La energía contenida en los principales embalses de uso hidroeléctrico cerró enero con una reducción de 31% respecto de un año normal, alcanzando 4.261 GWh, lo que al mismo tiempo representa una disminución de 9,2% respecto al mes anterior, aunque, comparado con enero de 2009, la cifra es 7% superior.
Así lo indicó el director nacional de Aguas, Rodrigo Weisner, quien precisó que en el período analizado el conjunto de tranques redujo su nivel hasta llegar al 55,9% de la capacidad total de almacenaje.
En este sentido aquellos de riego cayeron 14,6% respecto de diciembre, mientras que los de generación o multiuso (riego y generación) lo hicieron 21,9% comparados con su promedio histórico.
El titular del organismo dependiente del MOP explicó que pese a los datos anteriores, existe tranquilidad en lo que respecta a la disponibilidad de agua para fines eléctricos, pues existe mayor seguridad de que este año se presentará el fenómeno climático de El Niño, lo que se confirmará definitivamente en abril.
"Estas son tendencias que son más o menos estables y que ya podemos descartar como la ocurrencia de un año seco y sólo podría darse la fluctuación entre un año normal a muy lluvioso", aseguró Weisner.
Lo anterior, explicó, supondría no sólo altos niveles de precipitación, sino que también una distribución uniforme de éstas entre los meses de mayo y agosto, "lo que permitirá contar con suficiente generación hidroeléctrica que desplazará unidades térmicas y hará que tengamos mejores precios para la energía", explicó Weisner.
Lo único que queda pendiente en este tema -señaló- es el comportamiento de la isoterma o la temperatura de las precipitaciones, lo que determinará la acumulación de reservas de nieve y la recuperación de los principales embalses de este tipo : Laja y Laguna del Maule, cuyo régimen depende de las precipitaciones nivales.
"Deberíamos tener un año hidrológico bueno, con buena generación de todas las hidroeléctricas, especialmente de las unidades de embalse y de aquellos embalses que operan como unidades de regulación, como Colbún y Rapel", señaló Weisner.
Peligro de sequía - En lo que respecta al riego, dijo Weisner, la situación es menos favorable ya que existe la posibilidad de que se declare zona de escasez hídrica en parte de la región de Arica-Parinacota y Coquimbo, lo que permitiría que la autoridad decrete medidas de excepción, como intervenir el uso de los ríos amenazados, para garantizar la disponibilidad de agua para uso agrícola.
"En Arica-Parinacota están pidiendo mayor intervención de la autoridad, lo mismo que sucede en la parte alta de la Región de Coquimbo, donde zonas como Canela y otras que no están bajo riego están bien complicadas", indicó el titular de la Dirección General de Aguas (DGA).
Además, dijo, la autoridad también podría autorizar extracciones de recursos sin contar con derechos de aprovechamiento. A ello sumó que esta situación se está repitiendo con mayor frecuencia, porque se está radicando actividad agrícola en zonas donde no hay riego disponible.