Desde el hospital 4 de Junio de Sáenz Peña informaron a NORTE que un promedio de 20 niños ingresan en la guardia del nosocomio local con síntomas de padecer cuadros de deshidratación, vómitos y hasta diarreas. Gustavo Alarcón, director del hospital, sostuvo que entre 5 y 10 pequeños quedan internados, mientras que el resto es asistido con sueros en la guardia y reciben el alta médica casi al momento.
El profesional médico indicó que en la mayoría de los casos el causal de los cuadros patológicos que presentan los niños se debe a la escasa calidad del agua que consumen, considerando que los barrios ubicados en la periferia del casco urbano padecen serios inconvenientes con el servicio de agua potable.
“Acá el agua no sale de las canillas hace mucho tiempo. Mi esposo todas las tardecitas va hasta la canilla pública para traer algunos litros de agua y a veces está muy turbia”, indicó Mariela Ramírez, vecina del barrio San Carlos.
Es que ante la necesidad de adquirir algunos litros de agua “potable” para el consumo humano, los vecinos recurren a la extracción del recurso hídrico en conexiones caseras y sin las características esenciales de seguridad higiénica.
Ante la situación emergente por la que atraviesa la provincia respecto al servicio de agua potable, desde el Nosocomio local aconsejaron mantener en buen estado los bidones que se utilizan para el traslado de agua, como así también no consumir agua turbia y en mal estado.
Además solicitaron que los vecinos que padecen inconvenientes con el servicio de agua potable preserven los recipientes que se utilizan para almacenar el agua recolectada diariamente.
Calor y baja calidad del agua
Recurrir a conexiones caseras y sin garantías higiénicas tiene su precio. El no consumo de agua que no contiene niveles significativos de minerales disueltos o sal (agua dulce) puede provocar la ulceración de la piel, huesos y vísceras, y generar un serio cuadro de deshidratación o problemas digestivos.
Alarcón explicó que además de la baja calidad del agua potable, los niños y ancianos son expuestos a altísimas temperaturas que intensifican los riesgos de padecer síntomas de deshidratación y demás enfermedades patológicas.
El sofocante calor hace que la demanda de agua sea más elevada, y en reiteradas oportunidades a los vecinos que no tienen la posibilidad de acceder a un servicio calificado no les queda otra alternativa que consumir el recurso hídrico que consiguen, por más de que éste no reúna las condiciones básicas de seguridad higiénica.
Ante este panorama, el director del hospital 4 de Junio solicitó a los mayores controlar el consumo de agua de sus hijos, como así también en ancianos, considerando que ambos son muy propensos a contraer enfermedades por esta causa.
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