La compañía local de distribución de agua Sabesp indicó en su sitio de internet que envió camiones de distribución a la favela localizada en el distrito oeste y conocida como Paraisópolis, donde algunos habitantes recurrían a los grifos de un cementerio para conseguir agua desde que ocurrió el corte el domingo.
"Nadie garantiza la potabilidad del agua. Pero es la única forma en que pueden tener un poco", dijo una integrante de la asociación local de residentes y comerciantes, Juliana Oliveira, citada por el diario Folha de Sao Paulo de este miércoles.
"Si no fuera por esta agua, no tendríamos nada que beber", dijo de su lado María Helena dos Santos, un ama de casa, al diario.
La ruptura de la cañería, cuyas causas se desconocen, se produce en medio de una fuerte ola de calor en la zona sur de Brasil, y luego de más de 40 días de fuertes lluvias que dejaron más de 70 muertos en el Estado de Sao Paulo, incluida su capital, la ciudad más grande de América del Sur con más de 20 millones de habitantes.
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