Las lluvias caídas en las últimas jornadas volvieron a poner en evidencia la falta de redes de desagües, el inadecuado e ineficiente servicio que presta el sistema de zanjas existentes y, en definitiva, la inexistencia de planes maestros de urbanización que prevean y consiguientemente impidan anegamientos que complican la vida y causan serios perjuicios a muchos pobladores de nuestro distrito.
Ahora las mayores protestas se registraron en sectores del barrio de Los Hornos y en una amplia zona cercana al Aeródromo La Plata, donde el agua acumulada generó una suerte de gran laguna que alcanzó a invadir centenares de viviendas. Aquí la completa falta de mantenimiento de las zanjas y la presencia de caños demasiado pequeños para dar salida a los caudales conspiraron para que se inundara por completo una zona que, de por sí, es muy baja, tal como fue detallado en una reciente nota publicada en este diario.
Pobladores de distintos barrios coincidieron en que una lluvia que cae en pocas horas genera anegamientos que pueden durar hasta tres días, con las complicaciones que, además, se derivan del hecho que colapsan los pozos ciegos y pueden llegar a contaminarse las perforaciones existentes en los casos de quienes aún utilicen bombeadores domiciliarios.
El panorama no es novedoso. En las grandes lluvias de inicios de la década del '80, cuando gran parte de la ciudad quedó cubierta por verdaderos y hasta torrentosos cauces de agua, quedó a la vista que el sistema de desagües se encontraba colapsado y que resultaba estructuralmente ineficaz para superar las emergencias. Desde entonces hasta ahora no sólo no se hizo absolutamente nada, sino que se permitió la no controlada construcción de nuevos asentamientos o edificios de altura y la realización de muy promocionados planes de pavimentación, sin el previo tendido de las redes de desagües.
La situación se agrava si se advierte que, al mismo tiempo, tampoco se actuó contra el llamado contrabando de líquidos cloacales sobre las pocas y ya saturadas redes de desagües pluviales existentes, un problema que se agrava año tras año y frente al cual tampoco actúan las autoridades responsables.
Un estudio realizado poco tiempo atrás por especialistas de la Universidad Nacional de La Plata aludió a una insuficiencia generalizada del sistema de desagües de nuestra ciudad, atribuido entre otras causas a la impermeabilización provocada por el desarrollo urbano -pavimentación de calles y veredas, que lleva a que se acorten los tiempos de concentración del agua-; a la modificación progresiva de los cursos y a la obsolescencia del sistema pluvial, cuyo trazado responde al diseño de épocas en que las lluvias tenían menor intensidad y recurrencia que las actuales.
Está por demás sabido que no faltan diagnósticos sobre el problema, aunque es claro que para impulsar proyectos y planes de acción consistentes, es preciso que las autoridades convoquen a expertos en cuestiones de hidráulica, para que brinden su aporte en un tema que, desde luego, es complejo. Sólo a partir de allí -sin perjuicio de las tareas de limpieza y mantenimiento que la Municipalidad debe realizar- podrá iniciarse un plan directriz de obras que, en materia hídrica, viene faltando. Sin perjuicio de que se acuda, dada la magnitud de los trabajos, al concurso de los recursos -humanos y financieros- que el Estado provincial deberá brindar |
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