federico Arriondo, Claudio Mendoza, Fernando Borghelo, Sergio Gambino, Omar Viola, Hugo Del Valle, Marita Gianotti de Pillon, Sandra Gómez y Alicia Glauser, dieron destalles a EL DIARIO del caso.
ORIGEN.
El meollo del problema es un terreno baldío de amplias dimensiones que atraviesa al menos dos manzanas aledañas a Avenida Ramírez y que contiene los tramos de dos calles: D’Agostino y Satler.
“Satler (a ese altura) se abrió hace 15 años”, cuando se lotearon terrenos cercanos y empezaron a llegar nuevos vecinos, explica Glauser, presidente de la comisión vecinal Santa Lucía.
Ahora bien, el inconveniente puntual de calle Satler consiste en que el responsable del predio (ver recuadro) se niega a dar el permiso de uso de un tramo de la arteria, requisito para poder hacer el tendido de la cañería. “Él (por el responsable) dice que la calle es de su propiedad y por lo tanto, los caños no pueden pasar por ahí”, ilustran los vecinos, quienes recalcan que la condición del terreno en los registros es de “chacra” debido a que el propietario no realiza el trámite de loteo.
En realidad, el señor pone condiciones para acceder a otorgar la autorización de uso: que el Municipio condone otras deudas que tienen propiedades a su cargo en otros barrios, asevera Glauser.
El tema viene siendo motivo de gestiones y reuniones en áreas de la Municipalidad, sin que hasta ahora haya resultados favorables a los intereses del vecindario. Y añaden que de las conversaciones, surgió el aviso del responsable de la parcela de que podría “alambrar la calle” y cerrar definitivamente el paso.
AUTOGESTIÓN.
Los vecinos muestran un papel amarillento, en el que constan las características de caños que en 2001 donó Obras Sanitarias a la vecinal para hacer las cloacas en ese sector. El material –según afirma Gianotti- sigue en el depósito de la repartición municipal, a la espera de que arranque la obra. El dato da cuenta que hace casi una década que el proyecto está en pie, con altibajos en el tiempo en cuanto a las posibilidades de su concreción. Por ejemplo, los vecinos cuentan que el año pasado se habían logrado organizar, juntar el dinero e incluso ya tenían contratada –con anticipo de pago hecho- a la empresa que iba a hacer los trabajos. Sin embargo, la imposibilidad de destrabar el asunto, volvió todo para atrás. “Hace un mes, la contratista nos devolvió la plata porque no se hace la obra”, apunta Zapata, quien explica que el presupuesto se había fijado en base a valores de mediados de 2009, precios ya desactualizados.
El cálculo de entonces arrojaba que cada uno de los 23 frentistas debía abonar 1.200 pesos (el monto incluía la parte correspondiente al baldío). Ese predio tiene entre 80 y 100 metros de ancho -según estiman- y los vecinos se habían resignado a afrontar los costos correspondientes a esa tierra con el sólo fin de tener la obra.
POR LAS MEJORAS.
La modalidad de autogestión para obtener servicios gana cada vez más espacio en los últimos gobiernos municipales: los vecinos tienen que organizarse para juntar el dinero, comparar los materiales y contratar a la empresa constructora. En este caso, los frentistas remarcan que la Comuna “no pone un peso” y que sólo se encarga del proyecto de obra –aprobado para Satler en agosto de 2006-, de la inspección y de la prueba hidráulica de las instalaciones. Tampoco “pone un peso”, el dueño del terreno: “Todo lo aportamos nosotros y lo hacemos porque queremos tener el servicio, queremos progresar en el barrio. Y es el colmo que porque este hombre no quiera, no podamos progresar”, reflexiona por último Mendoza.
Pozos negros y yuyos
Las casas de los vecinos tienen pozos negros. Dicen que se llenan con frecuencia y que el olor los tiene a mal traer. Seguidamente, hacen hincapié en la necesidad de solucionar el problema pronto, considerando que los depósitos “colapsados representan gravísimo focos de contaminación ambientan y fundamentalmente de las napas freáticas”.
En tanto, remarcan que otro dolor de cabeza lo constituye la limpieza del terreno baldío. Es que se llena de yuyos y es el vecindario el que deber andar detrás del desmalezado, aseveran.
Piden la intervención del Defensor del Pueblo
Los integrantes de la comisión vecinal elevaron el jueves una nota al Defensor del Pueblo, Luis Garay, pidiendo la intervención de la institución “para poder llegar a una solución razonable para todos” en el problema suscitado en calle Satler.
En el escrito se consigna que uno de los proyectos que se pudo ir concretando fue la extensión de cloacas. Fue “un sueño cumplido con más de doce kilómetros de extensión que se realizó durante los años 1991 a 1993”, se lee. Sin embargo –continúa la nota-, “23 familias quedaron con ese sueño frustrado por la decisión de una persona, propietaria de un gran terreno, el agrimensor Eduardo Grassi, que no permite que la cañería pase por la calle Roberto Satler, entre Salvador Calí y Barbagelata, porque –según él- está dentro de su propiedad”.
La situación –sigue la carta- viene prolongándose desde 1993 y –se apunta- que la negativa del responsable de la tierra “hace referencia a negociaciones por deudas que mantiene con el Municipio”. Lo cierto es que el reclamo del vecindario ha sido motivo de “muchísimos” expedientes iniciados ante la Comuna: “Todos están archivados, salvo el último (Nº 13822/08) que está (para su resolución) en la Secretaría Legal y Técnica” del Municipio. |
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