Calores y fríos extremos caracterizan en las últimas semanas las condiciones meteorológicas en el continente americano. Mientras en nuestro país jornadas agobiantes desecadenaron en torrenciales tormentas, en América del Norte se registraron nevadas históricas, particularmente en la costa este estadounidense.
En la Argentina, un aviso de alerta por tormentas fuertes o severas fue emitido ayer por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para Entre Ríos y diferentes zonas de Córdoba y Santa Fe. Las condiciones meteorológicas mejorarán a partir de la madrugada de hoy.
En tanto, las persistentes tormentas que afectaron Uruguay obligaron a evacuar a 700 personas en Durazno (190 km al norte de Montevideo) por el desborde del río Yí, mientras las autoridades anunciaron una nueva alerta naranja para todo el país, donde hay 3.000 hogares sin energía.
Durazno es una de las zonas más afectadas, donde el Comité de Emergencia local evacuó a 700 personas en las últimas horas, aunque se presume que hay muchos que se fueron por su cuenta, dijo Jesús Rodríguez, coordinador de ese comité, a radio El Espectador.
Hay "700 evacuados registrados", pero muchas personas "se han autoevacuado; aún no tenemos conocimiento de cuánta gente es", afirmó.
En contraste, dejó de nevar en la parte central de la costa este de Estados Unidos, pero los residentes de la capital y estados vecinos se vieron obligados ayer a retirar más de 60 centímetros de nieve en algunas zonas.
El Servicio Meteorológico Nacional calificó de "histórica´´ la tormenta, la cual dejó 30 centímetros de nieve en partes de Ohio y al menos 60 centímetros en Washington, Delaware, Nueva Jersey y Pensylvania. Algunas regiones de Virginia, Maryland y Virginia Occidental registraron casi 90 centímetros.
Las autoridades volvieron a abrir las carreteras, pero advirtieron de que éstas aún estarían heladas y serían peligrosas.
Cientos de miles de personas desde Pensylvania a Nueva Jersey y Virginia se quedaron sin electricidad y por lo tanto, sin calefacción para enfrentar el intenso frío